La senadora Cynthia Lummis (R-Wyo.) dijo el 14 de noviembre que el gobernador de Florida Ron DeSantis, y no el expresidente Donald Trump, es el líder del Partido Republicano.
Lummis reflexionó sobre el floreciente conflicto entre los dos republicanos cuando se le preguntó sobre el respaldo a Trump, que se espera que anuncie su tercera candidatura presidencial el 15 de noviembre.
«No creo que esa sea la pregunta correcta», respondió Lummis.
«Creo que la pregunta es quién es el actual líder del Partido Republicano. Ya sé quién es: Ron DeSantis», agregó.
La republicana de Wyoming volvió a enfatizar: «actualmente, Ron DeSantis es el líder del Partido Republicano, lo quiera o no».
Los comentarios de Lummis se produjeron un día antes de que se espere que Trump anuncie su tercera candidatura al Despacho Oval y encajan en un conflicto en desarrollo entre Trump y DeSantis.
Las elecciones intermedias decepcionaron las esperanzas del GOP, y muchos republicanos, particularmente en el Senado, se han apresurado a culpar al expresidente.
Los candidatos elegidos por Trump tuvieron en general un rendimiento inferior. Por el contrario, mientras la esperada «ola roja» no se materializó a nivel nacional, sí lo hizo a nivel estatal.
El estado natal de DeSantis, Florida, anteriormente un estado indeciso clave que, al igual que Ohio, ha virado cada vez más hacia la derecha en los últimos años, apoyó abrumadoramente al gobernador en funciones por un margen de 20 puntos. La aplastante victoria sobre Charlie Crist fue un acontecimiento importante en un estado que dio por poco a DeSantis su mandato en 2018.
Durante su primera elección contra el demócrata Andrew Gillum, DeSantis obtuvo menos del 50% pero superó a Gillum, llevándose el 49.6% de los votos de los floridanos frente al 49.2% de Gillum.
El éxito de DeSantis se reflejó también en la parte baja de la boleta electoral, con Florida como estado virando más hacia la derecha que cualquier otro estado en comparación con las elecciones anteriores.
El senador Marco Rubio (R-Fla.), por ejemplo, era el favorito para ganar, pero se enfrentó a lo que los observadores pensaban que sería una carrera ajustada; en realidad, Rubio aseguró su victoria por más de 15 puntos.
En comparación, los candidatos de Trump no obtuvieron tan buenos resultados.
En Pensilvania, el candidato más controvertido de Trump, el doctor Mehmet Oz, fue derrotado por el vicegobernador John Fetterman. La derrota de Oz dejó a los republicanos sin palabras, ya que Fetterman sigue luchando con el procesamiento auditivo básico y la comunicación debido a un reciente accidente cerebrovascular.
Aunque no ha concedido, la elección de Trump para el disputado escaño del Senado por Arizona, Blake Masters, también se proyecta que ha sido derrotado por el actual senador Mark Kelly (D-Ariz.).
Una de las derrotas más dolorosas para los republicanos se produjo en el tercer distrito congresional de Washington.
El distrito ha sido un bastión rojo durante más de una década, y ha sido representado desde 2010 por el representante Jaime Herrera Beutler (R-Wash.). En 2021, sin embargo, Herrera Beutler se ganó la ira de Trump cuando entró en las filas de un puñado de republicanos de la Cámara de Representantes que votaron para destituirlo.
El republicano Joe Kent, apoyado por Trump, superó con éxito a Herrera Beutler para la nominación, y se proyectó que tenía una probabilidad de victoria del 98%, según la firma de encuestas FiveThirtyEight.
Por otro lado, Trump y sus aliados obtuvieron una gran victoria en Ohio, donde el populista y partidario de Trump, J.D. Vance, se impuso fácilmente en una carrera contra el demócrata Tim Ryan que los observadores esperaban que fuera más reñida.
Los republicanos están en conflicto con Trump
Sin embargo, algunos republicanos dicen que los resultados son una señal de que los votantes están hartos de Trump.
El senador Bill Cassidy (R-La.), uno de los pocos republicanos que votaron a favor de condenar a Trump en el juicio político del Senado tras la irrupción del 6 de enero de 2021 en el Capitolio de Estados Unidos, dijo que Trump era «el pasado» y que los votantes estadounidenses «quieren un futuro».
«Aquellos que estaban más alineados con el pasado, esos son los que tuvieron un bajo rendimiento», dijo, citando el significativo bajo rendimiento de varios candidatos apoyados por Trump en las elecciones de la Cámara y el Senado.
«Nosotros, como partido, necesitamos tener un debate sobre ideas», dijo Cassidy. «En ese debate, tenemos que explicar al pueblo estadounidense exactamente hacia dónde creemos que debe ir nuestro país. Por cierto, dado que creo que utilizar las fuerzas del mercado para hacer la vida de los individuos más libre, más próspera, es el camino a seguir, creo que ganamos ese debate».
El representante electo Mike Lawler (R-N.Y.), que derrotó con éxito al presidente del Comité de Campaña del Congreso Demócrata, Sean Patrick Maloney (D-N.Y.), repitió esta opinión.
«Avanzar en una dirección diferente a medida que avanzamos es algo bueno», dijo Lawler.
El vicegobernador de Georgia, Geoff Duncan, que no buscó un segundo mandato con el reelegido gobernador Brian Kemp, también pintó los resultados como una reflexión sobre el expresidente.
«Este es un momento en el que Donald Trump está sin duda en el espejo retrovisor y es hora de seguir adelante con el partido», dijo Duncan, a quien algunos han destacado como potencialmente preparándose para las elecciones presidenciales en 2024.
El senador Tom Cotton (R-Ark.) fue más ambiguo en sus comentarios sobre Trump.
Al ser preguntado por Margaret Brennan, de la CBS, si Trump debería seguir siendo el líder del GOP, Cotton se mostró ambivalente.
«Bueno, Margaret, cuando el partido… cuando cualquier partido está fuera del poder, como los republicanos ahora, no tenemos un solo líder», dijo Cotton.
«El expresidente es obviamente muy popular entre muchos de nuestros votantes».
Vance, por su parte, saltó en ayuda de Trump en un artículo de opinión para el American Conservative titulado «No culpen a Trump».
En él, Vance advertía a sus futuros colegas de que no debían sacar conclusiones precipitadas, señalando que todavía se están acumulando muchos datos. A su vez, Vance argumentó que la derrota debería atribuirse menos a Trump y más a los sistemas de recaudación de fondos mucho más refinados de los demócratas, que según Vance permitieron a los demócratas cerrar la brecha en elecciones ajustadas. Menos publicidad, dijo Vance, significó menos participación de los republicanos.
De hecho, el candidato de Arizona, Blake Masters, iba a recibir millones en financiación para anuncios del Fondo de Liderazgo del Senado (SLF) del líder de la minoría del Senado, Mitch McConnell (R-Ky.).
Sin embargo, después de que Masters dijera que no apoyaría a McConnell como líder republicano, McConnell retiró los fondos del SLF.
Dicho esto, Vance evadió por completo la cuestión de Arizona en su artículo de opinión.
“Culpar a Trump no solo es erróneo en los hechos, sino que es contraproducente”, dijo Vance para terminar. «Cualquier autopsia del bajo rendimiento republicano debería centrarse en cómo cerrar la brecha monetaria nacional, y en cómo hacer que los republicanos menos comprometidos participen en las elecciones de mitad de período. Estos son los problemas que tenemos, y en lugar de culpar a todos los demás, es hora de que los líderes del partido admitan que tenemos estos problemas y trabajen para resolverlos».
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