El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo (D), pidió el 22 de marzo que se prohibieran los coches en algunas calles de la ciudad de Nueva York como parte de las medidas para frenar la propagación del virus PCCh.
Cuomo hizo los comentarios después de que se emitiera una orden que instruía a la gente de Nueva York —el nuevo epicentro de la nación de la epidemia del virus del PCCh— a trabajar desde sus casas y a abstenerse de reuniones en grupos a partir del domingo.
Esto ocurrió cuando el alcalde de la ciudad describió el brote como la mayor crisis nacional desde la Gran Depresión y llamó al ejército de Estados Unidos a movilizarse para ayudar a evitar que el sistema de salud se vea abrumado.
The Epoch Times se refiere al nuevo coronavirus, que causa la enfermedad COVID-19, como el virus del PCCh porque el encubrimiento y la mala gestión del Partido Comunista Chino permitieron que el virus se propagara por toda China y provocara una pandemia mundial.
«Si no conseguimos más respiradores en los próximos 10 días, morirán personas que no tienen por qué morir», afirmó el alcalde Bill de Blasio, ya que la ciudad más poblada de la nación vio que los casos de COVID-19 superaban los 15,000 hasta el domingo por la tarde, mientras que las muertes se elevaron a 117, según datos de la Universidad Johns Hopkins.
El número de casos confirmados del virus del PCCh en la ciudad representa ahora aproximadamente el 5 por ciento de los casos del mundo, según el New York Times.
Cuomo mencionó que la ayuda no llega lo suficientemente rápido, e instó al gobierno federal a hacerse cargo de la adquisición de suministros médicos para que los estados no tengan que competir entre sí por recursos que se necesitan desesperadamente.
«El tiempo importa, los minutos cuentan, y esto es realmente una cuestión de vida o muerte», afirmó. «Al mismo tiempo, no va a haber caos, no va a haber anarquía. La vida va a continuar. Es diferente. Pero la vida va a continuar», agregó.
Expresó que prevee que entre el 40 y el 80 por ciento de la población del estado acabaría contrayendo el virus.
Cuomo dio a los funcionarios de la ciudad de Nueva York 24 horas para elaborar un plan para lidiar con los residentes que aún se congregan en parques y otros lugares y que no practican el distanciamiento social. El plan debería definir qué calles deberían ser cerradas al tráfico, aseguró.
Cuomo señaló su preocupación por los reportes de personas que se reúnen en los parques de la ciudad durante el fin de semana, y pidió que algunas calles sean cerradas para aumentar los esfuerzos de distanciamiento social.
«Es insensible. Es arrogante. Es autodestructivo. Es irrespetuoso con otras personas», explicó Cuomo sobre los informes de que la gente ignora los consejos para practicar el distanciamiento social. «Tienen que parar y tienen que parar ahora».
«Hay mucho menos tráfico en la ciudad de Nueva York porque los trabajadores no esenciales no van a trabajar», añadió. «Sean creativos: liberen las calles para reducir la densidad. ¿Quieren ir a dar un paseo? Que Dios los bendiga. ¿Quieren ir a correr? Que Dios los bendiga».
«Pero las calles libres , los espacios abierto. Allí es donde la gente debería estar», añadió Cuomo.
DeBlasio destacó que, aunque está de acuerdo con la propuesta de Cuomo, se debe hacer más para asegurar que las multitudes no se reúnan en las calles, que constituyen el 80 por ceinto del espacio público de la ciudad.
«No puede ser que solo vayamos a cerrar algunas calles y dejar que sea así», sostuvo el alcalde. «Garantizo que si dejamos que eso suceda vamos a ver que algunas personas empiezan a congregarse».
Reuters contribuyó a este informe.
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