El gobernador de Florida, Ron DeSantis, anunció el martes un importante rechazo a la gestión de la crisis del COVID-19 por parte de la salud pública federal.
DeSantis está solicitando a la Corte Suprema del estado que implemente un gran jurado «para investigar todas y cada una de las irregularidades en Florida con respecto a las vacunas COVID-19».
«Vamos a poder obtener más información y hacer responsables a los que cometieron esta mala gestión», dijo DeSantis. Dijo que anticipaba obtener la aprobación de la corte y que el gran jurado probablemente se reuniría en el área de Tampa Bay. Lo puso en el contexto del reciente acuerdo de $3.2 mil millones del estado con los fabricantes y distribuidores de opioides.
DeSantis convocó a una mesa redonda de expertos en una teleconferencia virtual en West Palm Beach. Participaron médicos, investigadores, o ambos, que encontraron efectos adversos de la vacuna, pero dijeron que fueron silenciados cuando trataron de estudiar más a fondo o hacer públicos los hallazgos.
Algunos participantes pertenecían a universidades de élite como Harvard y Stanford. Dos de ellos eran investigadores escandinavos que se unieron a la mesa redonda para debatir los enfoques radicalmente distintos de sus países en cuanto a la obligatoriedad de la vacuna y las mascarillas para los niños, enfoques ahora validados a la luz de sus mejores resultados ante el COVID.
En una sesión que duró más de 90 minutos, hablaron de la investigación que habían realizado y de la marginación a la que se enfrentaron cuando se silenciaron sus datos y sus preguntas. En la mesa redonda también participaron dos víctimas que describieron los graves efectos secundarios de las vacunas contra el COVID-19 de ARNm.
Los expertos que se unieron a DeSantis constituirán ahora el Comité de Integridad de la Salud Pública del estado. El gobernador habló de cómo el establishment de salud pública había «desperdiciado totalmente cualquier tipo de confianza o buena voluntad que la gente pudiera tener».
«Nuestros CDC, en este punto, uno asume que cualquier cosa que publiquen no vale ni el papel en el que está impreso. … No están cumpliendo una función útil. Realmente están sirviendo para avanzar narrativas en lugar de hacer medicina basada en la evidencia», dijo DeSantis. Él y otros gobernadores coincidieron en la necesidad de un proceso de revisión de las directivas procedentes de las altas esferas.
El nuevo comité «puede contrarrestar las tonterías que salen de estas instituciones», como los CDC y los NIH. «No se limitarán a seguir la corriente y seguir narrativas precocinadas, sino que realmente harán análisis basados en pruebas».
El director general de Salud Pública del estado, Joseph Ladapo, que copresidió la mesa redonda con DeSantis, tiene el poder legal de convocar paneles de expertos para hacer estudios como estos, dijo DeSantis.
Ladapo dijo que una tercera medida sería estudiar la incidencia de la miocarditis, incluidos los casos mortales, a las pocas semanas de la vacunación contra el COVID-19. Citó un estudio alemán de personas que recibieron la vacuna y murieron repentina e inesperadamente en casa poco después. En las autopsias, se descubrió que cuatro de las 35 víctimas tenían una forma inusual de miocarditis.
Nunca aparecieron en la mayoría de los estudios realizados con pacientes en hospitales y salas de urgencias, que generaron «estimaciones que a los CDC les gusta fingir que son exactas», dijo Ladapo. En el estudio participarán investigadores de la Universidad de Florida y médicos forenses de Florida.
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