El fiscal general Merrick Garland anunció el martes una importante actualización de las políticas del Departamento de Justicia relativas a las prohibiciones de la participación política debido a las acusaciones de parcialidad en la agencia.
«Aunque la política del Departamento ha permitido durante mucho tiempo que las personas que no son de carrera asistan a eventos políticos partidistas, por ejemplo, a eventos de recaudación de fondos y de campaña, a título personal si participan de forma pasiva y obtienen una aprobación previa, según la nueva política, las personas que no son de carrera no pueden participar en ningún evento político partidista en ninguna capacidad», dijo Garland en un memorando (pdf).
El fiscal general no hizo ninguna referencia a ningún empleado o incidente específico del Departamento de Justicia (DOJ).
Garland dijo que las políticas anteriores del Departamento de Justicia habían «permitido que los empleados que no eran de carrera asistieran pasivamente a actos de campaña y a otros eventos políticos partidistas a título personal en la noche del día de las elecciones».
“En el pasado, cuando el Departamento limitaba aún más la asistencia a actos políticos partidistas durante los años de elecciones presidenciales, permitía una excepción para los empleados que no son de carrera y que tenían familiares cercanos que se presentaban a cargos partidistas, o situaciones similares», dijo Garland. «La nueva política no permite ninguna excepción».
Sin embargo ahora, declaró, «los designados que no son de carrera no pueden asistir a actos políticos partidistas, ni siquiera en la noche del día de las elecciones».
Su carta llega mientras se informa que un agente especial del FBI de alto nivel renunció en los últimos días a raíz de acusaciones de denunciantes que fueron documentadas por los senadores Chuck Grassley (R-Iowa) y Ron Johnson (R-Wis.). En un comunicado de Grassley el martes, acusó al agente del FBI que ahora ha dimitido, Timothy Thibault, de tener un sesgo político contra el expresidente Donald Trump.
Los republicanos y Trump también acusan al Departamento de Justicia y al FBI de llevar a cabo una redada politizada en su casa de Mar-a-Lago a principios de este mes en un intento por apartar a los votantes de los republicanos y los candidatos respaldados por Trump antes de las elecciones intermedias de 2022. También han dicho que el Departamento de Justicia ha mostrado un doble rasero en su forma de tratar a Trump y en los casos que implican a Hunter Biden y en su investigación sobre el manejo de un servidor de correo electrónico por parte de la exsecretaria de Estado Hillary Clinton.
Además de Thibault, el exalto funcionario del FBI Peter Strzok—que abrió la infame investigación de Crossfire Hurricane—fue despedido por el buró en 2018 por intercambiar textos con la abogada del FBI Lisa Page, incluidos los anteriores a las elecciones de 2016 que criticaban a Trump y sus partidarios mientras discutían planes para evitar que llegara a la presidencia.
Otro memorándum
También el martes, la fiscal general Adjunta para la Administración, Jolene Lauria, emitió un memorándum a los empleados del Departamento de Justicia diciendo que sus miembros se enfrentaban previamente a las restricciones de otros fiscales generales.
Los designados políticos en el DOJ no pueden “participar en actividades políticas partidistas” ni “usar su autoridad o influencia oficial para interferir o afectar el resultado de unas elecciones”, escribió Lauria.
«Los funcionarios del Departamento deben estar atentos para evitar que parezca que cualquiera de nuestros deberes oficiales es un esfuerzo para influir en el resultado de unas elecciones», decía el memorándum. «La asistencia a un acto oficial, que incluya un discurso, un anuncio de subvención o una aparición con un candidato a un cargo partidista, poco antes de unas elecciones primarias o generales puede interpretarse como partidista».
Garland, al hacer referencia a la carta de Lauria a los empleados, dijo que la medida es un intento de “mantener la confianza del público y garantizar que la política… no comprometa ni afecte la integridad de nuestro trabajo”.
Varios legisladores republicanos de alto nivel han dicho que el hecho de que el FBI apunte a Trump socavará aún más la confianza de los estadounidenses hacia la agencia federal de aplicación de la ley.
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