El Departamento de Estado de Estados Unidos anunció el jueves que Michael Kozak asumirá la dirección de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental a un mes de la renuncia de Kimberly Breier.
El nombramiento sugiere que la Casa Blanca seguirá manteniendo una línea conservadora hacia la Venezuela del régimen de Nicolás Maduro, incluso después de que el presidente Donald Trump destituyó al asesor de Seguridad Nacional John Bolton alegando fuertes discrepancias sobre Irán, Afganistán y otros desafíos de escala global.
Kozak fue el segundo de Elliott Abrams, el enviado especial de Estados Unidos para Venezuela, y desempeñó un papel importante en la configuración de la política estadounidense hacia el país este año.
El jueves, Trump tuiteó: “Mis opiniones sobre Venezuela, y especialmente Cuba, eran mucho más fuertes que las de John Bolton. ¡Él me estaba reteniendo!”.
Las declaraciones del presidente se produjeron un día después de que los ministros de Exteriores de los 19 países del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca fueron convocados a una reunión más tarde este mes para valorar las opciones de respuesta a la crisis de venezolana.
El tratado contempla la intervención militar como una de las opciones disponibles si la paz del hemisferio se ve amenazada, pero Washington afirmó que el objetivo de la cumbre será abordar la crisis desde un nuevo marco y no una acción de ese tipo.
Kozak anteriormente se desempeñó como jefe de la entonces oficina de intereses de EE.UU., en La Habana, Cuba, entre 1996-1999.
Participó en la negociación e implementación de un acuerdo para poner fin democráticamente al conflicto en Nicaragua en la década de 1980 y fue clave en los esfuerzos diplomáticos para destituir al general Manuel Noriega del poder en Panamá.
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