Dos madres y un niño de 8 años fueron solo algunos de los 19 muertos en Chicago durante el fin de semana festivo del 4 de julio, según declararon el superintendente de la policía de Chicago, Larry Snelling, y el alcalde, Brandon Johnson, en una rueda de prensa celebrada el 8 de julio.
Los funcionarios abordaron el aumento de la violencia y expusieron los esfuerzos que está realizando la ciudad para combatir la violencia armada y apoyar a las comunidades afectadas. Los funcionarios dijeron que más de 100 personas recibieron disparos en total, 19 de ellos mortales.
El Sr. Snelling reconoció los trágicos acontecimientos al inicio de sus declaraciones, relatando una visita a Greater Grand Crossing, la comunidad que lamentaba la pérdida de dos madres y un niño.
«Este tipo de violencia sin sentido es desgarrador», dijo Snelling. «Es inimaginable que alguien pueda entrar en una casa y abrir fuego contra niños y mujeres».
Tanto el alcalde como el superintendente de policía dijeron que la policía no era la única respuesta a los problemas de delincuencia en la ciudad, y pidieron a la comunidad que ayudara a frenar la violencia.
«Alguien sabe quiénes son los delincuentes en estos casos, y es realmente importante que trabajemos con nuestras comunidades… porque cuanta más información obtengamos de las comunidades, más nos ayudará a detener a estos individuos que están cometiendo estos actos violentos», dijo el Sr. Snelling. «Tenemos que sacar a estas personas de la calle. Tenemos que mantenerlos fuera de la calle para que no reincidan, para que no destruyan otras familias».
El Sr. Johnson coincidió con el Sr. Snelling, expresando su pesar por el número de víctimas del fin de semana.
«Estoy aquí hoy, con el corazón roto por más de 100 personas que han sido baleadas en esta ciudad», dijo el Sr. Johnson. «Diecinueve personas han sido asesinadas este fin de semana festivo. Pero no se trata solo de cifras. No son solo titulares en las noticias. No, son nuestros conciudadanos de Chicago, nuestros vecinos, familiares, que han perdido la vida».
El Sr. Johnson dijo que la violencia era «personal» para él, ya que algunos de los tiroteos se produjeron en su barrio.
«Hemos recibido disparos en nuestra propia [casa], justo en el dormitorio de mis hijos en nuestro porche delantero», dijo. «Mira, hay mucho que desear en este momento; lo hay. Y lo que hemos vivido este fin de semana es inaceptable.
«Y no hemos llegado aquí de la noche a la mañana, y todo el mundo lo sabe… Pero el hecho es que donde hay más violencia es donde la pobreza está más extendida. Y esto no es algo exclusivo de Chicago».
Más allá de las cifras
El Sr. Johnson vinculó la violencia a problemas de larga data de «generaciones de desinversión y profunda privación de derechos en las comunidades exactas donde tiene lugar gran parte de la violencia».
«Pero estamos aquí para decir rotundamente que ya basta».
Johnson afirmó que la ciudad debe garantizar que todas las personas que contribuyen a la violencia rindan cuentas.
También prometió buscar un apoyo más sólido de los socios federales y estatales.
«Nuestras calles están llenas de armas ilegales», afirmó. «Esto tiene que cambiar, y necesitamos más apoyo para hacer frente a esta crisis».
En la rueda de prensa también se abordó lo que, según las autoridades, fueron «ajustes estratégicos» realizados por el Departamento de Policía de Chicago a medida que se desarrollaba la violencia del fin de semana.
El superintendente se refirió a los retos que plantea la vigilancia policial de las grandes concentraciones y a la necesidad de equilibrar la aplicación de la ley con el derecho de reunión, y reiteró el compromiso del departamento con la flexibilidad y la adaptación de sus estrategias de lucha contra la delincuencia.
El Sr. Snelling afirmó que se está avanzando en las investigaciones sobre determinados incidentes, pero que los detalles se mantendrían confidenciales.
Agregó que en respuesta a las preocupaciones sobre la preparación de la ciudad para eventos a gran escala, como un evento de NASCAR durante el fin de semana o la próxima Convención Nacional Demócrata, hizo hincapié en que la seguridad pública es una responsabilidad compartida.
Instó a la gente a tener cuidado en las grandes concentraciones y a «dar un paso adelante» e informar a la policía de cualquier cosa sospechosa.
«Se trata de una cuestión social. La policía no puede estar en el patio trasero de todo el mundo. No puede estar en casa de todo el mundo. No puede invadir todas las reuniones en las que exista la posibilidad de que alguien aparezca con un arma», declaró Snelling.
Las autoridades también anunciaron esta semana la creación de un Centro de Asistencia de Emergencia para proporcionar recursos y apoyo a las víctimas y sus familias, poniendo a la comunidad en contacto con servicios de asesoramiento en situaciones de crisis y otras formas de ayuda.
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