La vicepresidenta Kamala Harris voló a Florida el mes pasado para arremeter contra el gobernador Ron DeSantis, diciendo que el estado quería «sustituir la historia por mentiras» en su forma de enseñar la esclavitud.
En una carta del 31 de julio, el Sr. DeSantis la invitó públicamente a Florida para hablar de ello.
«En Florida, no tenemos miedo de mantener un diálogo abierto y honesto sobre los problemas», le escribió.
«Y está claro que a usted no le cuesta nada venir a Florida con poca antelación. Así que, dada su gran preocupación [que, debo suponer, es sincera] por lo que cree que dicen nuestras normas, la invito oficialmente a que vuelva Florida para debatir nuestras normas de Historia Afroamericana».
«Estaremos encantados de recibirla aquí, en Tallahassee. Pediré al Dr. William Allen —instrumental en el desarrollo de nuestras impresionantes nuevas normas—que se una a nosotros. La invitamos, por supuesto, a que traiga a Randi Weingarten o a cualquier otra persona que comparta su opinión sobre las normas».
«Estoy dispuesto a reunirme ya el miércoles de esta semana, pero por supuesto quiero ser indulgente con su apretada agenda en caso de que ya tengas planeado un viaje a la frontera sur para ese día».
«Por favor, hágamelo saber lo antes posible. Qué ejemplo podríamos dar a la nación: ¡una conversación seria sobre el fondo de un asunto importante! ¡Espero que tenga ánimos para ello!», concluyó.
En un discurso pronunciado el 1 de agosto en Orlando, la Sra. Harris eludió la invitación.
En su intervención en la XX Convención Cuatrienal de la Sociedad Femenina Misionera Metodista Episcopal Africana, dijo: «Nos insultan en un intento de engañarnos, en un intento de dividir y distraer a nuestra nación con debates innecesarios».
«Y ahora intentan legitimar estos debates innecesarios con una propuesta que acaba de llegar de una mesa redonda políticamente motivada».
«Bueno, estoy aquí en Florida. Y les diré que no hay ninguna mesa redonda, ninguna conferencia, ninguna invitación que vayamos a aceptar para debatir un hecho innegable: la esclavitud no tenía cualidades redentoras», dijo en medio de un fuerte aplauso.
«Y como dije la semana pasada, cuando estuve de nuevo aquí en Florida, no dejaremos de denunciar y de luchar contra los llamados líderes extremistas que intentan impedir que nuestros hijos aprendan nuestra verdadera y completa historia».
En su carta, el Sr. DeSantis dijo que su invitado ofrecido, el Sr. Allen, es un experto en estudios afroamericanos que actuó como consultor en la elaboración de las nuevas normas del estado.
Es expresidente de la Comisión de Derechos Civiles de EE. UU., profesor emérito de Ciencias Políticas de la Universidad Estatal de Michigan y ahora miembro del Grupo de Trabajo sobre Normas de Historia Afroamericana de Florida.
La Sra. Weingarten, exabogada laboralista y maestra de preparatoria, es presidenta de la Federación Americana de Maestros.
Ella, su sindicato y los sindicatos de maestros en general han sido los blancos favoritos del Sr. DeSantis en su lucha por reformar las escuelas públicas, eliminar lo «woke» de sus planes de estudio y administración, eliminar la titularidad e instituir la elección escolar casi universal.
En marzo de 2021, el presidente Joe Biden cedió el liderazgo sobre la frontera sur —un tema candente para el Sr. DeSantis, que ha prometido enviar tropas para asegurarla y terminar de construir el muro fronterizo— a la Sra. Harris.
No visitó la frontera durante más de tres meses.
Los defensores de la reforma fronteriza calcularon hace un año que 4.9 millones de inmigrantes ya habían cruzado ilegalmente esa frontera durante la presidencia del Sr. Biden.
La forma en que Florida enseña la historia afroamericana se convirtió en un foco de controversia cuando el Departamento de Educación del estado rechazó en enero el plan de estudios de Estudios Afroamericanos de Colocación Avanzada propuesto por el College Board por su inclusión de la teoría queer negra y otros temas que el estado cuestionaba.
«Nos comprometemos a enseñar la verdad, no narrativas partidistas», dijo el Sr. DeSantis en su carta a la Sra. Harris.
«Hemos erradicado de nuestras aulas las teorías marxistas llenas de odio como la ‘Teoría Crítica de la Raza’. Hemos eliminado las iniciativas de ‘Diversidad, Equidad e Inclusión’ en la administración escolar y en las prácticas de contratación».
«En su lugar, nos hemos centrado en los fundamentos de la lectura, la escritura, la aritmética, la ciencia, el civismo y la historia».
El College Board revisó y volvió a presentar su plan de estudios con cambios menores, y el estado lo aceptó.
La última disputa surgió en torno a una sola afirmación del nuevo plan de estudios de Florida, de 216 páginas, aprobado el 19 de julio: «La instrucción incluye cómo los esclavos desarrollaron habilidades que, en algunos casos, pudieron aplicar para su beneficio personal».
«Los adultos saben lo que implicaba realmente la esclavitud. Implicaba violación. Suponía tortura. Implicaba separar a un bebé de su madre. Implicaba algunos de los peores ejemplos de… privación de humanidad en nuestro mundo», dijo la Sra. Harris la semana pasada en un discurso en el que tachó al Sr. DeSantis y a los republicanos de Florida en general de «extremistas» que «durante meses se han atrevido a prohibir libros».
Los demócratas han acusado implacablemente al Sr. DeSantis de «prohibir libros», lo que él califica de «engaño».
El proyecto de ley de Derechos de los Padres en la Educación de Florida de 2022 exige que se enseñe sexualidad a los escolares más jóvenes según su edad y otorga a los padres el derecho a oponerse a los títulos que se utilicen en las aulas o en las bibliotecas escolares.
Algunos títulos sexualmente explícitos, a menudo libros con imágenes explícitas —considerados por algunos como pornografía— han sido retirados de las estanterías de las bibliotecas escolares. En Florida no se ha prohibido ningún libro.
«Quieren sustituir la historia por mentiras», continuó la Sra. Harris, según la copia del texto del discurso de la oficina de la vicepresidenta.
«A los alumnos de secundaria de Florida se les dirá que las personas esclavizadas se beneficiaron de la esclavitud. Que se enseñe a los alumnos de secundaria que las víctimas de la violencia, de las masacres, eran también autores. Lo dije ayer. Nos insultan en un intento de engañarnos, y no lo permitiremos».
El mismo plan de estudios de historia también pide que los alumnos aprendan el «servicio y sacrificio» de los patriotas africanos, la historia del Ferrocarril Subterráneo, los escritos de los africanos, las «duras condiciones» de la esclavitud y otros temas relacionados con la historia afroamericana.
Dos destacados republicanos negros, el rival del Sr. DeSantis por la candidatura presidencial, el senador Tim Scott, de Carolina del Sur, y el representante Byron Donalds, de Florida, se manifestaron en contra de lo que decía el plan de estudios.
El 26 de julio, el Sr. Donalds publicó en la plataforma de redes sociales X.com: «el intento de destacar los beneficios personales de la esclavitud es erróneo y debe ajustarse. Obviamente, ése no era el objetivo, y tengo fe en que el FLDOE [Departamento de Educación de Florida] lo corregirá».
«No hay ningún resquicio de esperanza en la esclavitud», dijo Scott en una parada de campaña a las afueras de Des Moines el 27 de julio.
El Sr. DeSantis ha defendido enérgicamente el enfoque estatal de la enseñanza sobre la esclavitud y la historia afroamericana en general.
«La historia afroamericana es historia estadounidense», ha dicho más de una vez, y el estado exige que se enseñe.
«En las últimas semanas, el gobierno de Biden ha menospreciado repetidamente a nuestro estado y ha desinformado a los estadounidenses sobre nuestro sistema educativo», escribió el Sr. DeSantis a la Sra. Harris.
«Nuestro estado impulsó normas independientes de Historia Afroamericana líderes en el país: uno de los únicos estados del país que exige este nivel de aprendizaje sobre una materia tan importante».
«Uno pensaría que la Casa Blanca aplaudiría tal audacia en la enseñanza de la historia única e importante de la Historia Afroamericana. Pero ha intentado anotarse puntos políticos baratos y etiquetar a los padres de Florida de ‘extremistas’. Ya es hora de dejar las cosas claras».
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