Autoridades en Providence, estado de Rhode Island, han desmantelado una presunta red de tráfico sexual de mujeres inmigrantes en una operación que ha dejado hasta ahora tres arrestados, aunque la investigación continúa en un intento de llegar a lo más alto en esa cadena, señala este martes el diario Boston Globe.
Las mujeres llegaban cada lunes, maleta en mano, en una furgoneta que las dejaba frente a un local donde se quedaban temporalmente, con colchones en el suelo, números sobre las camas y hombres que cerraban las puertas con llave, dice el diario.
El destino final de las víctimas era una antigua tienda de tabaco convertida en un expendio de hierbas medicinales y artículos de santería, pero detrás de sus cortinas había camas donde las mujeres esperaban a sus clientes.
Los hombres pagaban 40 dólares al portero, que les entregaba pedazos de madera de diversos colores que daban a las mujeres de su elección y al que al final del día se colectaban para saber con cuántos se habían visto obligadas a tener relaciones sexuales, de acuerdo con el diario.
Se estima que cada mujer -no se especifica cuántas había- sostenía relaciones con muchos hombres porque en el improvisado burdel se recolectaban hasta 5800 dólares por día. Se desconoce además cuánto de ese dinero podían conservar las mujeres.
De acuerdo con los investigadores, el viaje de esas mujeres comenzaba en la frontera con México, desde donde los «coyotes» traficaban inmigrantes ilegales que terminaban en la destartalada tienda en la concurrida plaza Olneyville de Providence.
Este operativo fue investigado durante más de un año por los detectives George Duarte y Jeffrey Richards, quienes trabajaron en el caso junto al FBI, según se desprende de los documentos presentados el pasado miércoles en una corte federal.
A fines del pasado junio, cuando se realizó una redada en el burdel, arrestaron a Blanca Hernández, de 52 años; su hermano Julio Hernández, de 48, y Carlos López, de 57, todos de Providence y acusados de proxenetismo, mantenimiento de una infraestructura que supone una amenaza y conspiración, todos delitos graves, y quedaron libres bajo fianza.
El diario destaca que Blanca Hernández y su esposo fueron investigados en 2017 por un presunto burdel en una casa que tenían en Providence y que finalizó cuando fue vendida, pero no hubo cargos.
Indica además que en octubre de 2019 su hijo Milton Estrada, su esposa Mairenya Valdez, López y otros dos hombres fueron acusados en una investigación de tráfico que operaba en casas en Silver Lake (Nueva York) y New Bedford (Massachusetts).
La policía consideró ese caso como crimen organizado y confiscó 130,000 dólares y cinco vehículos. López estaba en libertad bajo fianza en ese caso cuando fue arrestado en junio.
El diario destaca que los detectives creen que estos sospechosos son parte de un «grupo muy organizado» que se beneficiaba de traer inmigrantes de todas partes del país para trabajar en burdeles en Rhode Island y otros estados.
El mes pasado la policía registró la casa de Hernández y confiscó computadoras portátiles, teléfonos celulares, documentos y más de 4000 dólares en efectivo.
A las mujeres se les ofreció ayuda a través de organizaciones que prestan servicios a víctimas de tráfico sexual.
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