Los demócratas de la Cámara aprobaron el 1 de julio el proyecto de ley «Moving Forward Act», una masiva de USD 1,5 billones y de 2300 páginas que los republicanos criticaron por ser algo más que un New Green Deal inútil disfrazado como una ley para carreteras y autopistas.
«La propuesta de más de USD 1,5 billones reconstruye las comunidades de EE.UU. con infraestructura e innovación más inteligente, más segura y duradera», dijo el presidente del Comité de Transporte e Infraestructura de la Cámara de Representantes, Peter DeFazio (D-Ore.) en un comunicado previo a la votación final.
La medida fue aprobada decisivamente por la Cámara de Representantes en una votación de 233 a 188. Tres republicanos se unieron a la mayoría demócrata para apoyar la medida, mientras que dos demócratas votaron en contra de la medida junto a los republicanos.
La medida incluye USD 494,000 millones para proyectos de transporte para reparar «nuestros caminos y puentes que se están desmoronando», así como USD 130,000 millones para reconstruir escuelas públicas en distritos empobrecidos, USD 100,000 millones para «crear o preservar 1,8 millones de hogares asequibles», USD 100,000 millones para crear acceso de banda ancha en zonas que ahora no lo tienen, USD 70,000 millones para fomentar el desarrollo y el uso de energía renovable y USD 25,000 millones para agua potable.
El proyecto de ley también incluye USD 30,000 millones para que los hospitales «aumenten su capacidad y fortalezcan la atención», y USD 25,000 millones para que el Servicio Postal de los Estados Unidos «modernice la infraestructura y las operaciones postales, incluyendo una flota de vehículos postales de cero emisiones, equipos de procesamiento y otros bienes».
En general, el proyecto de ley pretende, según DeFazio, fomentar «el desarrollo de la energía eólica y solar en terrenos públicos y la creación de una fuerza de trabajo para la energía eólica marina».
Pero el representante Sam Graves (R-Mo.), miembro de la minoría en el Comité de Transporte, calificó a la medida como el proyecto de ley de «a mi manera o nada», de la presidenta de la Cámara Nancy Pelosi (D-Calif.), porque los demócratas excluyeron a los republicanos en la creación del proyecto de ley.
Cuando la Cámara comenzó el debate sobre la medida a principios de esta semana, Graves dijo que «USD 2 de cada USD 5 de dinero para transporte terrestre–es decir USD 200,000 millones–se gastan en requisitos de mano dura del Green New Deal», y pronosticó que la medida «no irá a ninguna parte» en el Senado dirigido por los republicanos.
«Ha habido tanta incertidumbre e imprevisibilidad creada por la pandemia de COVID-19 en toda nuestra nación», dijo en un comunicado. «Lo que nuestros negocios y trabajadores del transporte necesitan ahora mismo es estabilidad, pero este proceso partidista y la agitación sísmica de nuestros programas federales de transporte les roba eso. Este proyecto de ley no hace nada para hacernos avanzar y eso es realmente una pena».
Los republicanos lograron ganar la adopción de una enmienda ofrecida por el pedido vehemente del representante Rick Crawford (R-Ark.) a la Cámara para revisar la medida para prohibir que las empresas chinas de propiedad estatal compitan por los proyectos de energía renovable en Estados Unidos.
DeFazio se opuso a la moción de Crawford porque la medida ya tiene «las disposiciones más estrictas de Buy American», dijo. También declaró que los republicanos estaban siendo hipócritas al ofrecer la enmienda porque el presidente Donald Trump está «coqueteando con China».
Pero más de tres docenas de demócratas de la Cámara se unieron a los republicanos para apoyar la enmienda, que fue aprobada con 224 votos a favor y 193 en contra.
El líder de la minoría de la Cámara, Kevin McCarthy (R-Calif.), dijo en Twitter luego de la votación de la enmienda, «Los demócratas estuvieron de acuerdo en entregar dinero de los contribuyentes a las empresas estatales chinas en su enorme proyecto de ley de gastos de USD 1,5 billones. Los republicanos pusieron fin a eso al aprobar esta enmienda de sentido común».
Durante el debate de la Cámara, el representante Louis Gohmert (R-Texas) dijo a The Epoch Times que debido a que saben que «nunca se convertirá en ley, los demócratas de la Cámara enterraron un puñado de buenas ideas bajo una montaña de malas [ideas], convirtiendo lo que debió haber sido un proyecto de ley vital y bipartidista en poco más que un fútbol político».
El representante Ted Budd (R-N.C.) coincidió con el punto de vista de Gohmert.
«A los demócratas de la Cámara no les importó obtener ninguna aportación republicana a esta lista de deseos de billones de dólares, y es evidente», dijo a The Epoch Times. «Este paquete inflado contiene un mayor financiamiento de los contribuyentes para partes claves del New Green Deal socialista, como la tecnología verde no probada y no rentable, mientras que al mismo tiempo aumentan las regulaciones sobre las necesidades básicas como la construcción de nuevas carreteras».
La propuesta de los demócratas fue rechazada por varios grupos que normalmente apoyan las medidas de infraestructura.
La Asociación Americana de Oficiales de Carreteras Estatales y Transportes se opusieron al proyecto de ley porque dijeron que: «retrasa innecesariamente las tantas reformas bipartidistas de transporte previamente acordadas por el Congreso».
La Asociación de Propietarios y Conductores de Camiones Independientes, que representa a miles de pequeñas empresas de camiones comerciales de larga distancia, también se opone a la medida.
El grupo de camioneros dijo que el proyecto de ley «destruirá a las pequeñas empresas de camiones en todos los rincones del país». Aumentar los requisitos mínimos de seguro en medio de una gran recesión económica sería nada menos que desastroso».
La Asociación de Tecnología del Consumidor afirma que la medida «deja a EE.UU. paralizado en la innovación del transporte, mientras que el resto del mundo avanza».
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