Dinamarca levantará el 10 de septiembre todas las restricciones por el COVID-19 que le quedan, incluidos los pasaportes de vacunación, después de que el Ministerio de Sanidad del país declarara que el virus del PCCh «ya no es una amenaza crítica para la sociedad».
«La epidemia está bajo control, tenemos niveles de vacunación récord», dijo el ministro de Sanidad danés, Magnus Heunicke, en un comunicado el viernes, según una traducción. «Por eso podemos retirar las normas especiales que tuvimos que introducir en la lucha contra el COVID-19».
Sin embargo, Heunicke dijo que, a pesar de que Dinamarca se encuentra en una «buena situación» en este momento, el gobierno «actuará rápidamente si la pandemia vuelve a amenazar el funcionamiento esencial de la sociedad».
Dinamarca fue una de las primeras naciones europeas en imponer un cierre parcial en marzo de 2020, cerrando escuelas y otros negocios. El país, como muchos otros, ha reforzado y relajado las medidas de cierre a lo largo de la pandemia. También fue uno de los primeros países en poner en marcha, en 21 de abril de este año, un sistema de pasaporte para la vacuna contra el COVID-19.
El Consejo Danés de Ética había solicitado que el pasaporte se utilizara durante el menor tiempo posible y protegiera la información privada.
En virtud de la última orden, «ya no se aplican varias disposiciones de la Ley de Epidemia», entre las que se incluye la obligación de presentar el pasaporte de vacunas, según el comunicado del Ministerio de Sanidad. El requisito de mostrar los pasaportes de vacunas en determinados negocios y lugare expirará el 1 de septiembre.
Los sistemas de pasaportes de vacunas han sido señalados por algunos conservadores y grupos de libertades civiles como una grave amenaza para el derecho a la privacidad, y se ha sugerido que tales sistemas crearían una sociedad de dos niveles: los que están vacunados y los que no. La ciudad de Nueva York, San Francisco y Los Ángeles han comenzado a aplicar o aplicarán pasaportes de vacunación en bares, restaurantes y teatros —lo que ha provocado demandas judiciales.
A principios de agosto, una asociación presentó una demanda en nombre de varios restaurantes contra el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, por la exigencia del pasaporte de vacunación.
«La orden ejecutiva ha imposibilitado que cualquier persona que decida no vacunarse, por la razón que sea, trabaje en las industrias designadas, privándoles totalmente de su sustento», decía la demanda.
En otros lugares de Europa, mientras tanto, el Parlamento de Francia aprobó el mes pasado un proyecto de ley que obliga a vacunarse para acceder a ciertos negocios, así como a los viajes de larga distancia, lo que provocó protestas masivas en todo el país. Durante el fin de semana anterior, decenas de miles de personas se manifestaron en París y otras ciudades, y hay más protestas previstas para los próximos fines de semana.
Suiza ha implementado recientemente su propio «pase de salud», pero solo para los grandes eventos a los que asistan más de 1000 personas.
El COVID-19 es la enfermedad causada por el virus del PCCh (Partido Comunista Chino).
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