LONDRES— Quizá los espectadores de la Pista Central saludaban al rival de Novak Djokovic diciendo su nombre. Tal vez estaban abucheando a Djokovic, tratando de ponerle nervioso. El 24 veces campeón de Grand Slam estaba seguro de que se trataba de lo segundo, y le hizo saber a todos que no le hacía ninguna gracia.
Djokovic venció fácilmente a Holger Rune, 15º cabeza de serie, por 6-3, 6-4 y 6-2 en poco más de dos horas el lunes por la noche para pasar a los cuartos de final de Wimbledon.
Los seguidores de Rune en varios torneos suelen nombrarlo estirando su apellido, diciendo «Ruuuuuune!» —que suena bastante parecido a «¡Buuuuuuu!»— y eso volvió a ocurrir el lunes.
Durante su entrevista en la pista, Djokovic habló brevemente sobre el partido, pero luego se refirió a la gente en las gradas.
«A todos los aficionados que me respetan y que se han quedado aquí esta noche, muchas gracias de todo corazón. Se los agradezco, y a todos aquellos que han decidido faltar al respeto al jugador —en este caso, a mí— que pasen una buena noche. Buenas noches. Buenas noches. Muy buenas noches», dijo el tenista alargando «gooooood night» para que sonara como «booooo».
El entrevistador trató de disuadir a Djokovic de que pensara que alguien intentaba burlarse de él.
«Lo estaban. Ellos lo estaban. Lo estaban. No lo acepto. Sé que estaban animando a Rune. Pero eso es una excusa para abuchear también», dijo Djokovic.
«Escuche, llevo más de 20 años en el circuito. Así que, créeme, conozco todos los trucos. Sé cómo funciona. No pasa nada. No pasa nada. Está bien. Me centro en la gente respetuosa, que tiene respeto, que pagó [por] una entrada para ver esta noche-y ama el tenis. Ellos aman el tenis y aprecian a los jugadores y el esfuerzo que los jugadores hacen aquí».
En su rueda de prensa posterior, se le preguntó a Djokovic si cree que el All England Club debería hacer algo para frenar el comportamiento ruidoso de los aficionados.
«Mire, no sé qué puede hacer realmente Wimbledon al respecto», respondió Djokovic. «Quiero decir, en esos momentos concretos en los que ocurre, el público pagó sus entradas. Tienen derecho a estar allí y animar como quieran. Eso es algo que ellos eligen, cómo se comportan o cómo apoyan al jugador es algo que depende de ellos. Sí, se podría argumentar que un juez de la silla o quien pueda intervenir en ciertos momentos y calmarlos, pero no hay mucho que se pueda hacer. Uno no va a expulsar a toda una sección del público o del estadio porque se estén portando mal o faltando al respeto».
Rune, que tuvo un comienzo terrible en el partido, cediendo los 12 primeros puntos, no le dio importancia a ello.
«Si uno no sabe lo que estaba pasando, probablemente sonó como un ‘boo'», declaró el tenista.
«Hoy él ha sido mejor que yo», dijo Rune. «Tanto si el público era esto, como si era lo otro, creo que fue un gran apoyo para ambos jugadores, de verdad».
Cuando terminó el partido, Djokovic hizo un gesto como si estuviera tocando un violín, tal vez indicando burlonamente que se sentía mal por cualquiera de los presentes en el estadio a los que había entristecido al ganar y llegar a cuartos de final en el All England Club por decimoquinta vez.
Djokovic a ganado siete veces el campeonato de Wimbledon y fue subcampeón el año pasado ante Carlos Alcaraz.
«He jugado en entornos mucho más hostiles. Créanme», dijo el tenista. «Ustedes no pueden tocarme».
Por Howard Fendrich
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