Los demócratas argumentaron en el segundo día del impeachment al expresidente Donald Trump que la irrupción al Capitolio no fue causada solo por el discurso del 6 de enero, sino que fue el resultado de un esquema de mensajes, transmitidos durante meses, que sembraron dudas sobre las elecciones y alimentaron la ira entre los votantes, al reforzar la opinión de que habían sido engañados y privados de derechos a causa de un fraude.
El representante Joe Neguse (D-Colo.), uno de los encargados del impeachment de la Cámara de Representantes, reprodujo varios clips sobre Trump dirigiéndose a la multitud el 6 de enero, en los que el expresidente dijo, “tienes que hacer que tu gente luche” y “porque nunca recuperarás nuestro país con debilidad. Tienes que mostrar fuerza y tienes que ser fuerte” y “luchamos, luchamos como el demonio, y si no luchas como el demonio, ya no vas a tener un país”.
Después de que se detuviera el metraje, Neguse se dirigió a la asamblea, alegando que los comentarios de Trump eran parte de un “esfuerzo de meses” para incitar a sus seguidores a oponerse a la certificación de los votos del Colegio Electoral para el presidente Joe Biden.
“Senadores, esto claramente no fue solo un discurso”, dijo Neguse. “No sucedió simplemente. Fue parte de un esfuerzo de meses, cuidadosamente planeado, con una instrucción muy específica. Preséntese el 6 de enero y haga que su gente luche contra la certificación. Lo incitó. Era previsible”.
Los abogados de Trump insistieron en que el expresidente no es culpable de «incitación a la insurrección», el único cargo del impeachment, calificando sus palabras en el discurso del 6 de enero -el día que una multitud irrumpió en el Capitolio- como meras figuras retóricas.
“Trump usó la palabra ‘luchar’ un poco más de un puñado de veces y cada vez en el sentido figurado que ha sido aceptado durante mucho tiempo en el discurso público, en el que se insta a las personas a ponerse de pie y usar su voz para ser escuchadas en asuntos importantes para ellos; no fue ni podría ser interpretado como incentivo para actos de violencia”, argumentaron en el escrito.
Si bien Trump hizo varias referencias a la «lucha» en su discurso del 6 de enero, pidió a sus seguidores que hicieran oír sus voces «pacífica y patrióticamente» durante la sesión conjunta del Congreso y luego actuó en contra de la violencia que ocurrió ese día.
Neguse sostuvo que las declaraciones de Trump el 6 de enero “no fueron retóricas”. “Algunos de sus partidarios fueron preparados para esto durante muchos meses”, argumentó.
El representante Joaquín Castro (D-Texas), otro encargado del impeachment de la Cámara, se hizo eco de los comentarios de Neguse al alegar que la incitación al incidente del 6 de enero tuvo lugar durante varios meses.
“Este ataque no vino de un solo discurso y no sucedió por accidente. La evidencia muestra claramente que esta turba fue provocada durante muchos meses por Donald J. Trump”, sostuvo Castro.
Castro alegó que en la primavera de 2020 Trump vio que se estaba quedando atrás en las encuestas “y estaba asustado. Empezó a creer que podía perder legítimamente las elecciones. Y así hizo algo completamente sin precedentes en la historia de nuestra nación. Se negó a comprometerse con una transición pacífica del poder”.
El legislador demócrata alegó que Trump luego recurrió a una estrategia en la que comenzó a cuestionar la validez de las elecciones al hacer afirmaciones de que la expansión generalizada de la votación por correo conduciría al fraude.
En apoyo de su afirmación, Castro mostró varios tuits de Trump, incluido uno que se remonta al 24 de mayo de 2020, en el que el expresidente criticaba la expansión masiva de la votación por correo y escribió: “Será la mayor elección manipulada en la historia”. Hizo referencia a otro tuit del 30 de julio de 2020, en el que el expresidente escribió que debido a la votación universal por correo el “2020 será la elección más INEXACTA Y FRAUDULENTA de la historia. Será una gran vergüenza para Estados Unidos”.
El representante Eric Swalwell (D-Calif.), otro encargado del impeachment de la Cámara, hizo afirmaciones similares, argumentando que las acciones de Trump fueron “deliberadas, planificadas y premeditadas”.
“Este no fue un discurso, ni un tuit. Fueron decenas. En rápida sucesión”, dijo Swalwell.
“Esto nunca se trató de un solo discurso. Construyó este esquema durante muchos meses con mensajes repetidos hasta que creyeron que les habían robado sus votos y harían cualquier cosa para detener la certificación. Les hizo creer que les habían robado la victoria y los incitó para quedarse con las elecciones”, alegó Swalwell.
La línea de argumentación de que la supuesta incitación de Trump fue parte de una estrategia de meses, habilitada por un esquema de mensajería que alimentó la frustración entre sus partidarios parece apuntar a una de las líneas de defensa que ha planteado el equipo legal de Trump. Los abogados del expresidente argumentaron que la evidencia, que muestra una planeación anticipada de la irrupción al Capitolio, demuestra que Trump no pudo haber incitado el incidente en su discurso del 6 de enero.
“La Oficina Federal de Investigaciones ha confirmado que la brecha en el Capitolio fue planeada varios días antes de la manifestación y, por lo tanto, no tuvo nada que ver con el discurso del presidente el 6 de enero”, argumentaron.
“O el presidente incitó a los disturbios, como afirma el artículo, o los disturbios fueron planeados de antemano por un pequeño grupo de criminales que merecen un castigo con el máximo peso de la ley”, escribieron.
Los abogados de Trump también han sostenido que la acusación de incitación a la insurrección no tiene fundamento.
“Una insurrección, a diferencia de un motín, es un movimiento organizado que actúa con el propósito expreso de derrocar y tomar posesión de los poderes del gobierno”, escribieron en los documentos, argumentando que el discurso de Trump “no fue un acto que alentara un movimiento organizado para derrocar al gobierno de Estados Unidos”.
El mes pasado, la Cámara votó 232-197, incluidos 10 republicanos, para acusar a Trump por incitar a una insurrección.
Sin embargo, la absolución de Trump en el Senado es casi segura, ya que 17 republicanos tendrían que unirse a todos los demócratas para emitir un voto condenatorio.
Según un recuento de The Epoch Times, 35 senadores republicanos han sugerido o se han comprometido a votar para absolver a Trump.
Si Trump fuera condenado, el Senado podría realizar una votación posterior para prohibirle que vuelva a ocupar el cargo. A diferencia de una condena de impeachment, que requiere que se adopten dos tercios del Senado, solo se requeriría una mayoría simple para vetar la postulación de Trump a un futuro cargo.
Siga a Tom en Twitter: @OZImekTOM
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo click aquí
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.