El gobernador Ron DeSantis ha propuesto nuevas leyes que restringen a las instituciones financieras el uso de principios ambientales, sociales y de buen gobierno (ASG) para guiar las decisiones de inversión.
En una rueda de prensa celebrada en el Florida SouthWestern State College de Naples, Florida, el 13 de febrero, DeSantis dijo que estaba actuando en parte para proteger las pensiones de los empleados públicos de Florida, ya que la inversión basada en los ASG puede no ser lo mejor para los intereses financieros de los beneficiarios. El estado exigirá a las instituciones financieras que mantengan sus responsabilidades, dijo.
«Tendrán que cumplir la obligación fiduciaria tal y como se ha entendido desde tiempos inmemoriales hasta hace unos pocos años. Ese es su trabajo», dijo DeSantis.
La legislación propuesta también protegería a los floridanos de la discriminación por parte de bancos e instituciones financieras «por sus creencias religiosas, políticas o sociales», dijo. «Creemos en la no discriminación y pensamos que es un principio importante».
Dijo que el estado también prohibiría a las compañías financieras usar la puntuación de crédito social en las decisiones bancarias y de préstamos.
«Nos estamos asegurando de proteger esto como una esfera de toma de decisiones económicas, no de activismo político».
El Estado —que actualmente tiene más de 20,000 millones de dólares de superávit— tampoco depositaría su dinero en empresas que violen estas leyes, dijo.
«No se permitirá que ninguno de estos depósitos se haga en instituciones que persigan esta agenda ASG woke».
Si se aprueba la legislación, el Estado no invertirá su dinero en lugares que tomen sus decisiones financieras de esa manera. A los bancos que participen en activismo corporativo no se les permitirá ser un «Depositario Público Cualificado».
Dijo que las leyes prohibirían a los gobiernos estatales y locales utilizar los ASG para tomar decisiones de inversión, adquisición o contratación o en la emisión de bonos. Los bancos y las instituciones financieras no podrán discriminar a sus clientes por sus creencias políticas, religiosas o sociales.
«Creo que con estas propuestas hemos hecho más que ningún otro Estado del país», afirmó.
«Se trata de un fenómeno impulsado por las élites», añadió. «En última instancia, no va a ser un camino que vaya a ser bueno para este país, y no va a ser bueno para otros países industrializados».
«Realmente quieren imponer esto a la sociedad. No tienen la capacidad de persuasión para conseguirlo a través del proceso democrático, así que esperan que si pueden extenderlo a todos los escalones de la élite de la sociedad, pueden imponerlo y básicamente solo tenemos que sentarnos y aceptarlo.
«Eso no va a suceder en el estado de Florida».
«Defenderemos a la gente de lugares como Daytona y Destin. No seguiremos a las élites en lugares como Davos».
DeSantis dio ejemplos de negocios o industrias que las empresas financieras trataron de dejar fuera a través de la toma de decisiones basada en los ASG, incluyendo el petróleo y el gas, las armas y la seguridad fronteriza.
Una empresa penitenciaria privada que suministraba mano de obra prisionera al Departamento de Inmigración y Control de Aduanas se vio desbancada, dijo, porque los progresistas buscaban deshacerse por completo del ICE e instituir fronteras abiertas.
El vendedor de armas Brandon Wexler habló de cómo su negocio, Wex Gunworks en Delray Beach, estuvo a punto de desaparecer por culpa de esas políticas. Llevaba 25 años trabajando con Wells Fargo. Un día fue a su sucursal y el cajero le dijo: «Oiga, van a cerrar sus cuentas bancarias».
«Si te cierran las cuentas bancarias, tu vida acaba de dar un vuelco», dijo Wexler.
Lo remitieron a un representante del servicio de atención al cliente que se lo confirmó y le dijo que tenía un mes para sacar su dinero del banco. Las cuentas incluían las de su empresa y las personales, además de una cuenta conjunta que tiene con su exesposa relativa a las finanzas de su hija.
«Les pregunté: ‘¿Por qué?’. Me contestaron: ‘Es una decisión empresarial'».
Una carta que recibió una semana después decía que el banco no concedía préstamos a determinados sectores. Una segunda carta decía que el banco había hecho un análisis de riesgos, «‘y queremos que te vayas de aquí’, lo que no tenía ningún sentido», dijo.
Hasta la tarde del 13 de febrero, Wells Fargo no había respondido a la rueda de prensa. Un portavoz remitió a The Epoch Times el comentario del banco a un artículo sobre Wexler publicado en enero en thereload.com.
En ese artículo, Jennifer L. Langan, portavoz del banco, rebatió la afirmación de Wexler de que los cierres de sus cuentas se debían a su trabajo como vendedor de armas.
«Basándonos en nuestro análisis del riesgo asociado a este cliente, tomamos la decisión de cerrar las cuentas», declaró a The Reload. «Nuestra decisión no se basa en el sector».
Dijo que no podía revelar los detalles detrás de la decisión, pero reiteró que Wells Fargo nunca ha anunciado una política en contra de hacer negocios con empresas de armas.
En cuanto al riesgo, Wexler dijo que nunca ha sido detenido y que nunca le devolvieron un cheque. Posteriormente pudo abrir cuentas en otro banco.
«Lo que hicieron estuvo mal y estoy aquí para contar mi historia», dijo Wexler.
El teniente Tom Moore, de la oficina del sheriff del condado de Collier, que habló después de Wexler, dijo: «Fue muy frustrante enterarme de que mi jubilación, actualmente gestionada por el Estado, estaba ayudando a apoyar causas radicales y que en realidad no tenían nada que ver con la mejor tasa de rentabilidad».
«Me informaron que los inversores que gestionan mis fondos de jubilación estaban votando a favor de invertir mi jubilación en causas como los ASG, inversiones chinas y empresas discriminatorias que impulsan agendas políticas que no pueden aprobar en las urnas, en lugar de hacer la prioridad número uno, maximizar el rendimiento de la inversión», dijo Moore.
La mayoría del Senado estatal Kathleen Passidomo, en cuyo distrito se celebró el evento, dijo: «El gobernador está haciendo cosas que todos desearíamos poder hacer». Lo felicitó por «tener el valor de levantarse y hacer las cosas que los que estamos un poco más callados no podemos hacer».
El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Renner, criticó la toma de decisiones en base a los ASG por atacar a la industria de los combustibles fósiles y desinvertir en la producción de petróleo y gas.
«No hemos construido una refinería desde los años 70», dijo Renner. «Es una locura, y luego tienes a Joe Biden yendo a Venezuela y diciendo: ‘Por favor, dennos combustible'».
Los gestores de fondos ASG como Black Rock, dijo, toman el dinero de la gente y «lo invierten en una estrecha dirección ideológica. No hablan por tu voz ni por tu mente. Hablan por su voz y, como dijo el gobernador, se está gestando desde la ONU y desde Davos sobre sus valores, no los nuestros».
«Los ASG son una amenaza directa a la economía estadounidense y a la libertad económica individual», dijo la oficina del gobernador en una declaración escrita. «Este intento de la élite corporativa de discriminar a aquellos que no siguen una agenda ideológica particular será ilegalizado en Florida».
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