El éxito que Florida ha visto contra el COVID-19, en relación con muchos otros estados, se derivó de «un enfoque adaptado y mesurado», dijo el martes el gobernador Ron DeSantis, contrastando sus acciones con «órdenes draconianas» emitidas por la mayoría de los otros gobernadores.
Florida tenía menos de 500 pacientes de COVID-19 con respiradores hasta el lunes por la noche y los números más bajos o similares en comparación con los estados donde se impusieron medidas más duras.
DeSantis se resistió a emitir una orden de confinamiento en casa hasta el 1 de abril, enfatizando repetidamente que la mayoría de los casos del estado estaban en unas pocas áreas.
«Observan a algunas de las órdenes más draconianas que se han emitido en algunos de estos estados y comparen a Florida en términos de hospitalizaciones por cada 100,000 y en términos de nuestras defunciones por cada 100,000», dijo DeSantis luego de reunirse con el presidente Donald Trump en la Casa Blanca. «Todos los medios de comunicación decían que Florida iba a ser como Nueva York o Italia y eso no ha sucedido».
Los funcionarios entendieron que Florida es grande y diversa y que el brote no fue uniforme en todo el estado. La mayoría de los condados en la parte norte del estado tienen recuentos de cientos de casos y pocas muertes.
«Teníamos un enfoque adaptado y mesurado que no solo ayudó a que nuestros números estuvieran muy por debajo de lo que nadie predijo, sino que también hizo menos daño a nuestro estado para el futuro», dijo.
El COVID-19 es una enfermedad causada por el virus del PCCh (Partido Comunista Chino), un coronavirus nuevo que surgió en China continental el año pasado.
DeSantis, un republicano en su primer mandato, dijo que su orden del 11 de marzo que impidió que muchos visitantes llegaran a los asilos de ancianos y a los centros de cuidados a largo plazo, ayudó a evitar que se produjeran más brotes, así como la orden de que el personal de los centros de cuidados a largo plazo usara mascarillas y otros equipos de protección personal.
El estado utilizó cuatro conjuntos diferentes de equipos enfocados respectivamente a capacitar a las personas en el control infeccioso, a evaluar las deficiencias de las instalaciones de [cuidados a] largo plazo, a enviar equipos a las instalaciones y a realizar pruebas allí.
La División de Gestión de Emergencias de Florida envió casi siete millones de mascarillas, casi un millón de guantes y 160,000 batas a las instalaciones y hogares, que en conjunto suman más de 3700 en el estado.
El despliegue rápido de sitios de pruebas en los drive-thru y algunas instalaciones también ayudaron a contener el virus, dijo DeSantis, además de ayudar a los funcionarios a conocer sobre la enfermedad.
La orden de DeSantis vence el 30 de abril y está previsto que dé detalles sobre los próximos pasos para reabrir el estado el miércoles.
«Para Florida, pasar de donde estamos ahora a la fase uno no es un gran salto. Vamos a abordarlo de una manera muy mesurada, considerada y basada en datos», dijo el gobernador.
Al 28 de abril, Florida tiene 32,846 casos confirmados de COVID-19. No estaba claro cuántos de esos pacientes se han recuperado. La mayoría de los pacientes que contraen el virus del PCCh se recuperan fuera de los hospitales.
Muchos pacientes con el virus del PCCh nunca muestran síntomas, lo cual hace que el verdadero número de casos sea mayor.
El estado tiene un total de 5222 hospitalizaciones. El número actual de pacientes en los hospitales no es revelado por los funcionarios del estado.
Florida tiene 1171 muertes relacionadas con el COVID-19, lo cual representa el 0.1 por ciento de la población del estado y el 3.5 por ciento de los casos confirmados.
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