El gobernador de Florida, Ron DeSantis, dijo el 13 de diciembre que solicitará a la Corte Suprema del estado que constituya un gran jurado «para investigar todos y cada uno de las irregularidades cometidas en Florida con respecto a las vacunas contra el COVID-19».
Hizo el anuncio tras una mesa redonda con el Dr. Joseph Ladapo, director de Salud Pública de Florida, y un grupo de científicos y médicos.
«Podremos obtener más información y mejorar la rendición de cuentas de quienes cometieron esta negligencia», dijo DeSantis.
Dijo que esperaba obtener la aprobación de la corte y que el gran jurado probablemente celebraría sesiones en el área de Tampa Bay.
Señaló que Florida recientemente «obtuvo USD 3.2 mil millones a través de acciones legales contra los responsables de la crisis de opioides», como los fabricantes y los distribuidores de opioides.
«Así que no es que esto sea algo inaudito», dijo DeSantis.
Médicos, investigadores y personas con ambos cargos que descubrieron efectos adversos de la vacuna pero dijeron que fueron silenciados cuando intentaron estudiar en mayor profundidad o hacer públicos los hallazgos participaron en la mesa redonda de expertos en una teleconferencia virtual en West Palm Beach.
Algunos participantes estaban afiliados a universidades de élite como Harvard y Stanford. Dos eran investigadores escandinavos que se unieron a la mesa redonda para hablar de los planteamientos radicalmente distintos de sus naciones en cuanto a la obligación de vacunarse y el uso de mascarillas de los niños, planteamientos ahora validados por dar mejores resultados durante la pandemia de COVID-19.
En una sesión que duró más de 90 minutos, hablaron de la investigación que habían realizado y de la marginación a la que se habían enfrentado cuando sus datos y preguntas fueron silenciados. En el debate también intervinieron dos víctimas que describieron los graves efectos secundarios de las vacunas contra el COVID-19 de ARNm.
Los expertos que se unieron a DeSantis constituirán ahora el Comité de Integridad de la Salud Pública del estado. El gobernador habló de cómo el establishment de salud pública había «desperdiciado totalmente cualquier tipo de confianza o buena voluntad que la gente pudiera tener».
«Nuestros CDC [Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades], en este punto, uno asume que cualquier cosa que publiquen tiene muy poco valor. … No están cumpliendo una función útil», dijo DeSantis. «Realmente están sirviendo para promover narrativas en lugar de hacer medicina basada en la evidencia».
Él y otros gobernadores coincidieron en la necesidad de un proceso de revisión de las directivas que vienen de arriba.
El nuevo comité «puede contrarrestar las tonterías cuando salen de estas instituciones», como los CDC y los NIH (Institutos Nacionales de Salud, por sus siglas en inglés), según DeSantis.
«No se limitarán a seguir la corriente y las narrativas preparadas previamente, sino que realizarán análisis basados en pruebas», afirmó.
Ladapo, que copresidió la mesa redonda con DeSantis, tiene el poder legal para convocar paneles de expertos para estudios como estos, dijo DeSantis.
Ladapo dijo que una tercera medida sería estudiar la incidencia de la miocarditis, incluidos los casos que resultaron en muerte, a las pocas semanas de la vacunación contra el COVID-19. Citó un estudio alemán de personas que recibieron la vacuna y murieron repentina e inesperadamente en casa poco después. En las autopsias, se descubrió que cuatro de las 35 víctimas tenían una forma inusual de miocarditis.
Nunca aparecieron en la mayoría de los estudios realizados con pacientes en hospitales y salas de urgencias, que generaron «estimaciones que a los CDC les gusta fingir que son exactas», dijo Ladapo. En el estudio participarán investigadores de la Universidad de Florida y médicos forenses de Florida.
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