Demanda de fiscal general de NY contra Trump es un esfuerzo por impulsar sus perspectivas, según expertos

Por Michael Washburn
27 de septiembre de 2022 8:04 PM Actualizado: 27 de septiembre de 2022 8:04 PM

Análisis de noticias

La fiscal general de Nueva York, Letitia James, arrastra un importante lastre político por su frustrada candidatura a gobernadora el año pasado y ha apuntado al expresidente Donald Trump y a sus familiares con una serie de nuevas acusaciones civiles en un esfuerzo por reforzar sus perspectivas de reelección en un estado fuertemente azul, dicen los expertos legales y los estrategas políticos.

La frustración con la delincuencia en la ciudad de Nueva York es alta, al igual que en muchas otras partes del país, y capitalizar la aversión de los demócratas liberales hacia el expresidente es, en parte, una táctica de distracción y una táctica para recuperar algo de popularidad y prestigio, argumentan los expertos.

El 21 de septiembre, la fiscal general James presentó una demanda contra Trump y tres de sus hijos adultos, alegando que habían cometido un fraude financiero al exagerar el valor de algunos de sus activos durante más de diez años. El presunto motivo del fraude era conseguir mejores condiciones con los bancos y los proveedores de seguros. Además de prohibir a Donald, Ivanka y Eric Trump ser directores de empresas registradas en el estado de Nueva York o hacer negocios inmobiliarios, la demanda pretende recuperar 250 millones de dólares que, según James, Trump y sus familiares obtuvieron de forma ilícita.

Los últimos movimientos legales contra el expresidente y su familia, que siguen de cerca la redada del FBI del 8 de agosto en la casa de Trump en Mar-a-Lago, provocaron rápidamente una serie de declaraciones hiperbólicas de expertos hostiles a Trump y a la marca de republicanismo que creen que representa.

El 26 de septiembre, Michael Tomasky, un influyente comentarista y autor que es editor de The New Republic y redactor jefe de Democracy, publicó un extenso artículo de opinión en The New Republic en el que utilizó repetidamente improperios en referencia al expresidente y se deleitó con lo que Tomasky ve como las probables consecuencias de los últimos problemas legales de Trump.

Tomasky se explayó sobre los escenarios que cree que podrían resultar de las acusaciones de James contra Trump y su familia, así como de la redada en Mar-a-Lago. En el primer escenario, Tomasky sugirió que Trump podría vender o regalar a una potencia extranjera hostil algunos o todos los documentos de alto secreto que presuntamente había llevado de la Casa Blanca a Mar-a-Lago al dejar el cargo.

El segundo escenario que imaginó Tomasky es uno en el que Trump incitará a sus seguidores con el fin de provocar disturbios civiles masivos.

Sopesar la idoneidad de los cargos

Si bien los comentarios de Tomasky sobre la investigación y sus posibles consecuencias pueden ser emblemáticos de la tendencia de algunos expertos a alegrarse por los problemas de Trump, los comentaristas con un enfoque más explícito en la ley y los precedentes legales han planteado preocupaciones.

Como fiscal general, James tiene la responsabilidad legal y moral de hacer cumplir la ley de manera neutral políticamente y evitar la tentación de ajustar cuentas con exfuncionarios con los que tiene diferencias políticas de larga data.

El 22 de septiembre, el célebre experto legal Alan Dershowitz dijo a Newsmax que veía un marcado conflicto de intereses en el deseo de James, que había hecho campaña para el cargo en 2018 con la promesa de procesar al entonces presidente Trump, de intentar ahora cumplir esa promesa incumplida.

«No se puede tener a los fiscales incluso procesando civilmente a un acusado si hicieron una promesa de campaña que tienen que cumplir. No son neutrales ni objetivos», dijo Dershowitz.

Mark Graber, profesor de Derecho de la Universidad de Maryland, cree que las pruebas sugieren que puede haber irregularidades en los informes financieros del expresidente y de los demás acusados en la demanda de James. En el actual clima altamente politizado, Graber considera que es prácticamente inevitable que algunos perciban un conflicto de intereses en esta situación.

«Creo que, en los tiempos que corren, en cualquier momento en que se presenten las acusaciones, algunas personas pensarán: ‘Esto es sospechoso’. Para bien o para mal, la acusación de una persona como Trump siempre le parecerá a muchos que es política, y a muchos otros, que recibe su merecido», dijo Graber a The Epoch Times.

Después de que el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, renunciara en el curso de un escándalo de acoso sexual, en gran parte como consecuencia de una investigación y una acusación detallada que la propia James supervisó, la fiscal general anunció en octubre de 2021 que se presentaría a la gobernación. Pero James anunció el 9 de diciembre de 2021 que abandonaba la carrera, en medio de encuestas que la mostraban con un margen de dos dígitos por detrás de la entonces vicegobernadora Kathy Hochul, que acabó ganando la carrera.

Graber no cree que, ahora que James busca otro mandato como fiscal general, esté tratando de recuperar el capital político perdido con una acusación de alto perfil contra el expresidente.

«Cualquier fiscal podría estar preocupado por sus perspectivas de reelección. Se sabe que eso ocurre. No hay razón para pensar que James esté más o menos preocupada que cualquier otro fiscal», dijo James.

Pero Michael Alcazar, profesor del John Jay College of Criminal Justice y exdetective de la ciudad de Nueva York, cree que James alberga ambiciones que pueden ir mucho más allá de ganar otro período como fiscal general, y ve un fuerte motivo político en el trabajo.

«La demanda de Letitita James contra Trump parece una campaña de desprestigio. Creo que a la fiscal general de Nueva York le encanta la atención que está recibiendo con esta demanda. ¡Todos los ojos sobre ella! Si tiene éxito, podría impulsar su carrera o su potencial candidatura a otros cargos (como gobernador)», dijo Alcazar a The Epoch Times.

¿Un motivo partidista?

James también puede tener un interés en promover la percepción de que el expresidente está demasiado cargado de problemas legales y financieros para ser un candidato eficaz en 2024, sugirió Alcazar.

«Esta demanda civil, y otras demandas interpuestas contra Trump, lo mantendrán en los titulares durante su probable segunda carrera presidencial. Parecería que este es su objetivo, arrojar a Trump en una luz desfavorable», dijo Alcázar.

Pero Alcazar es escéptico sobre la conveniencia y el probable éxito de esta táctica.

«No creo que esto afecte a la posible candidatura de Trump. Por el contrario, creo que sus partidarios se unirán y apoyarán a Trump porque ven esto como un ataque político, y un obstáculo en el camino hacia la presidencia», declaró Alcazar.

«Algunos partidarios de Trump ven esto como una técnica de intimidación. La ven como la mala que se agarra a un clavo ardiendo para sacar adelante su agenda», añadió.

De acuerdo con este análisis está John Feehery, estratega, comentarista y exsecretario de prensa del representante Dennis Hastert (R-Ill.).

«James se enfrenta a una dura reelección —y con razón— es una política de pacotilla y está abusando de los poderes legales de su cargo para favorecer su carrera política», dijo Feehery a The Epoch Times.

Feehery no cree que la última ronda de complicaciones legales a las que se enfrenta Trump tenga el efecto de apartarlo en beneficio de otros posibles aspirantes a la candidatura del Partido Republicano en 2024, como el gobernador de Florida, Ron DeSantis.

«No estoy seguro de cómo esto ayuda a DeSantis, aparte de crear más ruido malo sobre Trump. Creo que este ataque es tan desnudamente partidista que podría ayudar a Trump», dijo Feehery.

The Epoch Times se ha puesto en contacto con la oficina de James para que haga comentarios.


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