En una carta (pdf) fechada el 15 de septiembre, cuarenta y siete legisladores republicanos expresaron recientemente su «grave preocupación» por la preparación militar como resultado del mandato del Pentágono. The Epoch Times habló con cuatro de los legisladores que firmaron la carta, en la que se pedía al secretario de Defensa, Lloyd Austin, y al Departamento de Defensa que retiraran el mandato de la vacuna contra el COVID-19 para los miembros del servicio militar.
«Como resultado del mandato [de la vacuna], el ocho por ciento del aproximadamente millón de soldados del Ejército se enfrenta a la expulsión», decía la carta.
El Ejército solo ha cumplido el 52% de su objetivo de reclutamiento para el año fiscal 2022, añadía la carta.
«Si bien estamos abordando principalmente el problema de reclutamiento del Ejército», dijo el representante Clay Higgins (R-La.), «esta cuestión es un problema en todo el tablero para todos nuestros servicios uniformados». Sin faltar al respeto a las otras ramas del servicio, dijo, «el Ejército es la piedra angular de nuestra presencia militar en el mundo».
Higgins y otros legisladores del GOP estuvieron de acuerdo en que el fracaso del Ejército para alcanzar su objetivo de reclutamiento está directamente relacionado con el mandato de vacunación para los militares que fue puesto en vigor por Austin en agosto de 2021.
«Esto es claramente el caso porque el 40 por ciento de los hombres de 18 a 24 años no se han aplicado la vacuna», explicó Higgins.
El representante Pete Stauber (R-Minn.) subrayó que «el mandato claramente desincentiva al 40 por ciento de los reclutas».
El representante Mike Johnson (R-La.) señaló que «en el sureste, que es la zona que más reclutas tiene, esa cifra supera el 50 por ciento».
«Lo que esto significa es que el Departamento de Defensa ha descalificado a casi la mitad de su grupo de reclutamiento desde el principio», añadió.
En la historia del Ejército, dijo Higgins, «el país nunca se ha quedado tan corto en sus objetivos de reclutamiento».
Con las crecientes amenazas de países como China, Irán, Rusia y Corea del Norte, dijo Johnson, «estamos en un momento muy peligroso en términos de nuestra defensa nacional, y no podemos permitirnos tener déficits como éste».
Y según Higgins, «la preparación y la capacidad de despliegue de nuestro Ejército es el factor más significativo en el debate sobre la eficacia de nuestro Ejército en el mundo».
Stauber coincidió con los demás, diciendo que el mandato del Pentágono es «tiránico» y «perjudica absolutamente» la preparación militar y la seguridad nacional. «Con el mundo violento, incierto y complejo en el que vivimos, nosotros, como nación, tenemos que estar en condiciones de proyectar fortaleza militar en todo el mundo, y perder miles de soldados no va a ayudar a eso», dijo.
Se cuestiona la necesidad
«Que el Departamento de Defensa continúe con el mandato de la vacuna es muy sospechoso», dijo Johnson. «En el Congreso tenemos la responsabilidad de supervisar y hacer preguntas importantes, y eso es lo que hicimos con esta carta, y vamos a obtener respuestas de una forma u otra».
Johnson reconoce que «hay una tendencia en cualquier agencia o departamento federal a dar largas» a la hora de responder a una investigación del Congreso, pero dijo que está previendo que los republicanos serán la nueva mayoría en la Cámara después de las elecciones de mitad de período en noviembre.
«Cuando llegue enero, no se me ocurre un asunto de supervisión más importante que la defensa de nuestra nación», dijo Johnson. «Presionaremos y seremos muy agresivos».
Stauber dijo que los constituyentes han estado presionando a su oficina para ayudar a luchar contra el mandato de la vacuna militar.
«Los hechos sobre la ilegalidad e ineficacia de la vacuna son indiscutibles, y los miembros del servicio informados y sus familias están llamando a mi oficina, pidiendo que el Congreso haga algo para detener el mandato tiránico [de Austin]», dijo.
La representante Diana Harshbarger (R-Tenn.) dijo que «estas familias están pidiendo a gritos a las personas que han dedicado su vida al ejército y a la defensa del país». Y como resultado, dijo, «tuve que ser parte de hacer saber a Lloyd Austin que esto es inaceptable».
Johnson y otros pusieron en duda la necesidad del mandato, dadas las dudas sobre la eficacia de la vacuna.
«Como se menciona en la carta, la eficacia de la vacuna está en duda ahora», dijo Johnson.
«Los miembros del servicio menores de 40 años no tienen casi ningún riesgo y la probabilidad de muerte por el virus es casi nula», dijo Johnson, y añadió que «es irrefutable que la inmunidad natural es una mejor protección contra el virus cuando los datos están demostrando que las vacunas COVID no son eficaces contra la variante más reciente de todos modos».
Higgins dijo que «el Departamento de Defensa se niega a reconocer la inmunidad natural, pero en su lugar, siguen impulsando una vacuna que es increíblemente peligrosa con prácticamente ningún beneficio».
Según Harshbarger, «cuando Biden dijo que la pandemia había terminado [en una entrevista en «60 Minutes» el 18 de septiembre], exige la inmediata reversión y retirada del mandato».
Pero en lugar de poner fin al mandato, dijo, «están dispuestos a reducir los estándares de reclutamiento, lo que solo va a empeorar las cosas y crear un problema mayor al final».
Para ello, Higgins dijo que «aunque tuvieras un ejército permanente de un millón de efectivos, no te sirve de nada si no puedes desplegarlos para luchar o no son capaces de hacerlo».
«También corresponde a nuestro Ejército y a nuestros líderes militares proteger a nuestros soldados para que puedan mantener y mejorar su salud de forma que puedan seguir aptos», dijo Higgins.
Harshbarger dijo que «la conclusión es ésta: nuestros miembros del servicio no se ofrecieron como voluntarios para luchar por nuestra libertad solo para que les quitaran sus propias libertades», y añadió que «hay que mantenerlos fuertes para que puedan ser fuertes para todos nosotros».
The Epoch Times se ha puesto en contacto con el Departamento de Defensa por comentarios.
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