El presidente Donald Trump dará la bienvenida al nuevo presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, a la Casa Blanca a finales de este mes para discutir sobre comercio, cooperación en defensa, crimen transnacional, entre otros temas.
La Casa Blanca dijo el 8 de marzo que los dos líderes también hablarán sobre la prestación de asistencia humanitaria a Venezuela, y sobre ayudar a los venezolanos a restaurar la democracia en su país, cuando se reúnan el 19 de marzo.
Bolsonaro, que asumió el cargo el 1 de enero, es un ex capitán del ejército con posiciones conservadoras y antisocialistas. A menudo ha expresado admiración por Trump y ha dicho que planea emular varias de las políticas del líder de Estados Unidos.
En una llamada telefónica después de la victoria electoral de Bolsonaro en octubre, hablaron de «un fuerte compromiso de trabajar codo con codo» en temas que afectan a sus países.
Incluso antes de asumir el cargo en enero, Bolsonaro ya había prometido oponerse al gobierno de Venezuela, donde la crisis económica ha provocado la huida de millones de personas muchas de ellas al vecino Brasil.
Desde que asumió el poder Bolsonaro intensificó las críticas al gobierno ilegítimo de Venezuela encabezado por el dictador socialista Nicolás Maduro y reconoció al presidente encargado Juan Guaidó como el líder elegido por el pueblo de la nación miembro de la OPEP.
Estados Unidos también reconoció a Guaidó como presidente y pidió a otros que hagan lo mismo. Washington aumentó las sanciones contra Venezuela en un intento porque Maduro abandone el poder.
Bolsonaro accedió a la presidencia con una agenda anticrimen y anticorrupción que dio energía a los partidarios conservadores después de 4 victorias consecutivas en las elecciones presidenciales por parte del Partido Socialista de los Trabajadores (PT).
El presidente dijo en su discurso de investidura que gobernará Brasil de acuerdo con la Biblia y la constitución del país.
Bolsonaro se aleja de China y Rusia
En un guiño a la administración de Trump, Bolsonaro prometió poner fin a lo que fue un acercamiento de brazos abiertos de Brasil hacia la China dirigida por el Partido Comunista Chino.
Diez meses antes de ser catapultado a la presidencia Bolsonaro realizó una audaz visita a Taiwán en febrero de 2018. El viaje no fue bien recibido por Beijing ya que era la primera vez que un candidato presidencial brasileño visitaba la isla desde los años setenta cuando Brasil rompió los lazos con Taiwán.
Como parte de su mensaje de campaña Bolsonaro dejó claro que pensaba que China era una gran amenaza para la soberanía de Brasil. «China no está comprando en Brasil, sino que está comprando Brasil», dijo en ese momento aludiendo a la compra de empresas en sectores energéticos estratégicos.
Desde que Bolsonaro asumió el poder, Brasil realizó un marcado cambio en su política exterior, alejándose de China y de Rusia, y acercándose a Estados Unidos. Bolsonaro prometió contrarrestar la influencia del PCCh en el país, retirar a Brasil del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, cerrar la embajada palestina en Brasilia y trasladar la embajada brasileña en Israel desde Tel Aviv hacia Jerusalén. Bolsonaro tiene previsto visitar Israel del 31 de marzo al 4 de abril, según el ministerio de relaciones exteriores de Israel.
Bolsonaro promete `atacar la basura marxista’ en las escuelas de Brasil
En un par de sus primeros mensajes políticos como presidente, Bolsonaro dijo que su administración apuntará a la «basura marxista» dentro del sistema educativo de su país.
Bolsonaro emitió los mensajes un día después de declarar en su discurso inaugural que su victoria electoral liberó a Brasil del «socialismo y la corrección política».
«Una de nuestras estrategias para lograr que Brasil ascienda desde los puestos más bajos de la clasificación educativa es abordar de frente la basura marxista en nuestras escuelas», escribió Bolsonaro en Twitter. «Lograremos formar ciudadanos y no militantes políticos».
One of our strategies to get Brazil to climb from the lowest spots of the educational rankings is to tackle the Marxist garbage in our schools head on. We shall succeed in forming citizens and not political militants.
— Jair M. Bolsonaro (@jairbolsonaro) 2 de enero de 2019
En un mensaje de seguimiento escribió que su administración se centrará en lo contrario del gobierno anterior, «que invirtió deliberadamente en la formación de mentes esclavas de las ideas de dominación socialista».
Ministro da Educação desmonta secretaria de diversidade e cria pasta de alfabetização. Formar cidadãos preparados para o mercado de trabalho. O foco oposto de governos anteriores, que propositalmente investiam na formação de mentes escravas das ideias de dominação socialista.
— Jair M. Bolsonaro (@jairbolsonaro) 2 de enero de 2019
El sistema educativo de Brasil está ampliamente impregnado de influencia marxista. Los libros de texto incluyen ataques al capitalismo y alabanzas al socialismo.
La decisión de Bolsonaro de abordar el sistema probablemente no es accidental. El movimiento comunista internacional seleccionó el sistema educativo brasileño como el objetivo principal para infiltrarse en la nación, según Jeff Nyquist, un autor que entrevistó a expertos en el tema en Brasil y Estados Unidos.
(Los periodistas de La Gran Época, Ivan Pentchoukov y Fergus Hodgson, contribuyeron con este artículo)
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