Una audiencia sobre la reclasificación de la marihuana a nivel federal se llevará a cabo después de las elecciones cerca de fin de año, según la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA).
En mayo, el Departamento de Justicia de EE.UU. (DOJ) anunció una propuesta para una norma que traslade la marihuana de la Lista I a la Lista III de la Ley de Sustancias Controladas (CSA). Las drogas de la Lista I se definen como de alto riesgo de abuso. Se considera que las drogas de la Lista III tienen un menor potencial de abuso.
El jueves, un aviso del Registro Federal indicó que la DEA planea convocar una audiencia sobre la reclasificación de la marihuana después de las elecciones presidenciales de noviembre, el 2 de diciembre, en el Centro de Audiencias de la DEA en Arlington, Virginia.
En 2022, el presidente Joe Biden pidió al fiscal general de Estados Unidos y al secretario de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés) que llevaran a cabo una revisión de cómo clasificar la marihuana según la normativa federal.
El fiscal general propuso la regla de clasificación de la marihuana después de recibir las determinaciones médicas y científicas del HHS y el asesoramiento jurídico de la Oficina de Asesoría Jurídica del DOJ, dijo el DOJ en una declaración del 16 de mayo.
La norma propuesta es coherente con la opinión del HHS de que la marihuana «tiene un uso médico actualmente aceptado, tiene un potencial de abuso menor que las drogas u otras sustancias de las listas I y II, y que su abuso puede conducir a una dependencia física moderada o baja o a una dependencia psicológica alta», según el Registro Federal.
La DEA recibió más de 42,000 comentarios sobre la propuesta. Casi el 70 por ciento apoyó la despenalización federal de la droga en lugar de solo la reclasificación, según un análisis realizado por la Drug Policy Alliance, «la principal organización en los Estados Unidos que trabaja para poner fin a la guerra contra las drogas», según su sitio web.
La reclasificación de la marihuana conllevaría beneficios fiscales para las empresas dedicadas a su comercio, según el grupo. Además, se levantarían algunas restricciones a la investigación sobre la marihuana. Sin embargo, la reclasificación no despenalizaría la marihuana a nivel federal.
Si la marihuana se reclasifica en la Lista III, la fabricación, distribución, dispensación y posesión seguirían «sujetas a las prohibiciones penales aplicables de la CSA», dice el Registro Federal.
Apoyo y oposición
La propuesta de pasar la marihuana de la Lista I a la Lista III obtuvo el apoyo del Colegio de Abogados del estado de Nueva York.
«Cuando el Congreso incluyó la marihuana en la Lista I hace casi medio siglo, nunca pretendió que su decisión quedara grabada en piedra. Desde entonces, los puntos de vista sobre los daños y beneficios de la marihuana evolucionaron, y los estados han tomado diferentes caminos para la regulación dentro de sus fronteras», declaró.
La Missouri Cannabis Trade Association calificó la reprogramación como un «cambio político monumental» para la industria del cannabis, así como para la normalización de su consumo.
El grupo señaló que las pequeñas empresas en el comercio de marihuana del estado pagan una tasa impositiva efectiva de más del 70 por ciento, ya que se les prohíbe deducir los costos al por mayor del producto.
Con la eliminación de la marihuana de la Lista I, esta «carga fiscal» se eliminaría y los negocios de marihuana serían tratados como otras pequeñas empresas, dijo el grupo.
La Asociación de Administradores de Programas de Abuso de Sustancias (SAPAA, por sus siglas en inglés), una organización sin ánimo de lucro, se opuso a la propuesta, alegando que existe un «potencial significativo» para el abuso de la marihuana. También planteó preocupaciones sobre el «impacto perjudicial de la sustancia en la salud y la seguridad pública».
«Los consumidores de marihuana pueden presentar deterioro cognitivo, ansiedad, paranoia y psicosis, y existe una incertidumbre permanente sobre el alcance total de sus efectos sobre la salud», afirmó el grupo. «Los estudios también indican que el consumo de marihuana se asocia a una mayor probabilidad de accidentes de tráfico, visitas a urgencias y lesiones en el lugar de trabajo».
También la Asociación Internacional de Jefes de Policía expresó su «firme oposición» a la reclasificación de la marihuana, advirtiendo que afectaría significativamente a la capacidad de la policía para proteger al público.
La asociación señaló que el consumo de marihuana altera la percepción, el juicio y la coordinación, por lo que «aumenta significativamente el riesgo de accidentes y muertes en las carreteras».
«Los estados que han legalizado la marihuana recreativa, como Colorado, han experimentado notables aumentos en las frecuencias de siniestros por colisión y en las muertes de tráfico relacionadas con la marihuana», señaló la asociación.
Un motivo de especial preocupación es el efecto de la marihuana en los adultos jóvenes y los adolescentes. El consumo de marihuana durante fases cruciales del desarrollo puede afectar negativamente al desarrollo cerebral, reducir el cociente intelectual y hacer que los niños sean más propensos a sufrir problemas de salud mental como la esquizofrenia y la depresión.
Por su parte, el candidato presidencial republicano y expresidente Donald Trump ha expresado su apoyo a una medida electoral en Florida que busca legalizar la marihuana en el estado.
«Le guste o no a la gente, esto pasará por la aprobación de los Votantes, así que debe hacerse correctamente», escribió el expresidente en Truth Social.
La ley permitiría a los adultos mayores de 21 años tener hasta tres onzas de marihuana. En la actualidad, solo los pacientes con condiciones médicas calificadas pueden comprar marihuana en Florida.
Si se legaliza la marihuana, la Legislatura debería prohibir su uso en lugares públicos, escribió Trump en el posteo.
«Al mismo tiempo, alguien no debería ser un criminal en Florida, cuando esto es legal en tantos otros Estados», escribió el expresidente. «No necesitamos arruinar vidas y malgastar dólares de los contribuyentes, arrestando a adultos con cantidades personales de la misma en ellos, y nadie debería llorar a un ser querido porque murió de marihuana mezclada con fentanilo».
La campaña presidencial de la vicepresidenta Kamala Harris respondió acusando a Trump de un flip-flop «descarado».
«A partir de esta mañana, Trump ahora sugiere que está a favor de la legalización de la marihuana, pero como presidente, su propio Departamento de Justicia tomó medidas enérgicas contra los delitos de marihuana», dijo Ian Sams, un exasistente de comunicaciones de Harris que se unió a la campaña a principios de este mes, en un memorando obtenido por ABC News.
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