La Red de Acción de Consentimiento Informado (ICAN) obtuvo documentos que revelan que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) cultivaron 22 líneas celulares humanas distintas, incluidas células aparentemente extraídas de partes de fetos abortados y de bebés de menos de cuatro semanas.
Los abogados de la ICAN enviaron a los CDC una carta (pdf) el 25 de junio de 2021, solicitando documentos que contenían la palabra HEK.
Las células HEK son líneas celulares inmortalizadas probablemente obtenidas de un feto que sufrió un aborto voluntario o espontaneo.
“Las líneas celulares humanas inmortalizadas viven fuera del cuerpo en medios nutritivos que, en condiciones ideales, se replicarán para siempre sin morir”, le dijo a The Epoch Times el Dr. James Thorp, experto en medicina materno-fetal.
“Estas diversas líneas celulares se utilizan para numerosos propósitos experimentales, incluido el desarrollo de tecnología de vacunas y la modificación genética. El origen de estas numerosas líneas celulares humanas inmortales es imposible de determinar con certeza, pero es probable que se deriven de abortos, abortos espontáneos, muertes fetales u otras fuentes humanas derivadas de una variedad de sistemas de órganos diferentes”, dijo Thorp.
Recientemente, el CDC tuvo que publicar 281 páginas de documentos relacionados (pdf).
Un correo electrónico de 2015 con el asunto «Investigación con tejido fetal» dice en una parte no tachada que «La siguiente lista contiene todas las líneas celulares que el equipo de Jason ha cultivado», que incluyen 22 líneas celulares humanas.
Incluye el endotelio del cerebro humano, el hígado, los intestinos, el prepucio, los pulmones y otras partes del cuerpo.
Otro correo electrónico con el asunto “Líneas celulares de los últimos dos años” muestra 47 líneas celulares, de las cuales algunas también son humanas.
“A continuación se muestran las líneas celulares que hemos producido en los últimos dos años”, se lee en el correo electrónico de la investigadora de los CDC.
La principal controversia con la investigación con células madre surge en la recolección de células madre de embriones humanos que generalmente se conciben en un laboratorio.
En 2009, el expresidente Barack Obama levantó una prohibición que duró aproximadamente 8 años sobre los fondos federales para la mayoría de las investigaciones con células madre.
En un intento por apaciguar a los interesados, Obama dijo: “Nunca emprenderemos esta investigación a la ligera. Lo apoyaremos solo cuando sea científicamente valioso y se lleve a cabo de manera responsable. Desarrollaremos pautas estrictas, que haremos cumplir rigurosamente, porque nunca podemos tolerar el uso indebido o el abuso. Y nos aseguraremos de que nuestro gobierno nunca abra la puerta al uso de la clonación para la reproducción humana. Es peligroso, profundamente erróneo y no tiene cabida en nuestra sociedad ni en ninguna sociedad”.
El reverendo Nicanor Pier Giorgio Austriaco, O.P., profesor de biología en Providence College en Rhode Island, escribió en una publicación de mayo de 2020 titulada “Orientación moral sobre el uso de vacunas COVID-19 desarrolladas con líneas de células fetales humanas”:
“Aunque comúnmente se cree que HEK293 se obtuvo de un feto humano abortado, hace unos meses recibí un correo electrónico del profesor Frank Graham, quien estableció esta línea celular. Me dice que, según su leal saber y entender, el origen exacto de las células fetales HEK293 no está claro. Podrían provenir de un aborto espontáneo o de un aborto electivo”.
Thorp, que ha visto muchas complicaciones en mujeres embarazadas y fetos desde el lanzamiento de la vacuna contra la COVID, cree que, por motivos morales, la manipulación de líneas celulares humanas no debe usarse para experimentación.
«El daño potencial de una investigación malvada y poco ética nunca puede ser superado por los beneficios potenciales. Estamos hechos por Dios a su propia imagen, inherente a nuestro ADN, y cualquier intento de cambiar esto tiene profundas implicaciones para la humanidad», dijo Thorp.
Algunos fieles católicos y ortodoxos orientales también consideran un dilema ético el uso del HEK 293 y sus derivados para la producción de vacunas y otros medicamentos.
The Epoch Times contactó a los CDC para recibir comentarios al respecto.
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