El as del tenis Novak Djokovic no podrá competir en el Abierto de Estados Unidos el próximo mes a menos que se levante el mandato de la vacuna contra el COVID-19, ya que no tiene planes de vacunarse, dijo el domingo el campeón de Wimbledon en una entrevista poco después de su victoria.
El tenista de 35 años hizo este comentario tras vencer al australiano Nick Kyrgios, lo que supuso su séptimo título de Wimbledon y el vigésimo primero del Grand Slam.
Djokovic explicó que aún no está vacunado y que no tiene planes de vacunarse contra el COVID-19, que es necesario según la política de la Administración Biden para entrar en Estados Unidos y participar en el último Grand Slam de la temporada.
El serbio añadió que cree que es poco probable que se le conceda alguna excepción al mandato de vacunación que le permita competir en el Abierto de Estados Unidos, que comienza el 29 de agosto, ya que no existe tal opción.
Los ciudadanos no estadounidenses que no están vacunados contra el COVID-19 no pueden entrar en Estados Unidos.
«No estoy vacunado y no pienso vacunarme, así que la única buena noticia que puedo tener es que quiten la tarjeta verde de vacunación obligatoria, o como se llame, para entrar en [Estados Unidos] o la exención», dijo Djokovic a los periodistas. «No lo sé. No creo que la exención sea realista. Si es [una] posibilidad, no sé en qué consistiría la exención».
John McEnroe, que estaba ofreciendo el análisis de la final de Wimbledon en ESPN, dijo que a Djokovic se le debería permitir jugar en el Abierto de Estados Unidos.
«Estos políticos se están entrometiendo demasiado. Lo hicieron en Australia. Dejemos que el tipo venga y juegue en EE. UU. Quiero decir, vamos, esto es ridículo», dijo McEnroe. «Pero yo no tomo esas decisiones. Espero que alguien tome la correcta y le permita jugar. Esa es mi opinión personal».
Sugirió posibles soluciones. «Puede aceptar que le hagan pruebas. No lo sé. Tiene que haber una forma de evitarlo, pero vamos a esperar y ver. No se trata de eso ahora».
Deportado de Australia
No es la primera vez que Djokovic no puede jugar una competición importante por su condición de no vacunado. El año pasado, el tenista profesional fue deportado de Australia antes del primer torneo de Grand Slam del año después de que el ministro de Inmigración australiano, Alex Hawke, le cancelara el visado.
Djokovic y sus abogados habían alegado que se le debería haber permitido permanecer en Australia y competir en virtud de una exención médica de la vacunación, ya que había dado positivo por el virus un mes antes, en diciembre. También se le había dicho anteriormente que el gobierno australiano reconocía la inmunidad natural de infecciones anteriores, aunque esta política se cambió posteriormente.
Posteriormente, Djokovic perdió su batalla judicial para anular la cancelación de su visado y se vio obligado a marcharse.
Djokovic dijo a los periodistas el domingo que no sabe qué le depara el futuro con respecto a su participación en el abierto de Estados Unidos el próximo mes, y añadió que espera que se suavicen las restricciones de entrada al país.
«No lo sé. No tengo muchas respuestas al respecto», explicó Djokovic. «Creo que solo se trata de si eliminan esto a tiempo o no para que pueda llegar a Estados Unidos. Juegue o no algún torneo pronto, definitivamente descansaré durante las próximas dos semanas porque ha sido un periodo bastante agotador y exigente para mí».
«Luego, esperaré a que lleguen buenas noticias de Estados Unidos, porque me encantaría ir allí».
Djokovic dijo anteriormente a la BBC que no está en contra de la vacunación, sino que apoya «la libertad de elegir lo que se mete en el cuerpo».
Ha recibido tanto apoyos como críticas por su decisión de no vacunarse contra el COVID-19.
A pesar de la victoria del domingo, Djokovic, que actualmente ocupa el número 3 del mundo, caerá el lunes al número 7 de la clasificación, ya que Wimbledon no contará para ningún punto del ranking debido a su decisión de prohibir a los jugadores rusos y bielorrusos en medio de la invasión rusa de Ucrania.
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