La dieta puede reducir el riesgo de cáncer: Expertos en nutrición lo explican

Infórmese sobre los hábitos alimentarios que pueden afectar a su salud y aprenda consejos para preparar alimentos más sanos

Por Ben Lam y JoJo Novaes
02 de octubre de 2024 5:23 PM Actualizado: 02 de octubre de 2024 5:23 PM

¿Cómo reducir el riesgo de cáncer con una dieta adecuada?

El cáncer es una de las principales causas de muerte en todo el mundo, con casi 10 millones de personas que morirán de cáncer en 2022.

Un estudio de 2008 publicado en Pharmaceutical Research, la revista oficial de la Asociación Americana de Científicos Farmacéuticos descubrió que solo entre el 5 y el 10 por ciento de todos los casos de cáncer están causados por defectos genéticos, mientras que más del 90 por ciento de los casos están relacionados con el medio ambiente y el estilo de vida; y entre el 30 y el 35 por ciento de todas las muertes por cáncer están relacionadas con la dieta.

Zhang Weijun, nutricionista del Centro de Consulta Nutricional Keji, compartió en el programa «Salud 1+1″ de NTDTV sus conocimientos sobre la relación entre cáncer y dieta, así como recomendaciones sobre rutinas culinarias y hábitos de vida adecuados para reducir el riesgo de cáncer.

Múltiples tipos de cáncer vinculados a la dieta

La investigación demostró el impacto que las elecciones dietéticas pueden tener en el riesgo de cáncer, subrayando la importancia de la nutrición en la prevención de enfermedades.

1. Cáncer colorrectal

El cáncer colorrectal se ve afectado significativamente por los hábitos dietéticos. Una dieta carente de fibra debido a una baja ingesta de verduras, frutas y cereales integrales puede provocar una exposición prolongada de los intestinos a materias tóxicas, lo que aumenta el riesgo de cáncer colorrectal.

El consumo excesivo de carne roja y procesada también aumenta el riesgo de cáncer colorrectal. El Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) de la Organización Mundial de la Salud clasifico la carne procesada (salchichas, jamón, tocino, carne en conserva, carne curada, carne enlatada, etc.) como carcinógeno de nivel 1. Aunque se confirmó que la carne procesada causa cáncer colorrectal, su relación con el cáncer de estómago sigue siendo incierta. Aunque se confirmó que la carne procesada provoca cáncer colorrectal, su relación con el cáncer de estómago aún no está clara.

La carne roja (cerdo, ternera y cordero) está clasificada como carcinógeno de clase 2A por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC). La clasificación se basa en algunos estudios que relacionan el consumo elevado de carne roja con un mayor riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer, en particular cáncer colorrectal.

Los carcinógenos de clase 1 tienen vínculos bien establecidos con el cáncer en humanos, mientras que los carcinógenos de clase 2 se basan en distintos niveles de incertidumbre, y los de clase 2A tienen pruebas más sólidas que los de clase 2B.

Por lo tanto, la palabra de sabiduría es «no coma carne roja todos los días», y cuando lo haga, recuerde comerlo con alimentos ricos en fibra como verduras y frutas juntos para reducir el riesgo de cáncer.

2. Cáncer de hígado

En ambientes cálidos y húmedos, el almacenamiento inadecuado de cereales, frutos secos y cacahuetes puede dar lugar a la producción de aflatoxinas. Clasificada como carcinógeno de nivel 1 por la IARC, la aflatoxina, una sustancia muy tóxica, puede aumentar el riesgo de cáncer de hígado.

Se recomienda guardar los frutos secos y granos no consumidos en recipientes herméticos en el frigorífico o secarlos a temperatura ambiente.

3. Cáncer gástrico

El consumo de cantidades excesivas de alimentos salados, como embutidos, pescado salado y encurtidos, puede dañar la mucosa gástrica y aumentar el riesgo de mutación celular que conduce al cáncer. También favorece el crecimiento de Helicobacter pylori, un tipo de bacteria del estómago, una de las principales causas del cáncer gástrico.

Un estudio reciente, publicado en Gastric Cancer, en el que se realizó un seguimiento a más de 470,000 personas durante unos 11 años, descubrió que quienes añaden sal extra a las comidas con regularidad tienen un riesgo un 41 por ciento mayor de padecer cáncer gástrico en comparación con quienes rara vez o nunca lo hacen.

4. Cáncer de mama

Un estudio publicado en PNAS en mayo descubrió que una dieta rica en grasas es un factor de riesgo significativo para la progresión del cáncer debido a su efecto destructivo sobre la microbiota intestinal.

Otra investigación exhaustiva descubrió que una mayor ingesta de grasa total y grasa saturada se asociaba con un mayor riesgo de cáncer de mama.

5. Cánceres relacionados con la obesidad

Una dieta desenfrenada que conduce a la obesidad aumenta el riesgo de más de 10 tipos de cáncer, incluidos los de esófago, hígado, riñón, gástrico, colorrectal, próstata, mama, vesícula biliar y ovario.

La obesidad no solo contribuye al inicio y la propagación del cáncer, sino que también empeora el pronóstico de muchos tipos de cáncer.

4 hábitos que aumentan el riesgo de cáncer

Zhang destacó varios hábitos pueden aumentar significativamente el riesgo de cáncer:

1. Masticar nuez de areca (riesgo de cáncer oral)

La nuez de areca, cuyo principal ingrediente activo es la arecolina, está clasificada como carcinógeno de clase 1 por la IARC. Aunque se mastica por sus leves efectos psicoactivos, irrita y daña continuamente la mucosa oral, lo que puede provocar cáncer. Otras alternativas para conseguir un efecto refrescante son tomar café, mascar chicle o utilizar un bastoncillo de menta.

2. Ingestión de bebidas muy calientes (riesgo de cáncer de esófago)

Las bebidas que superan los 65 grados centígrados (149 grados Fahrenheit) están clasificadas como carcinógenos de Clase 2A por la IARC.

Las bebidas demasiado calientes pueden dañar e irritar las células esofágicas, y la exposición repetida puede aumentar el riesgo de cáncer. Deje siempre que el té o la sopa calientes se enfríen antes de consumirlos.

3. Comer alimentos con moho (riesgo de cáncer de hígado)

Los alimentos mohosos contienen carcinógenos como el moho y las aflatoxinas.

Evite las frutas con la piel mohosa, ya que el moho puede penetrar en el interior. Es mejor comer los alimentos cocinados en el plazo de uno o dos días para evitar el crecimiento de moho.

4. Consumo de alcohol (riesgo de cáncer del tracto digestivo)

El alcohol está clasificado como carcinógeno de Clase 1 por la IARC. Incluso pequeñas cantidades consumidas durante largos períodos pueden aumentar el riesgo de cáncer. El alcohol es un factor de riesgo para varios tipos de cáncer, como el de mama, colorrectal, gástrico, hepático, pancreático y esofágico.

Coma antes y durante el consumo de alcohol, sobre todo verduras y frutas. Alternar con bebidas sin alcohol también puede ayudar a reducir el impacto del alcohol en el organismo.

Mejores métodos culinarios para reducir el riesgo de cáncer

Unas técnicas culinarias adecuadas ayudan a mantener la nutrición y a reducir el riesgo de cáncer. Zhang sugiere

1. Limitar el tiempo de cocción

Un guiso prolongado puede reducir los nutrientes. Lo importante aquí es asegurarse que los distintos ingredientes estén completamente cocinados. Para ello, sigue la secuencia de añadir primero los alimentos de cocción lenta, seguidos de los de cocción rápida, como las verduras.

2.Evite freír a altas temperaturas

La grasa, cuando se expone a altas temperaturas, tiende a producir humos aceitosos, que también son un carcinógeno de clase 2A y pueden aumentar el riesgo de cáncer de pulmón. Se recomienda optar por sofreír a fuego medio-bajo, cocer al vapor o hervir para reducir las sustancias nocivas.

3.Reduzca al mínimo la cocción a la plancha y la fritura

Las altas temperaturas sobrecalientan las proteínas y pueden producir carcinógenos de clase 2B como los hidrocarburos aromáticos policíclicos.

Evite quemar la carne, limite el consumo de carne a la parrilla y acompáñela de verduras y frutas.

4. Cuidado con los alimentos ricos en almidón

Freír u hornear alimentos ricos en almidón a temperaturas muy altas produce acrilamida, un carcinógeno de clase 2A.

Hábitos de vida para prevenir el cáncer

Para llevar un estilo de vida de prevención del cáncer, Zhang sugiere:

1. Mantener una dieta regular y equilibrada

Coma raciones moderadas con regularidad, haciendo hincapié en las verduras y las frutas. Comer en exceso sobrecarga el tracto digestivo, pudiendo provocar reflujo gastroesofágico o úlceras gástricas, precursores del cáncer.

2. Controlar el peso corporal

La obesidad aumenta el riesgo de padecer más de 10 tipos de cáncer. Reduzca los alimentos ricos en grasas y azúcares y aumente la ingesta de frutas y verduras para controlar el peso y minimizar la inflamación crónica de bajo grado.

3. Limite la comida para llevar

La comida para llevar suele contener muchas calorías, grasas y azúcares, lo que aumenta los riesgos de obesidad y cáncer. Además, la vajilla de plástico asociada puede ser perjudicial para la salud.

4. Priorizar la salud física y mental

El sueño adecuado, el ejercicio regular y el mantenimiento de un estado de ánimo positivo favorecen la función inmunitaria.

Un metaanálisis realizado en 2020 reveló que un estilo de vida saludable —que incluya una dieta adecuada, control del peso, actividad física, consumo limitado de alcohol y evitar el tabaco— se asocia a un riesgo significativamente menor de incidencia y mortalidad por cáncer. Los estilos de vida más saludables pueden reducir el riesgo de padecer diversos tipos de cáncer (de vejiga, mama, colon, endometrio, esófago, riñón, hígado, pulmón, recto y estómago) entre un 17 por ciento y un 58 por ciento.


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