En un intento por reducir los precios de los medicamentos recetados en Florida, el gobernador Ron DeSantis anunció el 12 de enero iniciativas dirigidas a los fabricantes de medicamentos y a los gestores de beneficios farmacéuticos (PBM), empresas que actúan como intermediarias en el proceso.
Para realizar la iniciativa, DeSantis trabajará con la legislatura en medidas que «protegerán a los consumidores y aumentarán la responsabilidad», dijo el gobernador en The Villages, una gran comunidad de jubilados en el centro de Florida.
La inflación golpeó duramente a los precios de los medicamentos recetados, dijo DeSantis. Sus costos subieron más del 31 % entre julio de 2021 y julio de 2022, «por encima incluso de la tasa de inflación general».
Las iniciativas apuntarán a los intermediarios que la mayoría de los consumidores desconocen —administradores de beneficios farmacéuticos que actúan como intermediarios entre fabricantes, aseguradoras y minoristas, añadió el gobernador, indicando que tres grandes compañías controlan el 80 % del mercado.
A principios de 2021 los tres principales, que controlaban el 79 % del mercado, eran PBMs-CVS Caremark, Express Scripts, y UnitedHealth Group’s OptumRx, según Becker’s Hospital Review,
«Ellos no son vistos por el público. La mayoría de la gente no tiene ni idea de quiénes son», dijo DeSantis. «Yo no lo sabía hasta que empezamos a mirar las reformas de salud».
El gobernador dijo que las nuevas iniciativas requerirán una mayor transparencia de los PBM. Ellos tendrán que revelar todas las organizaciones con las que se afilian, incluidas las farmacias o compañías dentro de su paraguas corporativo. También tendrán que revelar las quejas o los acuerdos de conciliación en los que hayan formado parte antes de operar en Florida.
DeSantis ordenó a la Oficina de Regulación de Seguros del estado que exija responsabilidades a los PBM que hayan infringido la ley.
El gobernador también está buscando requisitos de divulgación pública para todas las propuestas de aumentos de precios de medicamentos, y para que los fabricantes presenten un informe anual que describa y justifique cualquier aumento de precios durante el año anterior.
Los reglamentos para los PBM apuntan a varias prácticas de fijación de precios. Una de ellas son las «recupeciones», en las que los precios de los medicamentos se suben a posteriori y los PBM exigen a los minoristas que paguen más por las ventas ya realizadas, por lo que los minoristas deben subir los precios, según DeSantis.
«Básicamente, eso es robar dinero»
En otra práctica, de precios diferenciados, los PBM cobran a las farmacias más por los medicamentos de lo que ellos pagaron al fabricante.
«Básicamente, eso no es más que robar dinero. No es realmente ofrecer un valor», dijo DeSantis.
Dado que los PBM a menudo obligan a los consumidores a surtir sus recetas a través de pedidos por correo, cortando la relación personal con los farmacéuticos de la comunidad y limitando la capacidad de los consumidores para buscar la mejor oferta, DeSantis dijo que él planea proteger a las farmacias comunitarias.
«Así que [lo que] vamos a decir es, usted es libre de usar esa farmacia por correo que ellos le están diciendo que use, pero usted no está obligado a usarla, sino que tiene la capacidad de tomar sus propias decisiones si esta es la mejor para usted».
DeSantis detalló los obstáculos que Florida ha enfrentado por parte de la FDA para ampliar su capacidad de surtir recetas a un costo mucho menor, en Canadá.
«El propio Biden afirmó que esto es algo que quiere, y, sin embargo, la FDA nos ha dado largas durante dos años. Esto está básicamente listo. Literalmente, todo lo que ellos tienen que hacer es firmar en la línea de puntos».
«Lo que ellos dicen es que ‘bueno, si usted compra el mismo medicamento en Canadá, nos preocupa mucho la seguridad y todo lo demás’. Ustedes saben, la FDA no estaba preocupada ni está preocupada por la seguridad cuando autoriza inyecciones de ARNm para bebés de 6 meses», explicó DeSantis. «Ellos no tienen datos para espaldar eso».
«Lo que está haciendo la FDA es interferencia para las compañías farmacéuticas».
Junto a DeSantis compareció Katie Scanlon, directora senior de la administración de farmacias de Publix Supermarkets, con sede en Florida.
Con 785 farmacias en el estado, «nosotros estamos muy conscientes de los problemas señalados y los problemas de acceso que los floridanos enfrentan con estas prácticas de los PBM sin control», dijo Scanlon.
«Tenemos clientes que vienen y dicen: ‘Ustedes saben, esta es la farmacia que está más cerca de mi casa. El farmacéutico me conoce a mí y a mi familia. Pero ya no puedo ir porque tengo que enviar mis recetas a la farmacia de venta por correo, donde (. . .) incluso ponerse en contacto con alguien a menudo es un desafío’”.
Scanlon habló de las dificultades de Publix al intentar ayudar durante el huracán Ian, que devastó la zona de Fort Myers. Trabajando en refugios con evacuados que necesitaban desesperadamente las prescripciones. Publix a menudo no podía surtirlos porque “ya no somos la farmacia de la red”, por lo que “nuestras manos están atadas”.
«Nosotros realmente creemos que es importante que los consumidores que deseen tener esa relación cara a cara con su farmacéutico local, tengan esa opción», dijo Scanlon.
La industria sanitaria, «un gran lío enredado»
El director de salud estatal, Joseph Ladapo, que también compareció junto a DeSantis, calificó el sector sanitario de «un gran lío enredado (. . . ) Es un sistema feo, patas arriba, complicado y retorcido».
Ladapo indicó que los PBM culparían a las compañías farmacéuticas de los altos precios y estas los reconocerían, pero dirían «nosotros hacemos toda esta investigación para todos estos medicamentos».
Ladapo estuvo de acuerdo en que la investigación farmacéutica es importante, y la gente quiere obtener sus beneficios, pero calificó de «mito» que las empresas farmacéuticas sean ahora las principales responsables de esa investigación. La mayor parte, dijo, se financia con los impuestos a través de los Institutos Nacionales de Salud y la realizan las universidades.
Steve Waterhouse, residente en The Villages, habló con franqueza de la experiencia de su familia con los costos de los medicamentos con receta. Él y su mujer, Gina, que le acompañaba, habían tenido varios negocios, pero en 2016, cuando surgieron los problemas, se dieron cuenta de que no eran problemas de sus negocios. Un viaje a la Clínica Mayo confirmó que Gina padecía Alzheimer, enfermedad que estaba presente en su familia.
Ellos decidieron inscribirla en un ensayo farmacológico, con la esperanza de que al menos beneficiara a otras personas en el futuro. La pareja vendió su empresa y se mudaron a The Villages. Sorprendentemente, el fármaco en cuestión, ahora comercializado por Biogen, pareció dar resultados, ya que su funcionamiento mental ha mejorado.
Un investigador de la Clínica Mayo «entró en la habitación y dijo, ‘yo he esperado toda una carrera para decirle a una persona lo que voy a decirle a usted: Su cognición ha mejorado'», relató Waterhouse.
El fármaco, Aduhelm, fue aprobado y Waterhouse calcula que ha añadido cinco años a la capacidad cognitiva de su esposa. Aquella mañana le había ganado al golf.
¿El problema? El medicamento cuesta 58,000 dólares al año. «Ahora bien, si tuviera que pagar eso durante cinco años para salvar a mi mujer, 250,000 dólares, vendería cualquier cosa que tuviera para conseguir ese dinero. ¿Pero qué pasa con la gente que no puede hacer eso? Quiero decir, yo tengo los recursos para poder hacerlo. Pero, ¿qué pasa con la gente que no puede conseguirlo?».
«Estos PBM estaban acabando con su negocio»
DeSantis relató sobre una experiencia que tuvo recientemente.
«Durante las vacaciones de Navidad, yo tenía algunos hijos enfermos, y la primera dama estaba enferma. Así que ella me mandó a surtirle una receta. Así que fui, y el tipo me dice que mirara cómo estos PBM estaban destruyendo su negocio, y yo como soy: ‘Bueno, entonces nosotros vamos a hacer algo al respecto'».
DeSantis ha tenido un comienzo rápido en su segundo mandato tras asumir al cargo el 3 de enero y ha estado anunciando nuevas iniciativas en diferentes campos casi todos los días.
Muchas tienen un ángulo nacional. Se habla mucho del gobernador como candidato presidencial para 2024 y, en algunas encuestas, va por delante incluso del expresidente Donald Trump, quien anunció su candidatura en noviembre. DeSantis contrasta a menudo las acciones que ejecuta en Florida con las del gobierno federal, o compara las de su propia administración con las de la administración Biden en el mismo ámbito.
El precio de los medicamentos es un problema nacional. Exigir a las universidades y colegios estatales que informen de cuánto están gastando para promover la teoría crítica de la raza y la diversidad, la equidad y la inclusión aborda un tema con una audiencia nacional cada vez mayor. Los esfuerzos de Florida en materia de calidad del agua, centrados en los Everglades, son específicos de Florida, pero también ponen de relieve que DeSantis está adoptando medidas medioambientales populares.
Las luchas del estado contra una reciente oleada de balseros cubanos que desembarcan en los Cayos de Florida ponen de relieve los problemáticos antecedentes de la administración Biden en materia de fronteras e inmigración. La fiscal general del estado, Ashley Moody, presionó con éxito a Biden a finales de la semana pasada para que incluyera la inmigración en la agenda de su reciente cumbre de dos días sobre América del Norte con el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau.
Al responder a las preguntas de los periodistas tras una presentación sobre otros temas, en dos ocasiones en los últimos días, DeSantis ha encontrado la oportunidad de hablar de su oposición a los esfuerzos del Partido Comunista Chino por adquirir tierras en estados como Florida, otro asunto nacional.
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