El Senado de Delaware votó el jueves a favor de exigir a los compradores de armas de fuego que obtengan permisos y reciban formación antes de poder adquirirlas, uniéndose a estados como Nueva York y Connecticut, así como de un proyecto de ley que prohibiría los cargadores con más de 17 cartuchos.
La medida fue aprobada en una votación de 13 a 8, con un demócrata del Senado que se unió a los republicanos para votar en contra del proyecto. El único demócrata que votó en contra del proyecto de ley, el senador Bruce Ennis, argumentó que el dinero utilizado para operar un sistema de permisos de armas de fuego podría ser utilizado para combatir la actividad de las pandillas y el crimen en Delaware.
Los legisladores republicanos dijeron que los proyectos de ley infringen la Segunda Enmienda de la Constitución.
«Los cargadores capaces de alimentar 30, 40, 50 o 100 rondas de munición en las armas son un elemento común entre los tiradores en ataques masivos en Estados Unidos», dijo el patrocinador del proyecto de ley, el senador David Sokola, un demócrata. «Cuantas más balas pueda disparar uno, más muertes y lesiones puede causar».
«Garantiza que los propietarios de armas de fuego habrán realizado cursos de entrenamiento para reducir el número de disparos accidentales, suicidios y muertes por arma de fuego», dijo la patrocinadora del proyecto de ley, la senadora demócrata Tizzy Lockman.
Pero un legislador republicano sugirió que tales prohibiciones son similares a las políticas aplicadas por los regímenes autoritarios del siglo XX, como los nazis.
«Hitler fue legal en lo que hizo, y fue gracias a la legislación y a los legisladores que allanaron el camino para ello», dijo el senador Dave Lawson, reportó WHYY. «Esperar que la gente obedezca esto y continúe con esta extralimitación del gobierno es pedir que se despierte un gigante que tal vez no se quiera».
Los grupos defensores de los derechos de las armas, como la Asociación Nacional del Rifle (NRA), han señalado con frecuencia que la «prohibición de las armas de asalto» de 1994 —que también prohibía los cargadores de gran capacidad— que expiró en 2004, no tuvo un impacto significativo en la delincuencia. Según un estudio del Urban Institute, «las armas prohibidas nunca se utilizaron en más de una modesta fracción de los asesinatos con armas». La investigación proporcionada por la Corporación RAND no encontró ninguna prueba de que la prohibición de los cargadores de alta capacidad o de las «armas de asalto» tenga un efecto sobre los delitos violentos o los tiroteos masivos, según la NRA.
«Los atentados terroristas en Francia y Bélgica demuestran que las prohibiciones de armas incluidas las de las armas de fuego semiautomáticas y los cargadores de capacidad estándar— no evitan el crimen. En ambos países, la posesión de armas de fuego, incluidas las semiautomáticas, está severamente restringida», escribió el grupo.
Los legisladores demócratas a nivel estatal y federal, así como el presidente Joe Biden, han dicho que se necesitan más leyes de armas, incluidas las que proporcionan controles de antecedentes más estrictos, después de dos tiroteos masivos en Colorado y Atlanta el mes pasado.
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