Tras presenciar cómo sus compañeras de equipo sufrían lesiones y jugadas bruscas por parte de un imponente y barbudo jugador transexual del otro equipo, un equipo femenino de baloncesto de un instituto de Massachusetts decidió abandonar el partido por temor a su seguridad.
Elenore Casey Crane, portavoz de la Collegiate Charter School de Lowell, declaró a The Epoch Times que las chicas decidieron retirarse después de que dos de sus compañeras fueran expulsadas del partido por un alumno de la KIPP Academy Collegiate School de Lynn.
Aunque Crane dijo que no podía confirmar la edad de las jugadoras, algunas fuentes han informado a The Epoch Times de que la edad de la alumna de la Kipp Academy es de 17 años y que una de las niñas lesionadas tiene 13 años.
«Después de hablar con los jugadores, padres y entrenadores, nos enteramos de que la mayoría de las jugadoras no querían continuar el juego después de presenciar a la tercera jugadora lesionada y la rudeza de esa jugada en particular», dijo Crane, explicando que antes en el juego, una compañera de equipo abandonó el juego por una lesión no relacionada con la jugadora de KIPP Academy.
Crane, que es un exrepresentante del estado de New Hampshire, estaba respondiendo a las críticas a nivel nacional de su declaración inicial que publicó a principios de semana sobre el incidente, no especificó que la razón por la que el equipo perdió se debió a las preocupaciones de las lesiones y la rudeza del jugador transgénero.
KIPP Academy no respondió de inmediato a las preguntas de The Epoch Times sobre el incidente. En su sitio web, la escuela chárter de Lynn hace hincapié en su compromiso con la equidad, la diversidad y la inclusión, que se destaca en una página titulada «Juntos por la equidad y la justicia».
El 20 de febrero, Fox News Sports informó que la directora ejecutiva de KIPP Academy, Rhonda Barnes, emitió un comunicado en el que afirmaba que la visión de la escuela es «crear una escuela alegre y que afirme la identidad» de sus alumnos.
Barnes también dijo que apoya las leyes estatales que proporcionan a los estudiantes el derecho a participar en los deportes escolares sobre la base de «su identidad o expresión de género».
Crane hizo hincapié en que la escuela chárter de Lowell sigue las leyes estatales que protegen los derechos de todos los estudiantes «incluidas las leyes masivas con respecto a nuestros estudiantes transgénero», dijo, pero que la seguridad de los estudiantes es igualmente una prioridad.
«Siempre vamos a defender la seguridad de nuestras jugadoras y nuestra principal preocupación es la seguridad de nuestras estudiantes y cómo apoyarlas», dijo. Crane añadió que cree que todas las escuelas necesitan más orientación sobre la «parte de seguridad» de las leyes de inclusión.
Además del Título IX —la ley federal que protege a los estudiantes de la discriminación por motivos de raza, religión y sexo, y ahora, bajo la Administración Biden, de «identidad de género»—Massachusetts tiene una enmienda constitucional que prohíbe específicamente la exclusión de los chicos de los equipos deportivos femeninos.
También prohíbe a las escuelas pedir cualquier prueba que pueda validar la afirmación de un estudiante varón es transexual.
El incidente, que se ha hecho viral en las redes sociales junto con un breve vídeo en el que una de las chicas resulta herida por el jugador de la Academia Kipp, ha provocado la indignación de varias figuras deportivas de alto nivel.
«Antes, pegar a una mujer se llamaba maltrato doméstico. Ahora se llama valentía», publicó en X, antes Twitter, Riley Gaines, Atleta del Año de la Conferencia Sureste 2022. «¿Quién ve esto y realmente piensa que esto es «compasivo, amable e inclusivo?».
La excampeona de estilo libre de la NCAA de la Universidad de Kentucky se convirtió en una defensora nacional contra los hombres en los deportes femeninos después de que perdiera su título ante Lia Thomas, un hombre biológico que competía en el equipo femenino de natación de la Universidad de Pensilvania.
En una aparición en el programa On Balance de NewsNation sobre las lesiones de Massachusetts, la entrenadora retirada de los Tar Heels de la Universidad de Carolina del Norte, Sylvia Hatchell, que ostenta la quinta mayor cantidad de victorias en el baloncesto femenino de la NCAA, dijo que es inquietante que alguien piense que está bien obligar a las mujeres a jugar contra una jugadora con la envergadura física de un varón.
«No me importa si te has operado, si has tomado hormonas o qué», dijo. «Tener que jugar contra un transexual no es justo y no es igualitario».
Hatchell también cree que, a medida que se produzcan más lesiones que pongan de manifiesto los riesgos para la seguridad de los hombres que compiten en deportes de contacto contra las mujeres, la cuestión acabará llegando a la Corte Suprema como un desafío a la interpretación legal del Título IX.
En noviembre, en otro caso ocurrido en Massachusetts, una jugadora de hockey sobre hierba del Dighton-Rehoboth Regional High School sufrió un golpe en los dientes y lesiones faciales cuando un jugador del Swampscott High School, que se identifica como mujer, le lanzó la pelota directamente a la cara durante un partido de las eliminatorias.
El pasado mes de abril, en Carolina del Norte, Payton NcNabb, jugadora de voleibol de instituto, sufrió graves lesiones en la cabeza y el cuello y una conmoción cerebral después de que un jugador transexual del otro equipo le lanzara el balón a la cara.
Algunos predicen que incluso puede volverse letal, mientras que otros lo calificaron como una forma de misoginia e incluso violencia deliberada contra las mujeres.
Cuando USA Boxing anunció a principios de este año que admitía a hombres biológicos para competir contra mujeres biológicas, Gaines publicó en X «Recuerda mis palabras, hará falta que una mujer sea asesinada antes de que estos tontos misóginos despierten».
Jenna Ellis, abogada y exasesora legal principal del expresidente Donald Trump, acusó a la organización de boxeo estadounidense de querer «que maten a las mujeres», en un posteo en X.
«Llamemos a esto por su nombre. Van a permitir que los hombres golpeen a las mujeres en un ring de boxeo. Esto es patético y repugnante», publicó en X la diputada Lauren Bobert (R-Colo.).
Los equipos deportivos de los colegios con jugadoras transgénero también están registrando ganancias récord y eclipsando esfuerzos históricos, animando a las chicas a competir en el deporte.
En la actualidad, un equipo de baloncesto femenino de un colegio de Vermont que cuenta con una jugadora de 1,90 m, una estudiante transgénero de último curso del Long Trail School de Dorset, lleva 17 victorias y 1 derrota esta temporada.
El mes pasado, Rebel News, de Toronto, sacó a la luz un equipo de voleibol de colegio que alineaba a cinco jugadores transexuales y dejaba en el banquillo a mujeres jugadoras biológicas. Según el reportaje, algunos de los jugadores transexuales también obtenían becas universitarias destinadas a mujeres deportistas.
Crane dijo que hasta que no se aborde el asunto sigue siendo «una situación sin salida para todos».
Hatchell dijo que también es hora de preguntarse por qué los hombres compiten en deportes femeninos.
Según las normas de la Massachusetts Interscholastic Athletic Association (MIAA), que rige los deportes escolares en el Estado de la Bahía, aunque no se puede excluir a un alumno de participar en deportes específicos de su sexo, no se debe «incluir a ningún alumno en la lista con el único fin de obtener una ventaja injusta en la competición atlética».
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