El viajero depositó el alijo de oro, joyas y monedas de plata cerca de los túmulos vikingos de Haithabu hace unos 800 años. Fuera quien fuera el viajero, y por la razón que fuera, nunca regresó para recoger su tesoro.
Solo recientemente, este tesoro ha vuelto a ver la luz del día tras ser hallado por un detector de metales voluntario en el campo de un granjero al suroeste de Schleswig (Alemania), según un comunicado de prensa.
Enterrados en la tierra, los valiosos objetos fueron descubiertos por el detectorista en prácticas Nikki Andreas Steinmann. Entre los numerosos objetos de valor ocultos había dos exquisitos pendientes de oro con joyas.
Steinmann había sido asignado a un cuadrante de la parcela para perfeccionar sus habilidades como detector. Tras encontrar varias monedas y dos objetos de oro, él y su instructor, Arjen Spießwinkel, avisaron al responsable de la excavación, Jan Fischer.
Fischer se hizo cargo de los objetos y continuó la excavación.
Se trazó un perímetro de 4 metros cuadrados alrededor del hallazgo y, con permiso del granjero, iniciaron una excavación que dejó al descubierto varios objetos de plata y oro.
Los investigadores determinaron que los artefactos habían sido ligeramente desplazados por la actividad agrícola, aunque varias de las monedas aún yacían apiladas unas sobre otras tal y como se depositaron originalmente, lo que indica que fueron enterradas juntas.
Además, se encontraron restos de tejidos conservados en varias de las monedas, por lo que cabe suponer que en algún momento estuvieron enterradas en una bolsa de tela, según el comunicado de prensa.
El contenido del alijo incluye un par de colgantes de oro «de muy alta calidad» engastados con piedras; un broche dorado de imitación de moneda, elaborado para imitar una moneda islámica almohade de dinar de oro; dos anillos dorados engastados con piedras y un fragmento de anillo; un pequeño disco perforado, una una vez dorado; un pequeño broche de anillo; así como unas 30 monedas de plata fragmentadas.
Lo más notable de todo fueron los dos pendientes de oro, que probablemente datan de alrededor del año 1100 d.C. o posterior. Están elaborados según la tradición de los orfebres bizantinos.
Para datar el alijo, la inspección de unas 30 monedas de plata indica el reinado del rey danés Waldemar II (1202 ─ 1241). Esto sugiere que el tesoro se depositó en la primera mitad del siglo XIII.
Haithabu se considera hoy un testimonio excepcional de la época vikinga y comprende dos grandes túmulos y lo que se conoce como Danewerks, fortificaciones de tierra que se remontan a los vikingos.
Haithabu fue también un próspero centro comercial vikingo entre los siglos VIII y XI, antes de su destrucción en 1066. Los investigadores creen que las monedas se depositaron en las cenizas de su apogeo.
Conocido actualmente como Complejo Arqueológico Fronterizo Haithabu─Danewerk, el yacimiento fue inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO en 2018 y sigue protegido en la actualidad.
El objetivo de las investigaciones dentro de esta zona histórica es recuperar hallazgos remanentes como este y documentar las circunstancias que rodearon su descubrimiento, lo que servirá de base para futuras investigaciones.
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