DeSantis se enfrentó a Washington en 2021

TALLAHASSEE — Si bien gran parte del país se abriga durante las fiestas navideñas, los floridanos se jactan de su clima veraniego.

No es inusual que las temperaturas de diciembre alcancen los 80 grados Fahrenheit en el Estado del Sol. Pero lo que se destaca como extraño es la cantidad de nativos que lucen camisetas de manga corta adornadas con imágenes de su gobernador, Ron DeSantis.

DeSantis, un republicano, ha adquirido el estatus de estrella de rock y villano en su estado, dependiendo de a quién se le pregunte, en gran parte debido a la forma en que ha rechazado las políticas de Washington y de la administración Biden.

Los comentarios durante las transmisiones en vivo de DeSantis y en sus páginas de redes sociales muestran que el interés en lo que está haciendo se extiende más allá de las fronteras de Florida. Las publicaciones de usuarios de otros estados, e incluso de otros países, a menudo se refieren a él como el «gobernador de Estados Unidos» y le ruegan que se presente a la presidencia. Otros se burlan de él como «moRon», «Death-Santis» o «DeSatan».

Como nunca antes, los floridanos llevan con orgullo sus sentimientos hacia su máximo ejecutivo en sus mangas. Cuando DeSantis se presenta en pequeños pueblos y grandes ciudades de todo el estado para sus apariciones públicas casi diarias, los asistentes a menudo llevan camisetas que muestran un audaz -aunque no oficial- logotipo de DeSantis 2024. Eso es a pesar del hecho de que el gobernador de 43 años ha dicho una y otra vez que no es candidato a la presidencia. Presentó su candidatura en noviembre para presentarse a la reelección de gobernador en 2022.

Otros fans usan camisetas con una amplia gama de diseños, muchos con una imagen de él sonriendo, vistiendo un atuendo de superhéroe, sosteniendo una Constitución en sus manos o apareciendo con un sombrero rojo caído como «DeSantis Claus». Los estilos Pro-DeSantis a menudo incluyen el lema «Make America Florida».

Sus oponentes también usan sus camisetas para expresas sus opiniones hacía DeSantis. Insisten en que él está «matando a los floridanos con su estupidez».

DeSantis se ha convertido en uno de los gobernadores más reconocidos de Estados Unidos en 2021 gracias a sus enfrentamientos cara a cara con el presidente Joe Biden por lo que llama «extralimitación del gobierno». La Casa Blanca no respondió a las solicitudes de comentarios.

Bajo el liderazgo de DeSantis, Florida ha adquirido un nuevo apodo: El Estado de la Libertad.

Cuando Biden estaba presionando para que se volvieran a llevar a cabo los confinamientos por la pandemia, DeSantis prometió mantener los negocios, las playas, los lugares de culto y las escuelas de Florida completamente abiertos, como lo habían estado desde que levantó las restricciones restantes en septiembre de 2020. Residentes de otros estados acudieron en masa a Florida, algunos solo para poder salir a cenar. Otros conducían camionetas cargadas con pertenencias y las esperanzas de tener un futuro menos restringido en Florida.

Cerca de 329,717 personas llegaron al estado de DeSantis entre abril de 2020 y abril de 2021 para convertirse en residentes, según la Oficina de Investigación Económica y Demográfica de Florida. Y Move.org informó que Florida fue el destino número uno para la reubicación de estadounidenses en 2020. Los precios de la vivienda se dispararon y la demanda superó la oferta de viviendas.

Los conservadores de Florida se preocuparon abiertamente por la posibilidad de que la afluencia de nuevos residentes, que huyen de los estados demócratas, trajera consigo sus hábitos de voto de izquierda y convirtiera al estado en un sólido estado azul.

No hay chance de eso, dijo Christian Ziegler, vicepresidente del Partido Republicano de Florida, en una recaudación de fondos llevada a cabo en octubre en el ostentoso World Equestrian Center, en Ocala. Prometió que el registro de votantes republicanos superaría a los demócratas por primera vez para el Día de Acción de Gracias. Y lo hizo.

La gente solía mudarse a Florida por el clima y las playas, dijo Ziegler a la multitud, pero «ahora es por la libertad y por quién es su gobernador».

Jeff Wiita, quien se mudó en mayo con su esposa, Sandy, desde Minnesota a una comunidad de jubilados en Florida, sintió que esas palabras describían perfectamente sus razones para establecerse allí.

Los Wiita estaban frustrados porque, para salir por la noche a un restaurante, tenían que conducir 45 minutos hasta la vecina Wisconsin. Les entristeció ver el humo de los disturbios en Minneapolis y se enfadaron cuando les arrancaron un cartel de Trump que tenían en su propiedad.

Consideraron mudarse a Texas, pero sintieron que el gobernador Greg Abbott no estaba adoptando una postura lo suficientemente firme a favor de la libertad. Las políticas de DeSantis los atrajeron a Florida.

Las políticas de Florida llaman la atención a nivel nacional

En todo el país, los dueños de negocios también están poniendo su atención en Florida, ya que se preocupan por los enredos de la cadena de suministro causados por barcazas pesadas que están inactivas esperando atracar en los puertos de la costa oeste. DeSantis ha instado a los cargadores a zarpar hacia Florida para descargar. Los puertos de Florida funcionan las 24 horas del día, los 7 días de la semana, dijo, y pueden hacer el trabajo que otros no pueden. Y muchos transportistas lo han hecho.

Biden y muchos en los medios dijeron que DeSantis era imprudente por rechazar los confinamientos este verano, cuando las infecciones por COVID-19 aumentaron en el estado. DeSantis insistió en que los bloqueos no habían funcionado antes y eran un error que lastimaba a las personas económica, mental y emocionalmente.

Los encierros significaban que los ancianos y los enfermos morían solos en hogares de ancianos y hospitales, dijo. Los bloqueos impedían que las personas estuvieran juntas durante los momentos más preciados de la vida, como bodas y nacimientos. Cerraron los sueños de los atletas de secundaria. Mantuvieron a los niños fuera de las escuelas, lo que retrasó el aprendizaje y el desarrollo. Paralizaron negocios y provocaron desempleo, a lo que se le atribuyó la cascada de depresión, abuso infantil, adicción y suicidio.

Entonces, cuando Biden regañó a DeSantis y a Abbot por no cooperar con sus esfuerzos de respuesta al COVID-19, DeSantis se enfureció.

Dijo que Biden estaba ignorando la ciencia y era responsable de permitir que los inmigrantes infectados con COVID-19 cruzaran la frontera sur. Advirtió a Biden que nunca más intentara sobrecargar a los floridanos con bloqueos.

«Si está tratando de arruinar sus trabajos y sus medios de vida y sus pequeñas empresas, si está tratando de encerrar a la gente, me interpongo en su camino y defiendo a la gente de Florida», dijo durante una conferencia de prensa. “Entonces, ¿por qué no hace su trabajo? ¿Por qué no protege esta frontera? Hasta que no lo haga, no quiero oírlo hablar del COVID».

DeSantis respondió a la oleada de la enfermedad lanzando sitios alrededor de su estado donde los floridanos podían obtener tratamientos de anticuerpos monoclonales de forma gratuita sin receta médica. Cuando la administración de Biden redujo los suministros del tratamiento, DeSantis encontró la manera de conseguir más.

La recuperación de Florida supera a la de otros estados

En septiembre, un año después de la reapertura de Florida, la nación registró un aumento de 194,000 puestos de trabajo, y Florida representó 84,500 de ellos.

El turismo, la industria más importante del estado, se recuperó a niveles prepandémicos en octubre. En noviembre, Florida se mantuvo estable como el estado con la tasa de casos de COVID-19 más baja a nivel nacional.

«Él ha tenido razón en todo momento», dijo Carol Dover, representante del sector de la hostelería, el empleador más grande del estado en Florida. “Cada vez que él rechazaba, la gente levantaba una ceja y se preocupaba, pero yo siempre les decía: ‘Esperen y verán qué pasa’”.

Como presidente y director ejecutivo de la Asociación de Restaurantes y Alojamiento de Florida, Dover representa a más de 10,000 restaurantes, hoteles, parques temáticos y otras empresas. Los cierres prolongados amenazaron con dividir permanentemente la industria hotelera del estado de USD 111,700 millones, lo que ella denomina como el motor económico del estado. Los bloqueos provocaron la pérdida de puestos de trabajo para muchas de las 1.5 millones de personas empleadas en la hostelería.

Pero DeSantis se resistió a las políticas de Washington y puso fin a los bloqueos que amenazaban con hacer imposible la recuperación de la industria. Muchas empresas, dijo, se salvaron gracias a sus acciones justo a tiempo.

«Mis clientes creen literalmente que ha hecho un trabajo estelar», dice. Y aunque ella representa a personas de todos los puntos del espectro político, «nunca estuvieron divididos en eso».

Algunos dueños de negocios estaban preocupados después de que DeSantis firmó una nueva ley estatal que decía que los empleados no podían ser despedidos o sancionados por no vacunarse contra el COVID-19, la enfermedad causada por el virus del Partido Comunista Chino (PCCh). Esto se debe a que las normas federales aún exigían que las empresas con más de 100 empleados exigieran las vacunas. Pero entonces los tribunales fallaron en contra del mandato federal.

«En todo momento, él nos ayudó a mantenernos libres y nunca nos puso en peligro», dijo sobre DeSantis. «Siempre estaremos agradecidos por eso».

Ahora, el mayor desafío de sus miembros es la escasez de personas dispuestas a trabajar.

“Sabíamos desde el principio que se debía a todas las limosnas del gobierno”, dijo Dover. “La gente se acostumbró al lujo de estar en casa y no tener que ir a trabajar. Y creo que el cambio de cultura nos acompañará durante mucho tiempo”.

Pero las personas que están dispuestas a trabajar están cosechando recompensas. Dover conoce a trabajadores de restaurantes que, al realizar turnos adicionales, ahora se ganan más de USD 100,000 por año.

DeSantis ha seguido desafiando a Biden en todo momento, en beneficio de los floridanos.

“Al principio solo pedían 15 días para frenar la propagación y ahora o se vacunan o pierden su trabajo. ¡Denme un respiro!», dijo DeSantis en una conferencia de prensa, rechazando las órdenes de vacunación de Biden.

DeSantis luego contrarrestó las órdenes federales de vacunación en Florida convocando a los legisladores estatales a Tallahassee, la semana antes de Acción de Gracias, para una sesión legislativa especial. Cuatro días después, le entregaron proyectos de ley para que los firmara que, entre otras disposiciones, exigían a las empresas que imponen mandatos de vacunación que proporcionen exenciones por motivos médicos y religiosos, así como para las mujeres embarazadas. Los proyectos de ley también otorgaban a los padres el derecho a optar por que sus hijos no lleven máscaras en la escuela y limitaban los poderes de emergencia del máximo responsable de la salud del estado.

El gobernador también prometió que los niños de Florida nunca estarían sujetos a un mandato de vacunación para COVID-19.

En un golpe al presidente, DeSantis firmó los proyectos de ley en una ceremonia en la ciudad de Brandon, en el centro del estado. Estaba destinado a enviar un mensaje, dijo su portavoz. «¡Vamos, Brandon!» se ha convertido en un eufemismo viral anti-Biden coreado por multitudes en todo el país.

Esos proyectos de ley “salvaron nuestros trabajos”, dijo el paramédico Michael Junge, teniente y miembro de 18 años del Cuerpo de Bomberos del Condado de Orange. Él y muchos de sus colegas de primeros auxilios se habían negado a recibir la vacuna por diversas razones. Por un lado: ya se había recuperado de la enfermedad y creía que tenía inmunidad natural. Pero también, como paramédico, había visto emergencias aterradoras (convulsiones, problemas cardíacos, accidentes cerebrovasculares) e inesperadas en jóvenes, por lo demás sanos y «el denominador común siempre fue que habían recibido la vacuna recientemente», dijo.

«Ahora el condado no puede despedirnos».

DeSantis ha ayudado a los socorristas (trabajadores a los que habitualmente llama héroes por sus acciones durante la pandemia) distribuyéndoles bonos de USD 1000 y prometiéndoles bonos por USD 5000 a los agentes de la ley que se mudan desde otros estados «donde no fueron apreciados», y empiecen a trabajar en Florida.

También repartió bonos de USD 1000 a los maestros y les ofreció bonos de USD 3000 por obtener una certificación que demuestre que están listos para enseñar educación cívica con excelencia. La educación cívica, dice, es un antídoto para las enseñanzas de la teoría crítica de la raza (TCR), que prohibió en las escuelas de Florida. La TCR, dijo, les enseña a los niños a «odiar nuestro país».

La TCR evolucionó a partir de las enseñanzas marxistas de la teoría crítica y describe la mayor parte de lo que sucede en la sociedad como una lucha de poder entre la raza del opresor y la de los oprimidos. Es la teoría que impulsa Black Lives Matter y demoniza a los Padres Fundadores del país.

Eso no tiene cabida en Florida, ha dicho DeSantis. Una vez más, eso lo ha puesto en desacuerdo con Biden, quien restauró la capacidad de las agencias federales para tener sesiones de entrenamiento en TCR, las cuales fueron virtualmente prohibidas por el presidente Donald Trump.

Una y otra vez en 2021, DeSantis se enfrentó a la administración de Biden por cuestiones de interés nacional, y a veces internacional:

Firmó una ley que prohíbe los pasaportes de vacunas en su estado, con multas de USD 5000 por violación.

Pidió a Biden que deportara a los inmigrantes ilegales que habían cometido delitos. Luego viajó a Texas para presenciar la crisis fronteriza por sí mismo, después de enviar a agentes del orden para ayudar.

Cuando las filtraciones de los trabajadores federales le alertaron de los vuelos secretos, en plena noche, de inmigrantes a Florida para su reasentamiento, DeSantis acusó al gobierno de Biden de «dirigir su propia operación masiva de contrabando de personas» y exigió información sobre los ilegales que inundaban su estado.

Prometió reasentar a los inmigrantes nuevamente entregándolos al estado natal de Biden, Delaware. Eso no era una hipérbole y pronto se anunciaría un plan, dijo la portavoz Christina Pushaw a principios de diciembre.

Exponiendo al comunismo y a la censura

En movimientos que se parecían más a los de un líder nacional que a los de un ejecutivo estatal, DeSantis, un autodenominado anticomunista, apuntó al Partido Comunista Chino (PCCh) este año. Dijo que debería rendir cuentas por los daños causados por la pandemia, porque sus líderes permitieron que el virus se filtrara de un laboratorio en Wuhan, retrasaron la advertencia al mundo y luego trataron de encubrirlo.

Firmó leyes que dificultan que el PCCh ejerza influencia en los campus universitarios e hizo que el robo y la venta de secretos comerciales sean delitos graves de tercer grado punibles con hasta cinco años de prisión.

Y cuando el régimen comunista que controlaba Cuba cerró el acceso a Internet durante las protestas contra el gobierno en julio, DeSantis presionó a Biden para que tomara una posición y usara los activos estadounidenses para restaurar la comunicación online en la isla. DeSantis también instó al ejército cubano a unirse a los manifestantes y derrocar a los líderes comunistas. La nación isleña está a solo 90 millas del extremo sur de Florida.

DeSantis también criticó a las Big Tech, acusando a Facebook y a otras empresas de manipular las elecciones en su estado al limitar el acceso a algunos candidatos mientras aumenta el alcance de otros. Firmó un proyecto de ley, el primero de este tipo en el país, que permite a los floridanos demandar a las plataformas de redes sociales por censura. Pero la aplicación está en suspenso, ya que el proyecto de ley enfrenta impugnaciones en los tribunales.

También encargó a los legisladores de Florida la tarea de aprobar nuevas leyes para garantizar la integridad de las elecciones en el estado. Los legisladores están listos para abordar sus propuestas en marzo, cuando regresen para su sesión ordinaria.

Defender a la gente de Florida y a la gente de todo el país, así es como se ve el liderazgo real, dice Heather Quarles, esposa, madre y empleada de la iglesia en la ciudad universitaria de Gainesville, en el norte de Florida Central. Ella, como muchos en el estado, está indecisa sobre si esperar que DeSantis se presente como candidato a la presidencia.

«No quiero perderlo aquí. Eso me preocupa. Pero tenerlo en la Casa Blanca podría ser una victoria a largo plazo».

Lo que más le gusta del exoficial de la Marina es que “ha servido a nuestro país, ha hecho el sacrificio, así que lo entiende”. Cualquier candidato que no haya servido en el ejército probablemente no esté calificado para servir como comandante en jefe, dice.

Es importante que DeSantis esté en el corazón de las mujeres a la hora de conservar su puesto de gobernador de Florida, y es eso es fundamental si quiere ser presidente.

Un conocido analista político, que habló bajo condición de anonimato, dijo que los comentarios a veces groseros o que suenan arrogantes de DeSantis podrían ser contraproducentes para él, como lo hicieron para Trump.

“Su esposa necesita controlarlo”, dijo el analista. Casey DeSantis, de 41 años, fue diagnosticada con cáncer de mama en octubre y es madre de sus tres hijos menores de 6 años. Es una expresentadora que participa activamente en la promoción de sus propias iniciativas y las de él en todo el estado.

Muchas mujeres republicanas de los suburbios (votantes que Trump necesitaba) se volvieron contra él debido a su constante flujo de tweets malos y diatribas llenas de improperios, dijo el analista. Parecerse a Trump podría ir en contra de DeSantis, si no adopta un tono más humilde, maduro y profesional.

Aunque DeSantis dice que no está consideran una candidatura a la Casa Blanca, sus continuos golpes contra Biden y sus viajes a otros estados hacen que parezca que se está perfilando para postularse, dicen los expertos.

Históricamente, los partidos políticos ven a su grupo de gobernadores como una especie de «caldo de cultivo» para futuras elecciones presidenciales, dijo la analista política Susan MacManus. Y el partido de «afuera», el que no tiene el control de la Casa Blanca, siempre está «buscando a alguien que sea su abanderado para la próxima vez».

MacManus ha estudiado -y ha sido solicitada para opinar sobre- la política de Florida durante unos 40 años. Es historiadora, autora y profesora emérita de ciencias políticas en la Universidad del Sur de Florida.

DeSantis, dice, ha sido un gobernador inusualmente activo «con un elemento de sorpresa» que le da un atractivo más amplio de lo normal. Por ejemplo, recientemente ha suprimido la prueba anual de aptitud en los estándares de Florida. La prueba, ampliamente impopular, contribuyó a las calificaciones con letras A – F asignadas a las escuelas. La derogación de la prueba fue una medida que gustó a muchos profesores, que a menudo se inclinan a la izquierda, políticamente, debido a sus sindicatos, señaló MacManus. DeSantis amplía aún más su atractivo al promover activamente cuestiones medioambientales, como su reciente inversión en los Everglades.

«Es común que los gobernadores quieran postularse para presidente», dijo MacManus. Y eso, agregó, es probablemente la razón por la que el exgobernador de Nueva Jersey Chris Cristie acaba de escribir “Republican Rescue” y está haciendo apariciones para promover el libro, en un esfuerzo por ofrecerse como un candidato presidencial alternativo.

Trump ha dicho que no puede revelar si planea postularse nuevamente, debido a las leyes de financiamiento de campañas. También indicó que esperará a ver los resultados de las elecciones de mitad de período de 2022 antes de tomar una decisión. En entrevistas, dijo que consideraría a DeSantis como compañero de fórmula en el proceso de recuperar la Casa Blanca en 2024.

El respaldo que Trump le dio a DeSantis es un impulso muy necesario en su elección por primera vez contra el popular alcalde demócrata de Tallahassee, dijo MacManus. DeSantis ganó por cerca de medio punto porcentual. Y a pesar de los rumores de que ahora hay fricciones entre Trump y DeSantis, MacManus es escéptico.

En caso de que decida postularse a la presidencia, «está haciendo lo más inteligente al construir redes en todo el país», haciendo apariciones en otros estados, dijo. Florida, un importante estado oscilante en las elecciones nacionales, es el tercero más grande y el más dividido entre los dos principales partidos, señaló.

Hasta ahora, 11 demócratas buscan ser los contrincantes electorales de DeSantis. También están registrados para las elecciones de Florida un republicano, un independiente y tres candidatos que no tienen afiliación a ningún partido, según la División de Elecciones de Florida.

MacManus dice que sus mayores amenazas provienen de dos políticos demócratas actuales: la comisionada de Agricultura del estado, Nikki Fried, quien dice que es una «defensora de la reforma de la justicia penal y la legalización de la marihuana desde hace mucho tiempo», y Charlie Crist, actualmente un congresista que anteriormente se desempeñó como gobernador de Florida siendo republicano, antes de cambiar de partido.

Crist era conocido en el estado como «Chain Gang Charlie» por su postura dura contra los criminales convictos, pero ahora se une a Fried en una campaña principalmente para legalizar la marihuana. Ni Crist ni Fried respondieron a las solicitudes de comentarios.

MacManus dijo que las personas que siguen de cerca estas carreras electorales y proyectan probabilidades de apuestas, creen que DeSantis tiene su reelección asegurada.

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