CHICAGO— Cuando los concejales de Chicago se turnaron este viernes para interrogar al superintendente de policía, David Brown, sobre una alarmante ola de crímenes, Brown dijo que los oficiales habían hecho todo lo posible y que la culpa debería apuntar al sistema judicial que envió a demasiados delincuentes violentos de vuelta a la calle.
Una veintena de concejales solicitaron una reunión especial del ayuntamiento con Brown después de dos fines de semana violentos en Chicago, en los que fallecieron 24 personas y 114 resultaron heridas. El día anterior a la reunión, un bebé de un mes y una niña de 9 años recibieron disparos en la cabeza y otra niña de 8 años recibió un disparo en el brazo.
«Esto sucede porque en los tribunales hay demasiada defensa de los delincuentes violentos y muy poca consecuencia para sus comportamientos», dijo Brown a los concejales en la reunión.
El superintendente de policía destacó el creciente número de sospechosos violentos enviados por los jueces del condado de Cook de vuelta a la comunidad antes de los juicios, bajo el sistema de vigilancia electrónica, un dispositivo de seguimiento al estilo del GPS que se coloca en los tobillos de los sospechosos para controlar su paradero.
Además citó un análisis del Chicago Tribune según el cual, a mediados de mayo, más de 90 sospechosos acusados de asesinato estaban en régimen de vigilancia electrónica, mientras que hace cuatro años esa cifra era de unos 30. También en mayo alrededor de 570 sospechosos acusados de uso ilegal agravado de un arma estaban bajo vigilancia electrónica mientras que hace cuatro años, esa cifra era de unos 180. En total, los sospechosos violentos sometidos a vigilancia electrónica pasaron este año de cientos a miles.
Según Brown, algunos de estos sospechosos no tardaron en volver a cometer delitos violentos, incluido el asesinato. El mes pasado, Dominique Johnson, mientras estaba bajo vigilancia electrónica, mató a su novia y luego se suicidó en el lado sur de Chicago. En marzo, Dakari Davis, mientras se encontraba bajo vigilancia electrónica, disparó dos veces a un hombre de 45 años en un intento de robo de coche.
El concejal Byron López refutó el razonamiento de Brown, citando una investigación de la Universidad de Loyola que sugiere que las liberaciones previas al juicio no aumentaron significativamente la delincuencia después de una reforma de la fianza por delitos graves del condado de Cook en 2017. La investigación recoge datos hasta fines de 2019 y no tiene en cuenta el período de pandemia en el que los tribunales aumentaron drásticamente las liberaciones de la cárcel.
«Les pediría a esos investigadores que se trasladen al lado sur y oeste de Chicago y vuelvan con sus conclusiones. Solo una noche», dijo Brown. Los barrios del sur y del oeste se llevan la peor parte de los tiroteos en la ciudad.
«Cuando se dice que ‘unas pocas personas’ volvieron a cometer delitos [mientras estaban en vigilancia electrónica], para las víctimas eso lo es todo», dijo Brown. «‘Unas pocas personas’ son problemáticas en nuestro barrio. Unas cuantas personas’ cometieron un asesinato-suicidio este mes. Unas cuantas personas’ han apuñalado a alguien hasta causarle la muerte este mes. Esas ‘pocas personas’, para las víctimas, lo son todo».
La reunión especial del consejo tuvo lugar justo antes del fin de semana del 4 de julio, tradicionalmente uno de los más violentos de Chicago. El año pasado, 17 personas murieron y otras 63 resultaron heridas durante ese fin de semana.
El Jefe de Patrulla del Departamento de Policía de Chicago (CPD), Brian McDermott, también informó a los concejales sobre los planes de despliegue para el fin de semana del 4 de julio y el resto del verano. El CPD se centrará en los quince barrios más violentos del sur y el oeste de la ciudad y también trabajará con otras agencias gubernamentales y organizaciones comunitarias para combatir colectivamente el crimen.
Hasta el 2 de julio de este año, en Chicago, 364 personas fueron asesinadas y 1654 resultaron heridas, en su mayoría por disparos. El récord de 2021 casi coincide con el de 2020, el año de la pandemia que vio un fuerte aumento de los tiroteos en la ciudad.
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