La presidenta de la Universidad de Columbia, Nemat «Minouche» Shafik, dimitió de su cargo con efecto inmediato tras meses de críticas por su gestión ante las protestas en el campus contra la guerra en Gaza.
El 17 de abril, los estudiantes instalaron un campamento pro-Palestina para protestar contra la guerra y pedir a la universidad que desinvierta fondos con relación a las empresas que apoyan a Israel.
Lo que siguió fue un mes de caos y violencia entre la policía y los manifestantes, ya que mientras se desmantelaba un campamento se levantaba otro. Todos los campamentos de protesta se disolvieron el 2 de junio, pero los críticos argumentaron que la Sra. Shafik no hizo lo suficiente para frenar el antisemitismo y la perturbación general de la universidad durante ese tiempo.
En una declaración del 14 de agosto, la Sra. Shafik dijo que su decisión de dimitir se produjo en medio de «un período de agitación» que, según ella, había afectado a sus seres queridos.
«Este periodo ha afectado considerablemente a mi familia, al igual que a otros miembros de nuestra comunidad», declaró la expresidenta.
«Durante el verano he podido reflexionar y he decidido que mi marcha en este momento permitiría a Columbia afrontar mejor los retos que se avecinan».
En la página web de la universidad figura Katrina Armstrong como presidenta interina. La Sra. Armstrong es vicepresidenta ejecutiva de salud y ciencias biomédicas de la universidad. Ha dirigido el Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia desde 2022.
No se ha anunciado cuándo podría ser nombrado un nuevo presidente ni quién podría estar en la carrera para reemplazar a la Sra. Shafik.
Nuevo presidente para el próximo período de clases
La Sra. Shafik asumió el cargo de presidente en julio del año pasado. Según su declaración, pasará a ocupar un nuevo puesto en el ministerio de Asuntos Exteriores del Reino Unido.
«En cuanto a los próximos pasos, me siento honrada de que el ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido me haya pedido que presida una revisión del enfoque del gobierno sobre el desarrollo internacional y cómo mejorar la capacidad», declaró la expresidenta.
«Estoy muy contenta y agradecida de que esto me brinde la oportunidad de volver a trabajar en la lucha contra la pobreza mundial y el fomento del desarrollo sostenible, áreas que me han interesado desde siempre».
Anteriormente, ella dirigió la London School of Economics y desempeñó funciones en el Banco Mundial, el Departamento de Desarrollo Internacional del Reino Unido y el Banco de Inglaterra.
El nuevo mandato comenzará el 3 de septiembre. La Sra. Shafik dijo que el momento de su anuncio garantizará que un nuevo líder pueda ocupar su puesto antes del regreso de los estudiantes.
«He informado al Consejo de Administración y me gustaría expresarles mi inmenso agradecimiento por su apoyo», dijo en la declaración.
«Me comprometo a trabajar con la presidenta interina para garantizar una transición ordenada».
Aumenta la presión sobre los dirigentes universitarios
En el último año, el Congreso convocó a varios dirigentes universitarios para que respondieran a preguntas sobre la preocupación por el antisemitismo en el campus. A principios de este año, Claudine Gay, de Harvard, y Liz Magill, de la Universidad de Pensilvania, dimitieron debido a las presiones relacionadas con las protestas contra la guerra de Gaza.
Tres decanos de la Universidad de Columbia también dimitieron el 8 de agosto tras intercambiar textos en los que menospreciaban a los judíos durante un acto en el que se analizaba el antisemitismo. Funcionarios de la universidad dijeron en julio que los administradores en cuestión estaban de baja a la espera de una investigación.
Las protestas recorrieron los campus universitarios de Estados Unidos y de todo el mundo desde que el grupo terrorista Hamás lanzara un ataque contra Israel el 7 de octubre de 2023, masacrando a 1200 personas, la mayoría civiles, y tomando como rehenes a 250 más. Israel respondió con una campaña militar para neutralizar las capacidades militares de Hamás en Gaza, responsables del ataque.
Según el ministerio de Salud de Gaza, dirigido por Hamás, unas 40,000 personas de Gaza han muerto desde que comenzaron los combates. El ministerio no distingue entre combatientes y no combatientes en su recuento de muertes.
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