Cincuenta y cuatro cargos electos de la ciudad de Nueva York han enviado una carta al presidente Joe Biden para abordar la afluencia de inmigrantes ilegales en la ciudad, pidiéndole que declare el estado de emergencia federal para que los inmigrantes ilegales puedan trabajar legalmente en el país.
«Somos cargos electos de la ciudad de Nueva York que solicitamos tu ayuda. Nuestra ciudad está experimentando una afluencia de inmigrantes sin precedentes, con una oleada de solicitantes de asilo que llegan aquí en cantidades nunca vistas en la historia. Nuestra ciudad está en una situación límite», escribió la asambleísta de Nueva York Jenifer Rajkumar.
«Nos enorgullecemos de que Nueva York sea un faro de esperanza para los inmigrantes, pero la afluencia de inmigrantes es tan grande que la Ciudad se está quedando sin recursos. La ciudad de Nueva York se está viendo obligada a reducir los servicios para su población».
Desde la primavera de 2022, llegan regularmente a la ciudad autobuses de inmigrantes ilegales procedentes de la frontera sur de Texas. Muchos son solicitantes de asilo procedentes de Venezuela que huyen del colapso económico del país socialista, y los funcionarios electos de Nueva York les han dado la bienvenida.
Mientras que la autoproclamada «ciudad santuario» ya tenía dificultades para alojar a sus más de 60,000 personas sin hogar, los funcionarios se pusieron manos a la obra para encontrar alojamiento a decenas de miles de solicitantes de asilo.
En octubre de 2022, el alcalde de Nueva York, Eric Adams, declaró el estado de emergencia en la ciudad. Según su oficina, la afluencia de inmigrantes ilegales podría casi duplicar el número de personas que el ya sobrecargado sistema de refugios tenía que atender, y costaría 1000 millones de dólares en un año fiscal.
«Necesitamos ayuda, y la necesitamos ahora», dijo el Sr. Adams. «La ciudad de Nueva York está haciendo nuestra parte, y ahora otros deben dar un paso adelante y unirse a nosotros».
Poderes de emergencia
La semana pasada, la ciudad anunció que crearía un refugio para 1000 inmigrantes ilegales en el estacionamiento de un hospital psiquiátrico estatal. El caso de uso especial fue posible gracias al estado de emergencia, que permite el uso de recursos adicionales sin trámites burocráticos adicionales.
El estado de emergencia federal permitiría a los organismos federales colaborar y financiar el alojamiento y los servicios para los inmigrantes ilegales.
«El gobierno federal podría entonces proporcionar a los inmigrantes asistencia como alojamiento, ayuda alimentaria, asistencia sanitaria, asistencia jurídica y transporte», escribió la Sra. Rajkumar en su carta.
Los 54 legisladores demócratas también pidieron al gobierno de Biden que permitiera a los inmigrantes ilegales trabajar en el país.
«El gobierno federal debe agilizar la expedición de Documentos de Autorización de Empleo. Es una solución de sentido común y bipartidista. Los solicitantes de asilo están llegando deseosos de trabajar, y nuestro país tiene 10 millones de puestos de trabajo vacantes con 3.5 millones de personas menos en la población activa de lo previsto antes de la pandemia», dice la carta. «Pedimos que la Casa Blanca tome medidas ejecutivas para agilizar la autorización de trabajo, como clasificar a los solicitantes de asilo como refugiados, ampliar el Estatus de Protección Temporal, aumentar el acceso a la libertad condicional humanitaria y aumentar el número de funcionarios que tramitan las solicitudes de asilo».
La carta no hace referencia alguna a frenar el número de inmigrantes ilegales que entran en el país o en la ciudad, ni diferencia entre inmigrantes legales e ilegales. En su lugar, solicita al gobierno federal que les simplifique el cruce ilegal de la frontera sur y que los reubique en todas las partes del país, al tiempo que proporciona financiación adicional a la ciudad de Nueva York.
La ciudad ya ha recibido 104.6 millones de dólares a través de la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés), lo que, según los legisladores, equivale a sólo 13 días de ayuda.
La ciudad espera haber gastado 4300 millones de dólares hasta junio de 2024.
«Aunque damos la bienvenida a los inmigrantes a nuestra ciudad, hay que poner fin al actual estado desestructurado de la política y la respuesta en materia de inmigración. Tiene que haber un sistema de normas para gestionar la crisis migratoria», dice la carta. «Por eso suplicamos a la Casa Blanca que intervenga y asuma el liderazgo sobre la afluencia de solicitantes de asilo».
«Creemos que, con su liderazgo, podemos convertir esta crisis en una oportunidad y que esto puede convertirse en uno de los mayores éxitos de la historia».
Crisis de alojamiento
La ciudad acoge actualmente a unos 52,000 inmigrantes ilegales, y las autoridades afirman que siguen llegando más cada semana.
Como ciudad «santuario», Nueva York es una de las varias ciudades del país que han declarado que no cooperarán con las autoridades federales para detener y deportar a los inmigrantes ilegales.
La ley de la ciudad sobre el «derecho al alojamiento» establece que las familias sin techo deben recibir una cama el mismo día, y los adultos en el plazo de un día. A medida que la ciudad se queda sin camas, se apresura a crear espacios de alojamiento temporal donde sea posible, ya sea un estacionamiento de hospital, hangares de aviones, parques o un hipódromo.
La mayoría de estas ideas se han encontrado con un fuerte rechazo por parte de las comunidades. Los residentes de la ciudad, que ya sufren la escasez de vivienda y no pueden encontrar una vivienda permanente por sí mismos, se han visto sorprendidos por los planes de la ciudad de convertir sus gimnasios, escuelas y parques en viviendas para los inmigrantes ilegales.
La ciudad tenía planes para seguir acogiendo a inmigrantes ilegales al norte de la ciudad, pero los funcionarios locales de esas zonas se opusieron rápidamente. En su mayor parte, la ciudad está intentando encontrar el número necesario de refugios con recursos municipales. Si las cifras siguen aumentando, agravando el problema y provocando la intervención federal, es poco probable que la tendencia se invierta.
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