El ministro de Defensa de Australia, Richard Marles, se reunió con su homólogo chino, Li Shangfu, al margen del Diálogo de Shangri-La en Singapur después de que Li se negara a reunirse con el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin.
Marles confirmó la reunión en Twitter y calificó la reunión como otro «paso importante» hacia el establecimiento de la relación entre los dos países.
En un discurso ante la Séptima Sesión Plenaria del Diálogo de Shangri-La el 4 de junio, Marles dijo que Australia ha tratado de estabilizar esta relación después de un “período difícil”, en el que las conversaciones de alto nivel entre Australia y el Partido Comunista Chino (PCCh) se congelaron por completo más de dos años durante la pandemia de COVID-19.
Pero también destacó que el régimen chino está llevando a cabo actualmente la “mayor acumulación militar convencional” desde la Segunda Guerra Mundial.
“Y esta acumulación está ocurriendo sin una explicación de su propósito estratégico. China no está brindando a nuestra región ni al mundo ninguna garantía estratégica”, dijo.
“Con esto en mente, el año pasado subrayé que el propósito de la inversión de Australia en una nueva capacidad de defensa, incluso a través de AUKUS, era una contribución prudente y necesaria a un equilibrio de poder sostenible e inclusivo que disuadiera el conflicto, pero también tranquilizara a los estados para que nunca necesiten recurrir a la fuerza”.
Según The Guardian, en su reunión con el ministro de defensa chino, Marles reiteró el compromiso de Australia de apoyar la paz y la estabilidad en el Pacífico y mencionó la importancia de garantizar interacciones seguras y profesionales en el aire y el mar.
Marles dijo que el mantra de cómo Australia ha manejado la relación ha sido “trabajar con China donde podamos… estar en desacuerdo con China donde debemos”.
“En términos de la forma en que nos relacionamos con China, puedes hacer que esto suceda: Es posible caminar y masticar chicle al mismo tiempo”, le dijo a Sky News Australia el 4 de junio.
Sin embargo, Alan Kors, copresidente del grupo activista con sede en Washington Victims of Communism Memorial Foundation, ha recordado a los gobiernos occidentales que el PCCh “matará a tantos como tenga que matar, para preservar su poder”.
“Cuando se enfrente a una elección entre una mayor prosperidad, una mayor liberalización de una economía y la pérdida de poder político, [el PCCh] pondrá todo en la preservación del poder político”, dijo anteriormente Kors al programa “China Insider” de EpochTV.
Pérdida de comunicación
La reunión entre Marles y Li ocurrió mientras el PCCh continúa negándose a dialogar con el Pentágono.
Austin una vez más invitó a su homólogo chino a la mesa para conversar y dijo que las líneas abiertas de comunicación eran “esenciales”, particularmente entre los líderes militares.
“Para los líderes de defensa responsables, el momento adecuado para hablar es en cualquier momento”, dijo. “El diálogo no es una recompensa. Es una necesidad”.
Austin dijo que estaba «profundamente preocupado» por la falta de voluntad de Beijing para reunirse con él y comprometerse de una manera más seria.
“Espero que eso cambie, y pronto”, dijo.
El régimen chino cortó por primera vez las comunicaciones militares regionales con Estados Unidos luego de la visita a Taiwán el año pasado de la entonces presidente de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
Desde entonces, el PCCh ha rechazado numerosas solicitudes de reuniones con Austin, comandantes militares regionales e incluso empleados civiles del Departamento de Defensa, según la subsecretaria de Defensa para Asuntos de Seguridad del Indo-Pacífico, Ely Ratner.
“Hemos tenido muchas dificultades”, dijo Ratner durante una charla el 25 de mayo con el grupo de expertos del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales. “Repetidamente hemos tenido esas solicitudes rechazadas o no respondidas”.
Australia también vivió una congelación similar con el PCCh luego del impulso del gobierno anterior de Morrison para realizar investigaciones independientes sobre los orígenes del COVID-19.
En 2020, el régimen chino cortó todo contacto ministerial e impuso sanciones comerciales arbitrarias a una serie de productos australianos en respuesta a la solicitud de investigación sobre el COVID, así como a la prohibición de Australia a la colocación de infraestructura 5G en su territorio a las empresas chinas Huawei y ZTE.
Las tensiones parecieron descongelarse tras la elección del gobierno laborista de Albanese y la reanudación de las conversaciones ministeriales.
Primer ministro da al PCCh una clara advertencia contra el uso de la fuerza
El primer ministro australiano, Anthony Albanese, también asistió al diálogo en Singapur. En el discurso de apertura, expresó el fuerte apoyo del gobierno australiano a los esfuerzos renovados de la administración Biden para buscar canales de comunicación más abiertos con Beijing.
“Deberíamos hacer todo lo posible para apoyar la construcción de esa primera y más fundamental barandilla», dijo, añadiendo que el gobierno australiano ha puesto «el diálogo en el centro de nuestros esfuerzos para estabilizar nuestra relación con China”.
El 21 de mayo, en la cumbre del G7 celebrada en Japón, Biden dijo que esperaba un «deshielo» de las relaciones con China a corto plazo. Desde entonces se ha sabido que el director de la CIA, William Burns, visitó China el mes pasado para mantener conversaciones con sus homólogos chinos con el fin de impulsar las comunicaciones de los servicios de inteligencia con Beijing.
Burns “enfatizó la importancia de mantener abiertas las líneas de comunicación en los canales de inteligencia”, le dijo un funcionario anónimo a Reuters el 2 de junio.
En Singapur, Albanese le dio a Beijing su advertencia más severa registrada, informando al régimen que debe ser «muy claro que cuando se trata de cualquier intento unilateral de cambiar el statu quo por la fuerza: Ya sea en Taiwán, el Mar de China Meridional o en cualquier otro lugar, el riesgo de conflicto siempre superará con creces cualquier recompensa potencial”.
El secretario de Defensa de EE.UU. respaldó los comentarios de Albanese y dijo que cada país tiene un papel que desempeñar para lograr la visión de un Pacífico libre y abierto.
“Las decisiones tomadas por los países de la región reflejan un compromiso cada vez más profundo con estos principios compartidos”, dijo.
El cruce con China se produce después de que, según se informa, el Ministerio de Defensa chino expresó su preocupación por la búsqueda de “apoyo extranjero” por parte de Taiwán durante una reunión a puerta cerrada entre Li y el ministro de Defensa de Singapur, Ng Eng Hen.
Según los medios estatales de China, un portavoz dijo que Li le dijo a Ng que Beijing no toleraría que el gobernante Partido Democrático Progresista de Taiwán “solicitara apoyo extranjero” en busca de la “independencia”. La isla de Taiwán ha sido una democracia autónoma desde 1949.
Andrew Thornebrooke contribuyó a este artículo.
Con información de Reuters.
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