Dos hermanos norcoreanos cuyos grupos activistas envían propaganda y arroz por medio de globos a su país desde Corea del Sur denunciaron este lunes lo que consideran una campaña «inconstitucional» contra ellos del Gobierno de Seúl, que los ha denunciado para evitar tensiones con Pionyang.
Park Sang-hak, que encabeza la ONG Luchadores por una Corea Libre (FFNK por sus siglas en inglés), y Park Jung-oh, que dirige del grupo Keunsaem (Gran fuente), han copado mucho espacio informativo en el último mes, ya que a principios de junio Corea del Norte denunció furiosamente sus actividades.
«El 4 de junio Kim Yo-jong, hermana del líder Kim Jong-un, mencionó por primera vez a través del diario oficial Rodong que los panfletos de FFNK eran un ataque contra la dignidad del Gobierno norcoreano y se refirió a nosotros como ‘traidores’ o ‘basura humana'», recordó Park Sang-hak en el Club de Corresponsales de Seúl.
Su organización suelta globos llenos de hidrógeno o helio cerca de la frontera para que el viento los arrastre al Norte, donde deben reventar y esparcir miles de mensajes impresos en polietileno (suele enviar 50,000 en cada uno de los aerostatos) que narran los crímenes de la familia Kim.
Globos con panfletos y botellas de arroz
Tras el enfado de Pionyang, Seúl activó bloqueos policiales para evitar envíos y denunció a los dos grupos por violar la ley del espacio aéreo, la de aguas (Keumsaem envía el arroz en botellas a través de un río fronterizo) y la de comercio intercoreano, que impide enviar cualquier mercancía al Norte sin autorización.
El Gobierno sureño defiende que, aunque los envíos están recogidos por el derecho a la libertad de expresión, ponen en peligro a residentes de zonas fronterizas (el Norte ha llegado a disparar a los globos) y va en contra de acuerdos intercoreanos destinados a reducir la tensión militar junto a la divisoria.
De cualquier modo, el régimen decidió cortar la comunicación con el Sur y destruir la oficina de enlace intercoreana, situada en su territorio, lo que ha dejado las relaciones entre ambos vecinos, técnicamente aún en guerra, en su peor momento desde 2017.
Lee Hun, el abogado que representa a ambos grupos, compareció también y consideró que Seúl está violando derechos básicos de sus clientes, como los de libertad de expresión y reunión (el Gobierno les ha retirado también la licencia para operar), y aseguró que irá a los tribunales.
Independientemente de lo que decida la justicia ambos hermanos insistieron en que seguirán enviando arroz y panfletos al país donde nacieron.
«Mientras Kim Jong-un siga amenazando al Sur con misiles y armamento nuclear, seguiremos enviando pasquines. Y mientras Kim Jong-un siga amenazando a más de 20 millones de norcoreanos con campos de detención, seguiremos enviándolos», argumentó Park Sang-hak.
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