La avalancha de acuerdos de culpabilidad entregados por los fiscales en el caso contra el expresidente Donald Trump en Georgia acelerará el juicio y bloqueará los testimonios desfavorables para él, aunque sigue siendo poco probable que el juicio pueda apretarse antes de las elecciones de 2024, según una exfiscal federal.
El expresidente fue acusado el 14 de agosto junto a otras 18 personas por sus esfuerzos para impugnar los resultados de las elecciones de 2020. La fiscal de distrito del condado de Fulton, Fani Willis, alegó que los acusados participaron en una conspiración de chantaje para perturbar y retrasar el recuento de los votos electorales.
Uno de los acusados, el agente de fianzas Scott Hall, aceptó un acuerdo de culpabilidad que redujo sus cargos de siete delitos graves a cinco delitos menores, librándose de una libertad condicional de cinco años, una multa y servicios a la comunidad. Como parte del acuerdo, aceptó testificar para los fiscales.
En la última semana, otros tres acusados siguieron su ejemplo: la exfiscal federal Sidney Powell se declaró culpable el 19 de octubre de seis delitos menores y, en los cinco días siguientes, los acusados Kenneth Chesebro y Jenna Ellis se declararon culpables de un delito grave cada uno, con la promesa de que los fiscales solo recomendarían la libertad condicional. En virtud de la legislación de Georgia, y por ser sus primeros delitos, sus antecedentes se borrarían una vez cumplida la libertad condicional. Los tres aceptaron también testificar a favor de la acusación.
Los acuerdos aceleraron considerablemente el caso. Powell y Chesebro habían solicitado inicialmente un juicio rápido por separado, cuyo inicio estaba previsto para el 23 de octubre. El juez de la Corte Superior del Condado de Fulton, Scott McAfee, que preside el caso, estimó que el juicio podría durar cinco meses, suponiendo una rápida selección del jurado, que no estaba garantizada. Eso habría empujado el juicio con el presidente Trump más allá de 2024 y posiblemente más allá debido a los conflictos de programación con otros tres juicios que enfrenta el próximo año en Washington, DC, Nueva York y Florida.
Con el juicio Powel-Chesebro fuera del camino, Willis ahora puede presionar por una fecha de juicio más temprana para el expresidente y los coacusados restantes.
Se trata de un gran asunto», comentó John Malcolm, miembro de la Heritage Foundation y exfiscal federal en Georgia.
«Todos los testigos a los que iba a tener que llamar y exponer sus historias, ahora no tiene que hacerlo».
El momento del caso tiene implicaciones políticas porque puede ser de interés para el presidente Trump retrasar el juicio más allá de las elecciones de 2024. En la actualidad es, con diferencia, el candidato más votado del Partido Republicano y se espera que consiga la nominación.
Willis ha demostrado que está dispuesta a no prometer penas de cárcel, lo que crea un incentivo para que los acusados se declaren culpables, especialmente en un caso de crimen organizado en el que la pena mínima es de cinco años de prisión.
«No lo llamaré un trato de favor, pero están consiguiendo un trato muy favorable», dijo Malcolm.
También es posible que actúen bajo el supuesto de que «se obtiene un mejor acuerdo si se llega antes», señaló.
Si Willis está tratando de terminar el juicio antes de las elecciones, puede tratar de reducir el número de acusados tanto como sea posible para acortar el juicio.
Incluso entonces, sin embargo, la línea de tiempo puede ser poco realista, dijo Malcolm, teniendo en cuenta otros dos juicios con el presidente Trump ya programados para marzo y mayo de 2024, un juicio civil en curso en Nueva York y otro juicio penal en Nueva York que probablemente tendrá lugar a finales del próximo año.
«Sigo pensando que es muy poco probable que el juicio de Atlanta tenga lugar antes de las elecciones. No voy a decir que sea imposible, pero creo que es muy poco probable, sobre todo con 15 acusados», dijo.
«Ahora bien, si consigue que se reduzca a tres o cuatro acusados, entonces, ya sabes, tal vez ocurra, pero sigo pensando que es altamente improbable».
Testimonio garantizado
Los acuerdos de declaración de culpabilidad garantizan que Willis escuchará lo que quiere oír de los antiguos acusados cuando testifiquen.
Según la práctica habitual, los acusados hacen una declaración a los fiscales en la que hacen admisiones específicas que les valen el acuerdo con la fiscalía.
«Estoy seguro de que, sea cual sea la declaración que hicieron, fue mecanografiada y presentada ante ellos. Y ellos dijeron: ‘Sí, ese sería mi testimonio'», dijo Malcolm.
La declaración en sí no puede utilizarse en un juicio.
«Es un testimonio de oídas. El testigo está disponible, por lo que tiene que ser sometido a un contrainterrogatorio», explicó.
«El acusado, Donald Trump, tiene el derecho de la Sexta Enmienda a confrontar a los testigos en su contra».
Pero los testigos no pueden retractarse de lo que dijeron en la declaración.
«Supongo que cualquier declaración que hayan hecho ha sido dicha bajo pena de perjurio, y supongo que podrían ser acusados o bien de violar sus acuerdos de declaración, en cuyo caso se restablecerían cargos más graves contra ellos, o bien podrían ser acusados de perjurio», dijo.
Eso puede poner a un acusado en una situación precaria, especialmente si se declara culpable de algo que sabe que no es cierto».
Powell, por ejemplo, fue acusada de hacer que una empresa de análisis forense de datos, SullivanStrickler, copiara datos de máquinas electorales y ordenadores en el condado de Coffee, Georgia, sin autorización el 7 de enero de 2021. Los datos estaban destinados a ser examinados en busca de pruebas de fraude electoral.
Aunque sus cargos se redujeron de delitos graves a delitos menores, la acusación que firmó mantiene que conspiró para que la empresa de datos accediera a los datos de las máquinas de votación sin autorización.
Sin embargo, su abogado, Brian Rafferty, argumentó previamente ante la corte que esto era falso y que no había pruebas de ello.
«No existen comunicaciones de ningún tipo entre Powell y ninguno de los presuntos co-conspiradores o co-conspiradores no acusados que evidencien ningún acuerdo por parte de Powell para que el personal de SullivanStrickler viajara al condado de Coffee o contratara sus servicios para el condado de Coffee, y mucho menos para hacerlo con fines ilegales», dijo en una presentación judicial anterior.
Harvey Silverglate, abogado del co-acusado John Eastman, advirtió que el testimonio obtenido a través de un acuerdo de culpabilidad es intrínsecamente cuestionable.
«¿Va a decir la verdad o va a decir algo para satisfacer a Fani Willis?», preguntó, refiriéndose a Powell.
Según su experiencia, ese «testimonio recompensado es más a menudo falso que verdadero», declaró anteriormente a The Epoch Times.
«Llevo haciendo esto desde 1967 y he oído a muy pocos testigos del gobierno convertidos, testigos del gobierno recompensados, decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad».
Malcolm sugirió que los abogados de los acusados seguramente insistirán en este punto cuando interroguen a los testigos.
«Van a ser sometidos a un enérgico interrogatorio debido a los acuerdos de culpabilidad que se les han ofrecido», dijo.
Aún así, puede ayudar significativamente a la acusación.
«Van a decir: ‘Yo estaba en una habitación cuando oí a esta persona decir lo siguiente’. Y puede que tengan algunos documentos en su poder que el gobierno desconocía hasta ahora para respaldar su testimonio», dijo.
Willis también puede estar dispuesta a dejar libres a la mayoría de los acusados, dado que uno de ellos, el presidente Trump, es con diferencia el objetivo más valioso.
«Supongo que su objetivo final es Donald Trump y cuantas más personas consigan que digan: ‘Cometí un delito y lo hice por él’, mejor para la acusación», dijo Malcolm.
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