En una rueda de prensa celebrada el 10 de marzo sobre el próximo «Día de la Igualdad Salarial», los demócratas denunciaron la supuesta disparidad salarial entre hombres y mujeres.
El líder de la minoría en la Cámara de Representantes, el demócrata Hakeem Jeffries, dirigió la rueda de prensa acompañado por mujeres líderes y exlíderes del Congreso, entre ellas la expresidenta de la Cámara, la demócrata Nancy Pelosi. Los legisladores aprovecharon la rueda de prensa para insistir en las controvertidas afirmaciones sobre las discrepancias salariales entre hombres y mujeres por el mismo trabajo y pidieron la aprobación de la «Ley de Equidad Salarial» de su partido.
En su discurso de apertura, Jeffries dijo que ha existido una disparidad salarial entre hombres y mujeres en Estados Unidos «durante demasiado tiempo».
Jeffries añadió que era «injusto», «inconcebible» y «antiestadounidense… que las mujeres en Estados Unidos cobren aproximadamente 73 centavos por cada dólar que gana un hombre por hacer exactamente el mismo trabajo».
Pelosi siguió a Jeffries, comentando: «Creo que en el futuro la gente mirará atrás y dirá: ‘¿Qué me estás contando? ¿Hubo un tiempo en que las mujeres no tenían derecho al voto? ¿Hubo un tiempo en que no se respetaba el trabajo de las mujeres? Esto es horrible'».
«Sería vergonzoso», añadió Pelosi. «Pero tenemos que hacer algo al respecto ahora».
Los comentarios marcaron una rara aparición pública de la expresidenta de la Cámara de Representantes, que se ha mantenido en gran medida alejada de los focos desde que renunció al máximo cargo demócrata.
«Hoy vamos a hablar de algo de lo que, francamente, estamos tan cansados de hablar año tras año», dijo la representante Lois Frankel (D-Fla.) al inicio de la conferencia de prensa. «Y eso es el Día de la Igualdad Salarial».
El Día de la Igualdad Salarial se celebra el 14 de marzo, día en que, según sus partidarios, las mujeres alcanzan el mismo salario que sus homólogos masculinos durante el año anterior. En otras palabras, es el día en que los ingresos promedios de las mujeres alcanzan los ingresos promedios del los hombres del año anterior.
«En otras palabras, este año las mujeres han tenido que trabajar 64 días más para ganar lo mismo que un hombre el año pasado», dijo Frankel.
«Ley de equidad salarial»
Los demócratas aprovecharon la rueda de prensa para impulsar la consideración y aprobación de la «Ley de Equidad Salarial».
Ese proyecto de ley, propuesto originalmente por los demócratas en la década de 1990, modificaría la Ley de Normas Laborales Justas para tipificar como delito las represalias de los empresarios contra los empleados que soliciten o reciban información de sus compañeros sobre la retribución. También responsabilizaría a los empresarios de explicar por qué un empleado gana menos que otro, y permitiría a los trabajadores demandar por presunta discriminación salarial por razón de sexo.
En concreto, el proyecto de ley «castiga a los empresarios por tomar represalias contra los trabajadores que comparten información salarial, impone a los empresarios la carga de justificar por qué alguien cobra menos y permite a los trabajadores demandar por daños punitivos de discriminación salarial».
La representante de la minoría en la Cámara de Representantes, Katherine Clark (D-Mass.), subió al estrado después de Frankel, aprovechando la oportunidad para impulsar la aprobación de la legislación en una Cámara de Representantes controlada por el Partido Republicano.
«Nuestras hijas merecen (…) un futuro basado en la libertad y la igualdad», dijo Clark. «Y que quede claro que tenemos un largo camino por recorrer».
Según la legislación estadounidense vigente, es un delito federal que los empresarios discriminen a las mujeres a efectos salariales por razón de sexo.
La Ley de Igualdad Salarial, firmada por el presidente John F. Kennedy en 1963, dice así: «Ningún empresario… discriminará… entre empleados por razón de sexo pagando a los empleados de dicho establecimiento un salario inferior al que paga a los empleados del sexo opuesto en dicho establecimiento por igual trabajo en puestos de trabajo».
En otras palabras, ya es un delito federal que los empresarios paguen a las mujeres menos que a sus homólogos masculinos.
Sin embargo, el proyecto de ley de 1963 contiene excepciones clave: se permite a los empresarios pagar más a los hombres que a las mujeres en virtud de un sistema objetivamente definido y delineado de antigüedad, mérito, capacidad productiva o cualquier otra métrica no basada en el sexo biológico.
«Es hora de enviar la Ley de Equidad Salarial a la mesa del presidente [Joe] Biden», concluyó Clark.
Críticas a la «brecha salarial
Los demócratas llevan mucho tiempo afirmando que las mujeres ganan menos en promedio que los hombres, una afirmación que, según sus críticos, es cierta pero carece de un contexto crucial.
Según un informe de 2022 de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, por sus siglas en inglés), las mujeres ganaban en promedio entre un 10 y un 20 por ciento menos que sus homólogos masculinos en el segundo trimestre de 2022 (pdf).
«La relación entre los ingresos de las mujeres y los de los hombres varió en función de la raza y el origen étnico», dice el informe de la BLS. «Las mujeres blancas ganaron un 83.0% más que sus homólogos masculinos, frente al 90.0% de las mujeres negras, el 81.5% de las asiáticas y el 86.5% de las hispanas».
Los detractores de la supuesta brecha salarial argumentan que quienes la defienden omiten datos clave sobre las razones de su existencia.
Por ejemplo, los hombres son mucho más propensos por término medio a realizar algunos de los trabajos más peligrosos del mundo, desde la construcción de rascacielos hasta el refinado de petróleo en alta mar. Debido a los riesgos inherentes a este tipo de profesiones, a menudo están muy bien pagadas en comparación con otros trabajos que requieren cualificaciones y formación no universitarias.
Además, las mujeres tienden a ausentarse más del trabajo por permiso parental que sus compañeros varones, lo que significa que, con el tiempo, los hombres acumulan más experiencia en este campo que sus compañeras.
Los críticos afirman que, si se tienen en cuenta estos y otros factores, las mujeres con la misma educación, formación y experiencia ganan en realidad lo mismo que sus homólogos masculinos.
Aun así, la cuestión de las disparidades salariales entre hombres y mujeres sigue siendo uno de los temas sociales modernos más controvertidos.
La aprobación de la Ley de Equidad Salarial, que se presentó por primera vez en 1997, requeriría la aquiescencia del presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy (R-Calif.), que como presidente tiene una autoridad casi unilateral sobre lo que llega al pleno.
La Cámara ha aprobado el proyecto de ley en varias ocasiones; sin embargo, ha fracasado sistemáticamente en su intento de avanzar en el Senado, donde los republicanos tienen más herramientas para detener la legislación.
Dado el persistente fracaso del proyecto de ley en el pasado, parece poco probable que los demócratas puedan avanzar en este controvertido asunto durante este Congreso.
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