Entre los encendidos discursos de los pesos pesados conservadores a lo largo del segundo día de la CPAC 2022, el doctor Ben Carson, de voz suave, expuso enfáticamente una creencia que casi seguramente encenderá la ira de algunos y elogios de otros en una división ampliamente partidista.
En el CPAC del 25 de febrero, Carson no recibió más que amor. Entre el entusiasmo y las prolongadas ovaciones, el neurocirujano pediátrico retirado habló con su característica tranquilidad en la Conferencia de Acción Política Conservadora de Orlando. Durante su charla de 15 minutos, describió lo que, según él, han sido los peligrosos efectos de las políticas del COVID-19 en los niños.
Sin duda, Carson, de 70 años, está bien cualificado para hablar de la salud de los niños. Uno de los aspectos más destacados de su carrera como médico fue la realización de la primera separación con éxito de gemelos unidos por la parte posterior de la cabeza en 1987.
Tras retirarse de la medicina, Carson se presentó a las elecciones presidenciales frente a un grupo de republicanos. Fue nombrado por el vencedor final de esa elecciones, el expresidente Donald Trump, para el puesto de secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano de Estados Unidos.
En el evento CPAC, cuyas entradas se agotaron y duró cuatro días, Carson dijo a la audiencia de conservadores que arriesgar a los niños a los posibles efectos negativos a largo plazo de la vacuna contra el COVID-19 «no tiene absolutamente ningún sentido». Eso es porque el riesgo de que los niños sanos mueran a causa del virus es del 0.025 por ciento.
«Pero no tenemos ni idea del efecto a largo plazo que estas proteínas espiculares van a tener», dijo Carson, refiriéndose a la controvertida vacuna ahora aprobada para los niños. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) recomiendan ahora que «todas las personas a partir de los 5 años de edad se vacunen contra el COVID-19 para protegerse de él».
Las vacunas contra el COVID-19 de ARNm instruyen al cuerpo «para que produzca un pedazo inofensivo» de la proteína espicular, según una página informativa de una web de los CDC dedicada al tema.
«La proteína espicular se encuentra en la superficie del virus que causa el COVID-19», explica la página de los CDC. Cuando el sistema inmunitario detecta las proteínas fabricadas como resultado de la vacuna, se desencadena una respuesta inmunitaria y se producen anticuerpos para combatir la infección.
«Al final del proceso, nuestro cuerpo ha aprendido a protegerse contra futuras infecciones del virus que causa la COVID-19», continúa la página de los CDC. «La ventaja de las vacunas contra el COVID-19 de ARNm, como todas las vacunas, es que los vacunados obtienen esta protección sin tener que arriesgarse a las consecuencias potencialmente graves de enfermar de COVID-19».
Pero no se conocen los efectos a largo plazo del uso de la vacuna y de la creación de las proteínas espiculares, dijo Carson. Así que ser precavido, o incluso escéptico, no convierte a alguien en un mal padre. «Te convierte en un muy buen padre», dijo.
Es más, el uso prolongado de las mascarillas ya ha dañado a los niños de forma irreversible, dijo Carson. En primer lugar, ha provocado retrasos en el habla en algunos de ellos.
Además, una forma natural de que los niños pequeños se formen una imagen de sí mismos es recibir una respuesta positiva de las expresiones faciales de quienes les rodean. Las mascarillas han bloqueado ese proceso tan necesario para el desarrollo humano.
«Vamos a tener una generación de personas compulsivas» porque no sabrán interactuar adecuadamente con los demás, dijo Carson.
Los niños también han sufrido un retroceso en su educación al impedirles ir a la escuela en persona.
Además, «les perjudicamos diciéndoles: ‘Puedes estar albergando alguna enfermedad mortal. Puede que no estés enfermo, pero puedes contagiar a tu abuela, y ella puede morir'».
«Pues bien, las abuelas envejecen y mueren, y ahora ellos se van a sentir culpables por esto», dijo Carson.
Pero el daño reciente a los niños también proviene de la propagación del movimiento «woke». Woke es un término que se utiliza ahora para señalar a personas que ostentan sobre cuánto les importa alguna cuestión social, especialmente al racismo. Es un término de la jerga que se extendió como parte del movimiento Black Lives Matter.
Y la popularización del marco de ese movimiento también ha perjudicado a los niños, dijo Carson.
«Si eres blanco, te dicen que eres un opresor y la causa de todos los problemas de las minorías. Y si eres una minoría, te dicen que eres una víctima», dijo.
En el caso de los niños, dijo Carson, «todo esto sucede cuando estás tratando de construir tu imagen personal. Y por si fuera poco, te dicen que no puedes ser una niña o un niño. ¡Es un abuso infantil!».
Los adultos deben estar atentos a lo que se les enseña a nuestros hijos, afirmó. La gente de la izquierda, dijo, «está sembrando semillas [sobre la sexualidad a niños tan pequeños como los de jardín de infantes]. Y esto es algo terrible».
Él ha visto libros que se han puesto en las escuelas, dijo, que «tienen gente desnuda haciendo todo tipo de cosas que la gente no debería saber a esa edad. Están afectando al carácter de los niños en una época de inocencia, cuando se supone que deben divertirse y desarrollarse. (…) estamos destruyendo la familia americana y echando por tierra la creencia en Dios».
La respuesta es que la gente esté dispuesta a defender lo que es correcto, dijo Carson. Es un tema que han repetido los oradores a lo largo de los dos primeros días del megaevento conservador.
Ese es «el mayor problema que tenemos ahora mismo en este país», dijo Carson. «La mayoría de la gente es buena, pero tiene la tendencia a quedarse en su rincón con la cabeza agachada. No podemos hacer eso. Es hora de que la gente defienda lo que cree».
La politización de la pandemia le ha sorprendido, dijo. Y seguramente causará graves problemas más adelante, porque mucha gente ya no cree en los proveedores de servicios médicos.
«Hay una tremenda pérdida de confianza en nuestro gobierno y en nuestras instalaciones médicas gubernamentales —los CDC, los NIH— porque se han dejado manipular por otras fuerzas», dijo Carson.
Un ejemplo fue una «regla tonta que dice que no se puede obtener la EUA [autorización de uso de emergencia para un medicamento] si hay otros tratamientos eficaces», dijo. «Y por eso denigraron la hxdroxicloroquina».
Los médicos y otros expertos que se han atrevido a sugerir que la hidroxicloroquina puede utilizarse para tratar con éxito el COVID-19 han sido objeto de una gran burla. Muchos en la derecha creen que la razón es que el expresidente Donald Trump mostró interés en probarla como tratamiento al principio de la pandemia. Muchos médicos independientes y pacientes recuperados han seguido afirmando que el medicamento, aprobado para otros usos por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, funciona bien. Los Institutos Nacionales de Salud informan de lo contrario. Otros países han aprobado oficialmente el uso del fármaco para el tratamiento del COVID-19.
«Si vas a África occidental, a un lugar como Nigeria, allí casi no hay COVID durante todo este asunto. ¿Por qué? Porque toman hidroxicloroquina como antipalúdico», afirmó Carson.
«¿Por qué en algunas partes de la India casi no hay COVID? Porque tomaban ivermectina».
La ivermectina, también un fármaco aprobado por la FDA para otros usos, se encuentra en ensayos clínicos en Estados Unidos para ver si es un tratamiento eficaz para el COVID-19. También fue ampliamente desacreditada como tratamiento potencial después de que Trump la sugiriera como una opción que merecía la pena. Pero en todo el mundo, muchos países han adoptado oficialmente la ivermectina como tratamiento para el COVID-19 o permiten extraoficialmente su uso.
Si esos dos medicamentos se hubieran utilizado ampliamente en Estados Unidos, dijo Carson, «creo que se habrían salvado cientos de miles de vidas estadounidenses. Las políticas no tienen sentido».
Pero el riesgo del virus se está desvaneciendo rápidamente, dijo. Los de la izquierda serán reacios a verlo desaparecer, especialmente antes de las elecciones de mitad de período, porque será difícil ejercer tanto poder sobre la gente cuando la amenaza del COVID-19 disminuya, dijo.
Sin embargo, dijo, los políticos ávidos de poder no pueden detener ese proceso de perder el control sobre el miedo al virus que asoló el mundo.
«Aunque no quieran que se vaya, se va a ir», dijo Carson, «porque el buen Dios tiene una manera de ocuparse de las cosas. Él dice: ‘Ya que no parecen tener ninguna capacidad para entender lo que está pasando, simplemente haré que esta cosa sea cada vez más débil y contagiosa'».
«Así, muy pronto todo el mundo se habrá contagiado, y ellos [los de la izquierda] no podrán hacer que [la pandemia] dure hasta noviembre».
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