Investigadores identificaron señales de un enorme acuífero bajo las aguas del Atlántico en la costa al noreste de Estados Unidos, comunicó el Instituto Terrestre de la Universidad de Columbia.
“Han hecho un descubrimiento sorprendente: un acuífero gigantesco de agua relativamente dulce atrapado en sedimentos porosos que yacen bajo el océano salado. Parece ser la formación de este tipo más grande que se ha encontrado en el mundo”, indicó el Instituto el 20 de junio.
El acuífero se extiende por lo menos desde Massachusetts hasta Nueva Jersey, desde la costa hacia más o menos unos 75 a 80 kilómetros hacia dentro, en dirección al borde de la plataforma continental.
Los análisis demuestran que estos depósitos de agua dulce no están dispersos; son más o menos continuos. En su mayor parte comienzan a unos 600 pies (2000 metros) por debajo del fondo del océano, y tocan fondo a unos 1.200 pies (4000 metros).
Si este agua estuviese en la superficie, “crearía un lago de unas 15.000 millas cuadradas (24.000 km/2)”, destacaron los autores.
«Sabíamos que había agua dulce en lugares aislados, pero no sabíamos la extensión ni la geometría», dijo la autora principal, Chloe Gustafson, postulante al doctorado en el Observatorio Terrestre Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia.
«Podría ser un recurso importante para otras partes del mundo”, añadió. Su estudio aparece esta semana publicado en la revista Scientific Reports.
Gustafson dijo que emplearon mediciones innovadoras de las ondas electromagnéticas para trazar un mapa del agua, ya que el agua resultaba invisible para otras tecnologías.
En la década de 1970, cuando las empresas perforaban la costa en busca de petróleo, a veces se encontraban con agua dulce y esto llamó la atención de los investigadores.
El coautor del estudio, el geofísico de Lamont-Doherty, Kerry Key, hace unos 20 años ayudó a las compañías petroleras a desarrollar técnicas para usar imágenes electromagnéticas del subsuelo marino en busca del petróleo, reportó el Instituto. Key decidió luego ver, si de alguna forma la tecnología también podía ser utilizada para encontrar depósitos de agua dulce.
En 2015, junto con Rob L. Evans del Instituto Oceanográfico Woods Hole, pasaron 10 días midiendo a bordo del buque de investigación Lamont-Doherty Marcus G. Langseth.
“Realizaron mediciones en el sur de Nueva Jersey y en la isla de Massachusetts de Martha’s Vineyard, donde los pozos de perforación dispersos habían tocado sedimentos ricos en agua dulce”, destacó el informe.
La medición consistió en dejar caer receptores electromagnéticos al fondo del mar para medir los campos electromagnéticos que había debajo. Si había agua quedaría evidenciado.
También se pudo medir el grado en que las perturbaciones naturales, como los vientos solares y los rayos, resonaban a través de ellos.
Otro aparato remolcado detrás de la nave emitió pulsos electromagnéticos artificiales y registró las reacciones del subsuelo.
Como el agua salada es mejor conductora de ondas electromagnéticas que el agua dulce, en los registros las zonas del agua dulce sobresalen como una banda de baja conductividad.
Los datos con ambos sistemas revelaron la banda de baja conductividad que significa la presencia de agua dulce.
Estos depósitos de agua dulce se encuentran no solo frente a Nueva Jersey y gran parte de Massachusetts, sino también en las costas intermedias de Rhode Island, Connecticut y Nueva York.
“Se estimó que la región tiene por lo menos 670 millas cúbicas de agua dulce. Si las investigaciones futuras muestran que el acuífero se extiende más al norte y al sur, rivalizaría con el gran acuífero Ogallala, que suministra agua subterránea vital a ocho estados de las Grandes Llanuras, desde Dakota del Sur hasta Texas”, destacó la Universidad.
¿De donde llegó el agua?
Hace unos 15.000 a 20.000 años, hacia el final de la última era glacial, gran parte del agua del mundo estaba encerrada en un hielo de una milla de profundidad.
“En América del Norte, se extendía a través de lo que hoy es el norte de Nueva Jersey, Long Island y la costa de Nueva Inglaterra. El nivel del mar era mucho más bajo, dejando al descubierto gran parte de lo que hoy es la plataforma continental submarina de Estados Unidos”, dice el informe-
Es posible que cuando el hielo se derritió, los sedimentos formaron enormes deltas de río en la parte superior de la plataforma, y el agua dulce quedó atrapada en bolsas dispersas.
Sin embargo nuevos hallazgos indican que el acuífero también está siendo alimentado de continuo por la escorrentía subterránea moderna de la tierra.
“A medida que el agua de las lluvias y los cuerpos de agua se filtran a través de los sedimentos de la costa, es probable que sea bombeada hacia el mar por la presión ascendente y descendente de las mareas”, dijo Key.
El acuífero de hecho es generalmente más fresco cerca de la orilla, menos de 1 parte de sal por cada mil, como el agua dulce terrestre, y más salado cuanto más se aleja en el mar, elevándose a 15 partes por mil. lo que sugiere que se mezcla gradualmente con el agua del océano con el paso del tiempo.
El agua de mar típica en cambio es de 35 partes de sal por mil.
Desalinizar el agua dulce es más fácil que desalinizar el agua salada.
«Probablemente no necesitemos hacer eso en esta región, pero sí podemos demostrar que hay grandes acuíferos en otras regiones; eso podría representar potencialmente un recurso en lugares como el sur de California, Australia, el Medio Oriente o el África Sahariana, dijo Key.
El estudio sugiere que estos acuíferos probablemente se encuentran en muchas otras costas del mundo, y que podrían proporcionar el agua que se necesita desesperadamente para las zonas áridas que ahora están en peligro de agotarse.
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