Daisy Ridley, la actriz británica conocida por su trabajo en la trilogía de secuelas de «Star Wars», reveló que le diagnosticaron la enfermedad de Graves, un trastorno autoinmune que afecta a la glándula tiroides.
Ridley, de 32 años, reveló su diagnóstico en una reciente entrevista con Women’s Health, publicada el 6 de agosto, en la que explicaba como empezó a experimentar síntomas tras finalizar la producción de su nueva película de suspenso, «Magpie», entre los que se incluían un ritmo cardíaco acelerado, temblores en las manos, pérdida de peso y fatiga.
«Pensé: ‘Bueno, acabo de interpretar un papel muy estresante; es de esparar que por eso me encuentro mal'», recuerda.
Sin embargo, tras consultar con un endocrinólogo en septiembre de 2023, Ridley fue informada de que padecía la enfermedad autoinmune.
Según la Clínica Mayo, la enfermedad de Graves se diagnostica con mayor frecuencia en mujeres y personas mayores de 30 años. El trastorno hace que el sistema inmunitario del organismo ataque la glándula tiroides, provocando que produzca cantidades excesivas de hormonas tiroideas, una afección conocida como hipertiroidismo.
Además de los síntomas que experimentó Ridley, otros indicadores de la enfermedad pueden ser cambios en el ciclo menstrual, deposiciones frecuentes, decoloración de la piel en las espinillas o en la parte superior de los pies e irritabilidad, entre otros.
«Antes no me daba cuenta de lo mal que me sentía», dijo Ridley. «Luego miré atrás y pensé: ‘¿Cómo lo hice?».
La actriz dijo a la publicación que su diagnóstico la motivó a ser más consciente de su bienestar general.
«Realizo una buena cantidad de cosas holísticas», señaló Ridley, compartiendo que ha incorporado la crioterapia, masajes, acupuntura y saunas de infrarrojos en su rutina de bienestar.
«Pero también entiendo que es un privilegio poder hacer esas cosas», añadió.
Ridley dice que continúa trabajando con su entrenador físico, centrándose en entrenamientos que se ajustan a las necesidades de su cuerpo, como ejercicios de levantamiento de peso ligero, así como movimientos de movilidad y de peso corporal.
«En general, mi entrenamiento es bastante constante. Y luego adaptamos las cosas a lo que estoy haciendo», explica. «Se trata simplemente de encontrar el equilibrio, y de que yo entienda ahora dónde termina realmente mi tolerancia».
Batallas por la salud
Ridley, que saltó a la fama en 2015 tras conseguir el papel de Rey en «Star Wars: The Force Awakens», ha sido muy abierta sobre sus luchas de salud a lo largo de los años.
Cuando era adolescente, a la actriz le diagnosticaron endometriosis, una enfermedad dolorosa que se produce cuando el tejido se desarrolla fuera del útero, como en las trompas de Falopio, los ovarios, la vejiga o el recto, según Johns Hopkins Medicine.
En junio de 2016, Ridley, que entonces tenía 24 años, reveló en las redes sociales que le habían diagnosticado ovarios poliquísticos, un síntoma del síndrome de ovario poliquístico, que se produce cuando los ovarios de una mujer se agrandan y desarrollan sacos llenos de líquido, según la Clínica Mayo.
«A cualquiera de ustedes que esté sufriendo con algo, acudan a un médico; paguen por un especialista; háganse pruebas hormonales, pruebas de alergia; manténganse al tanto de cómo se siente su cuerpo y no se preocupen por sonar como una persona hipocondríaca», escribió en una publicación de Instagram borrada desde entonces, según Teen Vogue.
«Desde la cabeza hasta la punta de los pies, solo tenemos un cuerpo», continuó. «Asegurémonos de que los nuestros [estén] funcionando en perfectas condiciones, y aceptemos ayuda si es necesario».
Ridley también ha hablado anteriormente de cómo su apretada agenda de trabajo durante la producción de la trilogía de secuelas de «Star Wars» afectó a su salud.
En una entrevista con GQ, publicada en diciembre de 2019, la actriz describió haber visto cambios notables en su apariencia después del estreno de «Star Wars: The Last Jedi», de 2017.
«Vi una foto mía en el estreno de Londres y estaba tan delgada y mi piel era terrible», dijo, compartiendo que también desarrolló agujeros en la pared de su intestino, causados por el estrés.
«Mi cuerpo no daba más de sí. Me hice pruebas y resultó que mi cuerpo no ingería nutrientes». «Era como un esqueleto y estaba muy cansada. Me estaba convirtiendo en un fantasma».
Durante ese tiempo, Ridley también apareció en «Murder on the Orient Express» de 2017 y «Ophelia» de 2018. Sin embargo, contó a la publicación que pudo tomarse seis meses sabáticos antes de rodar «Star Wars: The Rise of Skywalker», de 2019, para poder centrarse en su salud.
«Sólo necesitaba estar en casa y relajarme», dijo en parte.
«Estar en Londres fue muy agradable. No tener que apresurarlo todo», continuó Ridley. «Fue encantador».
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