Los representantes demócratas estadounidenses se vieron obligados a posponer la votación de la ambiciosa agenda del presidente Joe Biden, compuesta por el proyecto de ley bipartidista de infraestructura de 1.2 billones de dólares y el proyecto de ley presupuestario de 1.75 billones de dólares.
La decisión de aplazar la votación, que llega después de que las negociaciones con los moderados fracasaran, resultó ser otra pérdida para el partido. Su agenda legislativa lleva meses de retraso ya que la dirección sigue sin poder reunir los votos suficientes para que ninguno de los dos proyectos de ley avance por separado o en conjunto.
Las divisiones en el partido también llevan meses afectando a la dirección, lo que hace que los demócratas de todo el espectro ideológico se sientan cada vez más frustrados. En los días previos a la votación prevista de antemano para este viernes estaba claro que estas divisiones persistían.
En una carta enviada el martes a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi (D-Calif.), los moderados dijeron que tenían varias condiciones que debían cumplirse antes de apoyar el proyecto presupuestario. En total cinco moderados —los representantes Josh Gottheimer (D-N.Y.), Jared Golden (D-Maine), Stephanie Murphy (D-Fla.), Kurt Schrader (D-Oregón) y Ed Case (D-Hawái)— firmaron la carta expresando estas exigencias.
«No podemos brindar nuestro apoyo para promover el proyecto de ley [Build Back Better] hasta que hayamos tenido la oportunidad de revisar las puntuaciones que proporcionan el verdadero costo de la legislación», escribieron los moderados. En concreto, ellos exigieron 72 horas para revisar el texto del proyecto de ley; la confirmación por parte del Senado de que la cámara alta no hará cambios en el proyecto; y «la información de la puntuación correcta de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO)/JCT».
El texto del proyecto de ley, de unas 2000 páginas, se hizo público solo unas horas antes de que comenzara la votación, por lo que los legisladores prácticamente no tuvieron tiempo de leer y digerir el proyecto.
La confirmación del Senado de que no cambiarán el proyecto de ley también fue un umbral alto para la reunión del viernes ya que los votantes indecisos como los senadores Kyrsten Sinema (D-Ariz.) y Joe Manchin (D-W. Va.) no se comprometieron en absoluto a votar por el proyecto de ley, mientras que los progresistas como el senador Bernie Sanders (I-Vt.) exigieron que el proyecto de ley sea “reforzado”.
En estas condiciones, un compromiso del Senado de no cambiar el proyecto de ley no era una garantía que el liderazgo demócrata pudiera brindar a los moderados.
Lo más importante, insistieron los moderados, es que los demócratas no deberían considerar el proyecto de ley hasta que la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) publique los puntajes del proyecto de ley, analizando su verdadero costo para los contribuyentes estadounidenses.
Aún así, Pelosi, quien llevó a cabo negociaciones de último minuto con los moderados en el pasado, insistió en la votación del viernes.
Poco después de que comenzara la sesión de la Cámara el viernes por la mañana, los republicanos pidieron una votación para que el Congreso se aplace por ese día en una moción presentada por el representante Andy Biggs (R-Ariz.), como un último esfuerzo para evitar la votación.
Rompiendo con las normas en la Cámara, la moción se mantuvo en la sala durante horas. Según el líder de la minoría de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy (R-Calif.), la votación se demoró tanto porque los demócratas estaban tratando de llegar a un acuerdo de última hora con los moderados.
Al hablar en una conferencia de prensa sobre la moción para aplazar la sesión que permanecía en la sala de la Cámara, McCarthy sonrió sobre la situación.
«¿Pueden creer que la votación todavía está abierta?», cuestionó McCarthy mientras subía al podio. «Saben, hoy hicimos historia», continuó. «Esta es la votación abierta más larga en la historia del Congreso».
McCarthy juzgó que la votación no había concluido porque los demócratas «hoy no tienen los votos [para la agenda de Biden]».
Mientras la moción para aplazar la sesión permanecía en el limbo en la sala de la Cámara, Pelosi y Biden pasaron horas con los moderados en frenéticas negociaciones a puerta cerrada, ya que el proyecto de ley no podía aprobarse sin su apoyo.
En la Cámara, los demócratas tienen una escasa mayoría. Pelosi solo puede prescindir de tres votos, lo que significa que los cinco moderados estaban bien armados para hacer fracasar los proyectos de ley.
La votación ahora se retrasará nuevamente y no está claro cuándo el proyecto de ley regresará a la sala de la Cámara.
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