WASHINGTON —El 7 de marzo, el presidente Joe Biden pronunció su tercer discurso sobre el Estado de la Unión, en medio de una creciente preocupación por su edad y su salud mental en un año electoral crítico.
Aprovechó la oportunidad para elogiar sus logros a pesar de los bajos índices de aprobación de su trabajo, sobre todo en cuestiones políticas cruciales como la economía y la inmigración ilegal. Intentó convencer de que merecía un segundo mandato.
Uno de los momentos más esperados del Estado de la Unión fue la respuesta del presidente a las preocupaciones sobre su edad.
«Sé que puede que no lo parezca, pero hace tiempo que estoy aquí», bromeó cuando se acercaba al final de su discurso. «Y cuando llegas a mi edad, ciertas cosas se ven más claras que nunca».
El presidente Biden, de 81 años, es el presidente en ejercicio de más edad de la historia de Estados Unidos. Si gana la reelección, tendrá 86 años al final de su segundo mandato.
«En mi carrera, me han dicho que soy demasiado joven y que soy demasiado viejo», dijo. «Joven o viejo, siempre supe lo que perdura. Nuestra Estrella del Norte».
Una reciente encuesta del New York Times/Siena College mostró que la edad del presidente Biden preocupa cada vez más a los estadounidenses, incluidos los que lo apoyaron en 2020. Según la encuesta, el 61% de los encuestados creía que el presidente Biden era «demasiado viejo» para ser un presidente eficaz.
El discurso sobre el Estado de la Unión se produjo unas semanas después de que un abogado especial expresara su preocupación por la agudeza mental del presidente y lo caracterizara en un informe como un «anciano bienintencionado con mala memoria».
«Compatriotas, la cuestión a la que se enfrenta nuestra nación no es lo viejos que somos, sino lo viejas que son nuestras ideas».
El momento FDR de Biden
En su discurso ante la sesión conjunta del Congreso que comenzó a las 21:26 hora local, el presidente Biden comenzó su discurso afirmando que «la libertad y la democracia están siendo atacadas, tanto en el país como en el extranjero».
Comparó el momento con el discurso del presidente Franklin D. Roosevelt en enero de 1941, cuando «Hitler estaba en marcha» en Europa.
Advirtió que el presidente ruso Vladimir Putin está igualmente en marcha, atacando Ucrania y provocando el caos en toda Europa y más allá. Instó al Congreso a aprobar la ayuda a Ucrania y a «levantarse» contra Putin.
Luego habló del 6 de enero, describiéndolo como «la amenaza más grave para nuestra democracia desde la Guerra Civil». Acusó a su predecesor y a algunos republicanos de enterrar la verdad sobre los sucesos del 6 de enero.
Durante su discurso, el presidente Biden arremetió repetidamente contra el expresidente Donald Trump, sin nombrarlo directamente.
El discurso sobre el Estado de la Unión, que duró 68 minutos, recordó los discursos de la campaña de reelección del presidente tanto en el tono como en el estilo.
El presidente dijo que había asumido el cargo en los momentos más difíciles de la pandemia. Se atribuyó el mérito de la recuperación económica posterior al COVID-19, calificándola de «la mayor historia de retorno».
«Llegué al cargo decidido a superar uno de los periodos más difíciles de la historia de nuestra nación. Y lo hemos conseguido», afirmó. «No sale en las noticias, pero en miles de ciudades y pueblos, el pueblo estadounidense está escribiendo la mayor historia de recuperación jamás contada».
Siguió ensalzando sus victorias legislativas y otras iniciativas, afirmando que impulsaron inversiones récord y crearon 15 millones de nuevos puestos de trabajo.
El presidente Biden dijo que «el estado de nuestra unión es fuerte y cada vez más fuerte».
Reacciones
Mientras que los demócratas consideraron que el discurso fue fuerte, positivo y unificador, los republicanos criticaron al presidente Biden por ser partidista y hostil.
«El discurso fue fuerte, y el presidente Biden estuvo fuerte», dijo el líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer (D-N.Y., en X (antes Twitter). «Estaba lleno de fuerza y optimismo para el futuro y para la clase media de Estados Unidos».
La representante Nancy Pelosi (D-Calif.) contrastó la visión del presidente con el plan «Make American Great Again (MAGA)» del expresidente Donald Trump.
«La visión esperanzadora, unificadora y orientada al futuro del presidente Biden contrasta fuertemente con una agenda MAGA extrema que pretende arrebatar nuestras libertades, amañar la economía para los ultrarricos y abandonar nuestra responsabilidad de proteger y defender», dijo en X.
Sin embargo, los republicanos dijeron que el discurso sobre el Estado de la Unión parecía más bien un discurso de campaña.
«Fue un discurso completamente hiperpartidista. No sé cómo describirlo. Fue un discurso de campaña, y bastante mordaz», dijo a la prensa el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson.
«Intenté mantener una cara de piedra, pero fue muy difícil», añadió.
Durante el discurso sobre el Estado de la Unión, las cámaras captaron al Sr. Johnson poniendo los ojos en blanco y negando con la cabeza en múltiples ocasiones.
«Francamente, creo que todo este ejercicio tiene cada vez menos valor. Es teatro político. Son discursos de campaña», dijo el representante Dusty Johnson (R-S.D.) a The Epoch Times antes del discurso.
Biden pone el aborto en primer plano
Como era de esperar, durante su discurso el presidente Biden hizo hincapié en el derecho al aborto, uno de los temas de su plataforma para la campaña presidencial de 2024. Hizo un llamamiento al Congreso para que restablezca las protecciones del caso Roe contra Wade, anulado por la Corte Suprema de Estados Unidos hace casi dos años.
«Está claro que quienes se jactan de anular Roe contra Wade no tienen ni idea del poder de las mujeres en Estados Unidos», dijo el presidente Biden.
«Pero se enteraron cuando la libertad reproductiva estuvo en las urnas y ganaron en 2022, 2023, y volverán a enterarse en 2024. Si los estadounidenses me envían un Congreso que apoye el derecho a elegir, se los prometo: Restableceré de nuevo Roe contra Wade como ley del país».
La Casa Blanca y los demócratas invitaron a decenas de invitados para poner este tema en primer plano del discurso sobre el Estado de la Unión.
Una de las invitadas fue Kate Cox, una mujer de Texas que tuvo que abandonar su estado para buscar un aborto después de que se diagnosticara una complicación a su bebé nonato.
Otra invitada fue Latorya Beasley, una mujer de Alabama afectada por la reciente sentencia dictada en su estado en relación con los embriones congelados creados mediante fecundación in vitro (FIV).
Crisis fronteriza
El gobierno de Biden se enfrenta actualmente a una crisis histórica en la frontera sur. Su discurso sobre el Estado de la Unión se produjo en medio de una creciente desaprobación pública de sus políticas fronterizas, y muchos estadounidenses lo consideran responsable del actual aumento de la inmigración ilegal.
La semana pasada, el presidente Biden visitó la frontera sur de Texas, en Brownsville. Durante su visita, instó al Congreso a aprobar un proyecto de ley de seguridad fronteriza y reforma de la inmigración acordado en el Senado.
Criticó a los republicanos y al expresidente por obstruir el acuerdo del Senado.
Reiteró su mensaje durante el discurso sobre el Estado de la Unión.
«Podemos pelearnos por la frontera o podemos arreglarla. Estoy dispuesto a arreglarla», dijo el presidente Biden. «¡Envíenme ya el proyecto de ley sobre la frontera!».
Los republicanos, sin embargo, rechazaron el acuerdo fronterizo del Senado, argumentando que sus disposiciones no eran lo bastante firmes para impedir la afluencia de inmigrantes ilegales.
Según una encuesta de la Universidad de Monmouth, el 76% de los estadounidenses desaprueba la gestión de la frontera por parte del presidente Biden. Una encuesta de CBS News del mes pasado mostró que el 68% de los estadounidenses desaprueba su respuesta al problema.
«Podría haberlo arreglado ya y, sin embargo, se ha negado a hacerlo», declaró a The Epoch Times el líder de la mayoría en la Cámara de Representantes, Tom Emmer (R-Minn.).
«La única razón por la que ahora se preocupa por la frontera es porque se ha convertido en un lastre político. Eso lo va a sacar del cargo».
Ilegales frente a indocumentados
Durante su discurso, la representante Marjorie Taylor Greene (R-Ga.) interrumpió al presidente, exigiéndole que reconociera el reciente asesinato de Laken Riley, estudiante de enfermería de Athens (Georgia), presuntamente a manos de un inmigrante ilegal.
El presidente Biden se salió del guión. «Lincoln Riley, una joven inocente asesinada por un ilegal. Así es», dijo, pronunciando mal el nombre de la estudiante como Lincoln.
A continuación se dirigió a los padres de Riley: «Mi corazón está con ustedes, ya que yo mismo he perdido hijos».
El presidente Biden fue criticado por referirse al asesino como «ilegal» en lugar de «indocumentado».
«Como orgulloso inmigrante, me decepciona enormemente oír al presidente Biden utilizar la palabra ‘ilegal'», declaró en X el representante Jesús «Chuy» García ((D-Ill.).
«Debería haber dicho indocumentado, pero no es para tanto», explicó la Sra. Pelosi durante una entrevista con la CNN.
Anuncio sobre Gaza
Durante su discurso, el presidente Biden anunció que había ordenado al ejército estadounidense que construyera un puerto en el Mediterráneo, en la costa de Gaza, para facilitar la entrega de ayuda humanitaria a los palestinos.
El muelle temporal recibirá grandes barcos que transportarán alimentos, agua, medicinas y refugios temporales para atender las necesidades urgentes de la población civil.
Sin embargo, el mensaje del presidente sobre el Estado de la Unión en Gaza se vio ensombrecido por una gran protesta en la capital del país. Manifestantes que pedían un alto el fuego entre Israel y el grupo terrorista Hamás bloquearon una ruta de la Casa Blanca antes del discurso del presidente.
La protesta retrasó la llegada del presidente Biden al Capitolio unos 30 minutos.
El presidente recibió una fría acogida durante el Estado de la Unión por parte de algunos miembros del «Escuadrón» que se han mostrado críticos con la respuesta del presidente al conflicto de Gaza.
Entre ellos se encuentran los representantes Summer Lee (D-Pa.), Rashida Tlaib (D-Mich.), Cori Bush (D-Mo.), Alexandria Ocasio-Cortez (D-N.Y.), Delia Ramirez (D-Ill.) e Ilhan Omar (D-Minn.).
No aplaudieron y se negaron a participar en los cánticos de «cuatro años más» durante el discurso del presidente.
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