Florida confirmó casos de la nueva variante del virus del PCCh (Partido Comunista Chino), llamada ómicron, anunció el gobernador Ron DeSantis durante una conferencia de prensa el 7 de diciembre.
La noticia se produjo cuando DeSantis estaba respondiendo preguntas después de revelar un gasto de USD 270 millones en 76 proyectos, destinados a todo el estado peninsular, para ayudar a prevenir futuras inundaciones por el «clima tropical» y el «aumento del nivel del mar».
Cuando un periodista le preguntó sobre el descubrimiento de ómicron en Florida, DeSantis dijo que habría más información más adelante.
Pero, agregó enfáticamente que los casos confirmados no lo llevarían a cerrar el estado, ni a tomar otras medidas restrictivas, como exigir que los niños de las escuelas vuelvan a usar mascarillas.
«En Florida, no dejaremos que les encierren», dijo DeSantis, mientras el público aplaudía y aclamaba.
«No vamos a dejar que les restrinjan. No vamos a dejar que les impongan órdenes. No vamos a dejar que les cierren las escuelas. Nosotros vamos a proteger sus libertades para tomar sus decisiones».
El gobernador dijo que si las personas quieren aislarse, «esa es absolutamente su decisión en una sociedad libre».
Florida está abierta desde septiembre de 2020. Los casos aumentaron durante el verano. Pero a contar de noviembre, Florida registra una de las tasas más bajas de casos de COVID-19 en la nación.
Un caso de la nueva variante ómicron fue identificado ayer por un centro de salud de Asuntos de Veteranos en Tampa, confirmó más tarde Jeremy Redfern, secretario de prensa del Departamento de Salud de Florida.
Otro caso, dijo Redfern, se había descubierto en el condado de St. Lucie.
Los resultados fueron confirmados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) ese mismo día.
Redfern desconocía el estado de los dos pacientes infectados por ómicron por lo que no dio más información.
Desde el comienzo de la pandemia, el Departamento de Salud de Florida ha llevado a cabo la secuenciación genómica de muestras aleatorias del virus, y esa vigilancia permite a los científicos de la agencia detectar si están surgiendo variantes, dijo Redfern.
Cuando se descubrió el caso del condado de St. Lucie, los trabajadores estatales realizaron rápidamente «el rastreo de contactos para identificar posibles exposiciones y asesorar sobre los protocolos de aislamiento y cuarentena necesarios», añadió.
Pero la cepa dominante del virus en Estados Unidos sigue siendo la variante delta, indicó a continuación, y no la variante ómicron.
«Nosotros sabemos que los anticuerpos monoclonales funcionan contra el delta», dijo Redfern. «A medida que las cosas cambien, nos adaptaremos».
En respuesta al aumento del número de casos de COVID-19 en Florida durante el verano, DeSantis estableció unidades de salud en todo el estado en las que los residentes han podido recibir tratamientos con anticuerpos monoclonales de forma gratuita y sin necesidad de ser remitidos por un médico.
No está claro si los tratamientos con anticuerpos monoclonales funcionarán contra ómicron. Actualmente está siendo probado por los fabricantes que elaboran el fármaco, dijo Redfern.
Hasta el 2 de diciembre, el 69 por ciento de los ciudadanos elegibles de Florida se habían vacunado contra COVID-19.
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