Las elecciones son lo más preciado que tiene el pueblo estadounidense, ya que le da la posibilidad de seleccionar a quienes lo representarán en el gobierno para que sus derechos siempre estén protegidos y siempre pueda vivir en libertad, le dijo Curtis Bowers, el galardona cineasta, al programa Crossroads de The Epoch Times.
«EE.UU. es diferente a cualquier otro país. Teníamos la forma de gobierno con los sistemas que le permitían al pueblo tener en sus manos el máximo poder. ‘Nosotros, el pueblo’ éramos los soberanos y el gobierno, los servidores públicos, estaban por debajo del pueblo», dijo.
Si «[Joe] Biden da el discurso inaugural el 20 de enero, tenemos grandes problemas aquí porque ahí hay traición», dijo Bowers, ya que «el partido demócrata está socavando» lo más precioso que tenemos: las elecciones libres.
Sin elecciones libres, «está a solo un momento de la ley marcial», una vez que el Partido Demócrata sepa que no puede perder el poder, puede hacer lo que quiera «como sucedió en muchos países en el siglo XX», dijo Bowers.
“Estamos en la coyuntura más crucial en la historia de nuestro país, nunca habíamos estado tan cerca”, dijo Bowers. Si se quitan las elecciones libres, “Estados Unidos se disolverá lentamente en un sistema globalista”, un sistema de gobierno mundial, agregó.
¿Quién puede poner en peligro las elecciones libres?
Había al menos trescientos espías soviéticos trabajando en el gobierno de Estados Unidos, incluidos funcionarios de alto rango durante la administración Roosevelt que tenían acceso a información ultrasecreta, según los archivos de Venona, una colección de comunicaciones soviéticas que fueron decodificadas por la inteligencia estadounidense durante Segunda Guerra Mundial y que fueron desclasificadas por el gobierno de EE.UU. en la década de 1990.
Los archivos de Venona también revelaron que algunos agentes utilizaron sus posiciones para influir en la formulación de políticas y en las actividades del gobierno estadounidense. Entre los que se descubrió que eran espías soviéticos se encontraban el funcionario del Tesoro de Estados Unidos, Harry Dexter White, y el funcionario del Departamento de Estado, Alger Hiss.
Cuando el presidente Franklin Delano Roosevelt promulgó el New Deal, en la década de 1930, «el tamaño del gobierno casi se duplicó de la noche a la mañana» y los comunistas que «esperaban entre bastidores» se trasladaron a las agencias gubernamentales de «agricultura, educación [y] en cualquier cargo posible» sólo para empezar a tener influencia en el gobierno, dijo Bowers.
El New Deal “amplió la regulación federal de agricultura, industria, finanzas y relaciones laborales; el establecimiento de un salario mínimo legal; y la creación del Seguro Social” y otras formas de bienestar, creando así “el estado regulatorio y de bienestar estadounidense”, según Robert Higgs, miembro jubilado de Economía Política, editor fundador y exeditor general de la Independent Institute’s journal.
En la década de 1950, el senador Joseph McCarthy trató de exponer la infiltración comunista en el gobierno estadounidense, pero los hechos fueron ocultados al público por políticos de izquierda, académicos y medios de comunicación de izquierda.
El Partido Comunista de Estados Unidos (CPUSA) nunca se convirtió en una fuerza política importante, pero pudo infiltrarse en los movimientos obreros y estudiantiles, la iglesia y el gobierno.
Estos comunistas nunca han sido removidos de sus cargos «y siguen contratando desde adentro, siguen tratando de obtener más influencia, de hacer que todo sea antiamericano en nuestro departamento de estado y en todo el gobierno», dijo Bowers.
A fines de la década de 1950, Fred Schwarz, un pionero del pensamiento anticomunista estadounidense, le dijo al Comité de Actividades Antiamericanas de la Cámara de Representantes de Estados Unidos: “El comunismo es la teoría de unos pocos disciplinados controlando y dirigiendo al resto. Una persona en una posición delicada puede controlar y manipular a miles de personas».
El estado profundo de hoy «es este movimiento que nunca fue desarraigado, nunca fue investigado y ha crecido y crecido», dijo Bowers. «Es solo un movimiento marxista dentro de nuestro propio gobierno, pero ha estado allí durante 90 años», explicó Bowers, «no tienen que llamarse marxistas o comunistas», se llaman a sí mismos progresistas.
Es por eso que «el Departamento de Justicia está en contra del propio presidente de Estados Unidos, en lugar de trabajar con él», agregó Bowers.
En 1963, el representante Albert Sydney Herlong Jr. (D-Fla.) leyó en el registro del Congreso (pdf) 45 metas comunistas del libro «El comunismo al desnudo» de Cleon Skousen.
La lista en el registro incluía hacerse cargo de «los medios, la educación y Hollywood, las tres principales instituciones de influencia» para que la gente pueda cambiar desde adentro, dijo Bowers, «y eso es lo que han estado haciendo durante mucho tiempo».
¿Hacia dónde se dirige EE.UU.?
Bowers cree que, si el exvicepresidente Joe Biden gana las elecciones, cumplirá los objetivos establecidos por el Foro Económico Mundial, que conducen a un gobierno mundial. Uno de sus objetivos es hacer que la gente no posea nada y sea ‘feliz’, dijo Bowers.
«No es al socialismo a lo que nos dirigimos, es al comunismo», añadió Bowers.
Biden también ha hablado sobre la promulgación de la Ley de Igualdad dentro de los primeros 100 días.
Kamala Harris explicó en un vídeo, realizado por la campaña de Biden, su posición de que la equidad es mejor que la igualdad.
There’s a big difference between equality and equity. pic.twitter.com/n3XfQyjLNe
— Kamala Harris (@KamalaHarris) November 1, 2020
«La igualdad sugiere, ‘oh, todos deberían recibir la misma cantidad’. El problema con eso, no todos comienzan desde el mismo lugar», dijo Harris y agregó que una persona puede terminar detrás de la otra si comienza desde diferentes lugares.
“Los tratamientos equitativos significan que todos terminamos en el mismo lugar”, dijo Harris en el vídeo.
“El único sistema en la historia mundial que ha mantenido a todos exactamente en el mismo lugar es el comunismo. Porque todos tenemos diferentes talentos, diferentes motivaciones, diferentes habilidades, así que para mantenerlos ahí tiene que ser un sistema totalitario”, comentó Bowers.
Si el presidente Donald Trump gana, tendrá cuatro años más con sus partidarios ayudándolo a «desmantelar la bestia del gobierno en EE.UU.», dijo Bowers.
Sin embargo, la gente deberá estar preparada para un posible «intento de revolución de los marxistas a un nivel mucho más alto que el que hemos visto antes», dijo Bowers.
Los grupos marxistas tienen dinero de las donaciones de las principales corporaciones, dijo Bowers y agregó que los marxistas no desperdician el dinero», lo usarán «para su único objetivo: la revolución mundial».
La gente necesita “seguir trabajando contra [el] movimiento, de esa forma se reconvertirá a Estados Unidos en lo que fue y se detendrá el movimiento que busca hacer la transición hacia una utopía socialista-comunista en la tierra, porque sabemos por la historia que no producirá eso» Dijo Bowers.
Deben estar “comprometidos a nivel local conectándose con personas de ideas afines, apoyando a los buenos candidatos, haciendo que las buenas personas se postulen y permanezcan comprometidas en esta batalla”, además de educar e informar a otros, dijo Bowers.
“Es una batalla que vale la pena pelear y nos está dando a todos un propósito existencial muy elevado, defender la verdad”, concluyó Bowers.
Joshua Philipp es coautor de este artículo
Sigue a Joshua en Twitter: @JoshJPhilipp
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