El Departamento de Justicia (DOJ) anunció que una inmigrante ilegal aceptó declararse culpable de los cargos de usurpar la identidad de una ciudadana estadounidense, para votar en las elecciones y obtener un pasaporte estadounidense.
Angélica María Francisco, de 42 años, que residió en Alabama pero es originaria de Guatemala, fue acusada de hacer declaraciones falsas de ciudadanía en relación con el voto, robo de identidad con agravantes, declaraciones falsas para solicitar un pasaporte estadounidense y uso de un pasaporte estadounidense obtenido mediante declaraciones falsas, dijo el DOJ en un comunicado de prensa el 5 de septiembre.
Francisco, descrita por el DOJ como una «persona indocumentada», asumió la identidad de una ciudadana estadounidense en 2011 antes de utilizar su identidad falsa para obtener un pasaporte ese mismo año. Posteriormente, utilizó el pasaporte para viajar hacia y desde Guatemala y Estados Unidos. En 2021, utilizó la identidad falsa para renovar el pasaporte y lo usó para viajar de Estados Unidos a Guatemala en 2022.
La acusación dice que Francisco presuntamente se registró para votar en Alabama usando el mismo nombre falso y votó tanto en las elecciones primarias como en las generales de 2016 y 2020. No se proporcionaron detalles sobre cómo votó o si se registró con un partido político específico. Los votantes en Alabama, durante mucho tiempo un bastión republicano, votaron abrumadoramente por el expresidente Donald Trump en esas dos elecciones.
El DOJ dijo que el Servicio de Seguridad Diplomática del Departamento de Estado de EE. UU., así como funcionarios del estado de Alabama, investigaron el caso de Francisco.
En respuesta a la detención de la mujer, el secretario de Estado de Alabama, el republicano Wes Allen, dijo que «una de las principales prioridades de esta Oficina es garantizar que solo los ciudadanos estadounidenses elegibles voten en las elecciones de Alabama», según un comunicado de su oficina.
«Seguiremos ayudando a las fuerzas del orden en todo lo posible para perseguir con todo el peso de la ley a las personas que voten ilegalmente en las elecciones de Alabama», añadió.
No está claro si Francisco tiene abogado ni cómo robó supuestamente la identidad de la ciudadana estadounidense. Un acuerdo de culpabilidad presentado en relación con el caso indicó que la mujer aceptó declararse culpable de nueve cargos que enfrentaba, según los registros judiciales.
Desde las elecciones de 2020, los republicanos y el expresidente manifestaron su preocupación por el fraude electoral y por la posibilidad de que los inmigrantes ilegales y los no ciudadanos puedan votar en las elecciones.
Hace alrededor de dos meses, la Cámara de Representantes aprobó una ley que obligaría a los votantes a presentar una prueba de ciudadanía para votar en las elecciones federales. La Casa Blanca expresó su oposición al proyecto de ley, que no vio ningún movimiento en el Senado, controlado por los demócratas.
El 26 de agosto, el gobernador de Texas, Greg Abbott, declaró que más de un millón de votantes inelegibles, incluidos unos 6500 no ciudadanos, fueron eliminados de las listas de votantes del estado en los últimos tres años. Alrededor de 1900 de esos no ciudadanos tienen un historial electoral, que fue enviado a la oficina del fiscal general de Texas para «posibles acciones legales», dijo.
Un grupo político de izquierda, el Centro Brennan para la Justicia, afirmó que los no ciudadanos no suelen votar en las elecciones estadounidenses. Dijo que emitir un voto durante una elección ocurre solo en «casos extremadamente raros», citando su propio estudio de las elecciones de 2016.
«Encontramos que los funcionarios electorales en esos lugares, que supervisaron la tabulación de 23.5 millones de votos, remitieron solo un estimado de 30 incidentes de sospecha de votación de no ciudadanos para una mayor investigación o enjuiciamiento», dijo el centro en abril. «En otras palabras, incluso los votos sospechosos —no probados— de no ciudadanos representaron solo el 0.0001 por ciento de los votos emitidos».
Sin embargo, un estudio de 2014 publicado en Science Direct concluyó que, durante las elecciones de 2008, «el voto de los no ciudadanos probablemente cambió» el resultado de las votaciones del Colegio Electoral y la composición del Congreso. Los autores del estudio también añadieron que aproximadamente una cuarta parte de los no ciudadanos en Estados Unidos «probablemente estaban registrados para votar» en ese momento.
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