Un organismo de control ha descubierto que el presidente Donald Trump no influyó indebidamente en la decisión del FBI de mantener su oficina central en el centro de Washington en lugar de trasladarla a ubicaciones suburbanas en Maryland o Virginia.
«Con respecto a la posible influencia del entonces presidente Trump o de la Casa Blanca, no encontramos pruebas de que las decisiones del FBI se basaran en consideraciones o motivos indebidos», escribió el inspector general del Departamento de Justicia en un informe publicado el 24 de octubre, tras una investigación de cuatro años.
Hace aproximadamente 20 años, el FBI llegó a la conclusión de que su sede en Washington DC -el edificio J. Edgar Hoover- ya no satisfacía las necesidades de la agencia en términos de seguridad y de apoyo a las necesidades de su personal.
A partir de 2014, el gobierno comenzó a explorar la posibilidad de transferir la propiedad de los terrenos de la actual sede del FBI a un promotor, que a cambio construiría una nueva instalación en los suburbios en un acuerdo apodado «adquisición de intercambio.»
Sin embargo, la Administración de Servicios Generales de Estados Unidos (GSA) descubrió que el valor del terreno actual no cubriría el coste de unas nuevas instalaciones, por lo que la Oficina de Gestión y Presupuesto (OMB) solicitó al Congreso dinero para cubrir la diferencia.
Planes cancelados
Luego, en julio de 2017, la GSA anunció que había cancelado los planes para seguir adelante con el acuerdo de adquisición de intercambio porque el Congreso no asignó todos los fondos solicitados. Esto llevó al FBI a desechar los planes para un campus suburbano y, en su lugar, recomendar la demolición del edificio J. Edgar Hoover y la construcción de una nueva sede en su lugar.
Pero algunos demócratas vieron una conspiración en marcha. Acusaron al presidente Trump de entrometerse en esa decisión, alegando en una carta de octubre de 2018 a la GSA que lo hizo para mantener a los competidores alejados de su propiedad comercial con sede en DC, el Trump International Hotel.
Alegaron que el presidente Trump influyó directamente en la decisión de desechar el acuerdo de construcción del campus suburbano durante una reunión de enero de 2018 en la que participaron funcionarios de la GSA, el FBI y funcionarios de la Casa Blanca.
«Estuvo directamente involucrado en la decisión de abandonar el plan de reubicación a largo plazo y en su lugar seguir adelante» con el plan alternativo, afirmaron.
«No debería haber desempeñado ningún papel en una determinación que tiene que ver directamente con sus propios intereses financieros con el hotel Trump», argumentaron los demócratas.
La carta dio lugar a una investigación, que concluyó declarando al presidente Trump inocente de las acusaciones.
«Específicamente, no encontramos evidencia de que, al tomar la decisión de buscar que la nueva sede del FBI permanezca en su actual sitio JEH, el director Wray u otros en el FBI consideraran la ubicación del entonces llamado Trump International Hotel o cómo los intereses financieros del entonces presidente Trump podrían verse afectados por la decisión», escribió el organismo de control en el informe.
La sede del FBI -el edificio J. Edgar Hoover- en Washington el 22 de marzo de 2023. (Richard Moore/The Epoch Times)
No me sentí presionado»: Director del FBI
El director del FBI, Christopher Wray, dijo al organismo de control que el asunto de la reubicación de la sede surgió en las conversaciones con el presidente Trump en varias ocasiones, pero que nunca se sintió presionado por el 45º mandatario para tomar ningún tipo de decisión.
«No me sentí presionado. No me sentí intimidado», dijo Wray en referencia a una de las conversaciones que mantuvo con el presidente Trump en 2018, según un memorando citado en el informe del organismo de control.
De hecho, Wray le dijo al presidente Trump que pensaba que sería «genial» si la sede del FBI pudiera permanecer en DC en lugar de ser trasladada a los suburbios.
«No hubo presión para ir en una dirección particular. No había ningún requisito para permanecer en la ubicación actual». El Director llegó a la conclusión de que el Presidente tenía un tema que estaba en su elemento, él sabe de construcción. Estaba entusiasmado y comprometido con el tema», afirma el informe de vigilancia, citando un memorando que describe la caracterización de Wray de los comentarios del presidente Trump.
«No hubo nada inapropiado o impropio. El Presidente dijo adelante y hagan planes», el informe cita el memorando.
De hecho, el organismo de control descubrió que había oposición a trasladar la sede del FBI a los suburbios entre muchos de los líderes y el personal de la agencia porque no les gustaba la idea de estar más lejos de los socios encargados de hacer cumplir la ley y otras agencias.
Aunque Wray dijo al organismo de control que creía que el presidente Trump y él tenían la misma preferencia por dejar las instalaciones en DC, insistió en que la decisión se basó en los «méritos de la decisión» y no fue «impulsada por o basada en … nada de lo que el presidente dijo o quiso.»
Cuando se le pidió que caracterizara la participación del presidente Trump en la decisión, dijo: «Yo diría que no estuvo involucrado en mi recomendación», con el informe de vigilancia encontrando varios puntos de evidencia de que el expresidente dejó la decisión a Wray de una manera que es «en el mejor interés del FBI.»
Los planes para la sede del FBI han cambiado bajo la administración Biden, con el FBI y la GSA ahora planeando mantener algunas partes de la sede en Washington y trasladar otras a otro lugar, posiblemente en Springfield, Virginia, o Greenbelt, o Landover, Maryland.
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