El Departamento de Estado de Estados Unidos advirtió la noche del jueves a los estadounidenses que vayan a viajar fuera del país que «hagan planes de emergencia» debido a las restricciones asociadas al aumento de los casos de COVID-19 en todo el mundo.
«Los ciudadanos estadounidenses que decidan viajar al extranjero deben hacer planes de emergencia, ya que es posible que tengan que permanecer en un país extranjero más tiempo del previsto originalmente, lo que correrá por su cuenta», dijo el Departamento de Estado en un comunicado.
La agencia añadió que cualquier persona de 2 años de edad o más que regrese a Estados Unidos tendrá que demostrar que se ha recuperado del COVID-19, la enfermedad causada por el virus del PCCh (Partido Comunista Chino), o una prueba negativa de COVID-19 que se haya realizado en las 24 horas en las que está programado su regreso. Esto se aplica a los ciudadanos estadounidenses y a los residentes permanentes legales —independientemente del estado de vacunación.
«El Departamento recomienda un seguro de viaje internacional con cobertura de cancelación de viaje y beneficios médicos relacionados con el COVID», dijo también el Departamento de Estado.
La agencia también señaló que algunos países han impuesto restricciones de viaje, incluyendo cuarentenas obligatorias, requisitos de pruebas obligatorias, pruebas de vacunación contra el COVID-19, fronteras cerradas y otras reglas.
«Algunos países también han impuesto restricciones de viaje que requieren cuarentena obligatoria para aquellos que dan positivo en las pruebas a la salida, lo que podría retrasar la capacidad de un viajero para viajar a otro país», dice la alerta. «Los gobiernos extranjeros de cualquier país pueden aplicar restricciones con poco tiempo de anticipación».
Los ciudadanos estadounidenses que viajen al extranjero también deben ponerse en contacto con su aerolínea para informarse sobre los requisitos o restricciones específicos de las pruebas, dijo la agencia.
Los funcionarios federales de salud y las autoridades de otros países han dicho que la variante ómicron —descubierta por primera vez en el sur de África el mes pasado— es altamente transmisible y parece estar provocando un aumento récord de casos de COVID-19 en muchos estados de Estados Unidos. Sin embargo, las autoridades, citando datos preliminares, han dicho que la nueva variante parece presentar síntomas más leves y menos hospitalizaciones.
«Sabemos ahora, de manera incontrovertible, que se trata de un virus altamente, altamente transmisible. Lo sabemos por las cifras que estamos viendo», dijo el Dr. Anthony Fauci, asesor de COVID-19 de la Administración Biden, durante una sesión informativa el miércoles, antes de añadir que los datos sugieren que hay «una menor gravedad de ómicron frente a delta».
Fauci y otros funcionarios, incluida la directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), parecen estar cambiando su mensaje sobre la variante ómicron, diciendo que requiere menos restricciones internas. Los CDC, por ejemplo, dijeron a principios de esta semana que redujeron el tiempo de aislamiento por COVID-19 a cinco días, aunque algunos estados dijeron que todavía no se adherirán a la recomendación.
La agencia también redujo el tiempo que necesitarían los trabajadores de la salud para volver a trabajar si daban positivo en las pruebas del virus. Sin embargo, el jueves, los CDC emitieron un boletín en el que recomendaban a los estadounidenses no viajar en cruceros por el momento y citaban un reciente aumento de los casos de COVID-19 en los cruceros.
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