Docenas de personas viajaron a una apartada zona montañosa de Sonora, en el norte de México, para asistir a los funerales de nueve estadounidenses muertos a tiros por pistoleros del cártel el 4 de noviembre.
Escoltados por la Guardia Nacional de México, la fila de todoterrenos iluminó la serpenteante carretera en la noche del 6 de noviembre, en dirección al municipio de Bavispe, donde al día siguiente se realizarán los servicios funerales para algunas de las tres mujeres y seis niños asesinados.
«Vinimos preparados para dormir en el suelo, en tiendas de campaña. Lo que sea necesario para apoyar a las familias que murieron en este acto terrorista», dijo Alex LeBaron, ex congresista y primo de una de las mujeres, Rhonita Miller.
Los restos de Miller y sus hijos, cuyos cuerpos fueron reducidos a cenizas y huesos cuando el auto en el que viajaban fue baleado y se incendió en llamas, serán enterrados en otro pueblo llamado Colonia LeBaron el 8 de noviembre.
Alex LeBaron, que estaba en el convoy, dijo a la radio mexicana que los dolientes habían llegado de los Estados Unidos y de todo México, trayendo comida y colchones para el viaje.
La familia LeBaron, que llegó a México a principios del siglo XX, ahora dice tener más de 5.000 miembros.
Las autoridades y los familiares dicen que los asesinatos parecen ser obra de los cárteles de Juárez y Sinaloa, que luchan por el control de las lucrativas rutas de la droga que atraviesan las zonas escasamente pobladas hacia Estados Unidos.
Las víctimas pertenecían a familias locales prominentes, incluyendo a los LeBarons, Millers y Langfords.
Colonia Mormona
Ubicadas en los fértiles valles de las montañas de la Sierra Madre, a solo unas horas en auto al sur de la frontera con Estados Unidos, las comunidades más antiguas se formaron a finales de 1800 para continuar con la poligamia de su iglesia mormona, ya que la práctica fue prohibida en Estados Unidos.
La colonia ha tenido enfrentamientos con los cárteles durante años, afrontando asesinatos, secuestros y otros crímenes.
La situación se tornó tan seria que los mormones eventualmente quebrantaron las leyes mexicanas y se armaron para defenderse, reportó Vice en el 2012.
Aún no es claro por qué los cárteles tendieron una emboscada a la caravana de tres vehículos que transportaban mujeres y niños el lunes. Un video publicado en las redes sociales mostró los restos carbonizados y humeantes de un vehículo plagado de agujeros de bala que aparentemente transportaba a las víctimas cuando ocurrió el ataque.
¿Fuego cruzado o asesinato?
El general del Ejército mexicano Homero Mendoza, dijo en una conferencia de prensa el 6 de noviembre, que se cree que un grupo criminal llamado «La Línea» es el responsable del ataque, ya que envió a un grupo de pistoleros a la zona para evitar la incursión de un grupo criminal rival «Los Salazar» alineado con el cártel de Sinaloa.
Sin embargo, David Langford, cuya esposa, Dawna Ray Langford, murió en la emboscada, dijo que cree que los asesinos iban tras las familias intencionalmente.
«Este fue un ataque dirigido y el cártel sabía que había mujeres y niños en esos vehículos», dijo a ABC News el 6 de noviembre. «El cártel ejerció violencia contra nuestra comunidad, usando a nuestras familias como peones».
Cinco de los siete hijos de Langford sobrevivieron al ataque y fueron transferidos a un hospital en Tuscon, Arizona, para recibir tratamiento, dijo. Dos estaban en estado crítico la noche del 6 de noviembre.
Julian LeBaron, un familiar que vive en el estado de Chihuahua, también dijo que cree que el ataque fue intencional.
Un sospechoso de los asesinatos fue arrestado tras ser encontrado el 5 de noviembre en el pueblo de Agua Prieta, cerca de la frontera con Arizona, con dos rehenes amordazados y atados dentro de un vehículo, dijo la Agencia de Investigación Criminal del estado de Sonora en una publicación en Facebook.
Trump ofrece ayuda
En respuesta al ataque, el presidente Donald Trump se ofreció a ayudar a México a «emprender la GUERRA contra los cárteles de la droga y borrarlos de la faz de la tierra».
«Si México necesita o solicita ayuda para limpiar a estos monstruos, Estados Unidos está listo, dispuesto y capaz de involucrarse y hacer el trabajo rápida y efectivamente», dijo Trump en un tweet el 5 de noviembre.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo que estudiaría «la posibilidad de obtener ayuda», aunque también dijo que no creía «que necesitemos la intervención de un gobierno extranjero para tratar estos casos».
México ha enfrentado una creciente epidemia de asesinatos en los últimos años. El gobierno ha registrado más de 250.000 homicidios en los últimos doce años, incluyendo los más de 30.000 ocurridos en los primeros siete meses de 2019, la mayoría de ellos relacionados con la guerra contra las drogas. Sin incluir un número desconocido de desapariciones.
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