Un estadounidense donó el cuerpo de su madre fallecida a una compañía con el fin de destinarlo a investigaciones científicas, pero luego se enteró que el cuerpo pasó a manos del ejército estadounidense que lo hizo «volar por el are» para un experimento.
El hecho ocurrió en el estado de Arizona.
Doris Stauffer murió a los 73 años en 2014 por el Mal de Alzheimer, y su cadáver fue donado por su hijo Jim Stauffer con la esperanza de que pudiera ayudar en la búsqueda de una cura para la enfermedad de Alzheimer, según Reuters.
El cuerpo fue recogido por el llamado Biological Resource Center (BRC), bajo el acuerdo escrito de que no sería utilizado en ámbitos ajenos a la medicina o en pruebas no avaladas por su familia, sin embargo, el cuerpo de la mujer terminó en manos del Ejército de EE.UU.
Stauffer dijo que se enteró tras una investigación de Reuters en 2016 de que su cuerpo había sido utilizado para un proyecto de investigación del Ejército de los EE.UU. sobre el impacto de una bomba.
«Supuestamente la ataron en una silla sobre algún tipo de aparato, y se produjo una detonación debajo de ella para obtener una idea básica de qué le sucede al cuerpo humano cuando un vehículo es atacado con un dispositivo explosivo improvisado», indicó a ABC 15, Jim Stauffer.
El cerebro de Doris nunca fue usado para la investigación del Alzheimer. En cambio, el cuerpo de Stauffer se convirtió en parte del experimento del Ejército para medir el daño causado por las bombas de carretera.
Ahora el Jim Stauffer está demandando a la compañía estadounidense de donación de cuerpos por entregar el cuerpo de su madre a las fuerzas armadas para realizar estas pruebas de explosivos, según Busines Insider.
De acuerdo con Reuters, los registros internos del BRC y los registros militares muestran que al menos otros 20 cuerpos también fueron utilizados en los experimentos de explosión sin el permiso de los donantes o sus familiares, una violación de la política del Ejército de los Estados Unidos. BRC vendió cuerpos donados como el de Stauffer por 5.893 dólares cada uno.
Oficiales del Ejército le dijeron a Reuters que no habían visto los formularios de consentimiento y que habían confiado en la palabra del Centro de Recursos Biológicos, agregando que la política del Ejército era no usar cuerpos si la familia no había consentido que fueran usados para uso militar.
Instead of Doris Stauffer’s body being used for Alzheimer’s research, it was instead used for «blast testing» by the military https://t.co/BTRdRHbdRL
— CBS Austin (@cbsaustin) July 31, 2019
Stauffer se unió a otros 32 demandantes que demandan al centro, acusándolo de engañarlos sobre lo que les sucedió a los cuerpos de sus familiares. El caso está listo para ir a juicio el 21 de octubre, reportó CNN.
La demanda dice que los cuerpos «se utilizaron literalmente como maniquíes de pruebas de choque, lo que significa que se utilizaron en experimentos que implicaban la exposición a fuerzas destructivas, por ejemplo, impactos, colisiones, lesiones balísticas y explosiones», de acuerdo con Busines Insider.
Un allanamiento realizado por el FBI en 2014 en las instalaciones del Centro de Recursos Biológicos en Phoenix descubrió cubos con partes del cuerpo humano, así como una cabeza humana cosida a un cuerpo diferente.
El centro cerró en 2014 después de la redada.
Los experimentos del Ejército tenían el propósito de ayudar a proteger a las tropas estadounidenses en lugares como Irak y Afganistán de las bombas en las carreteras, reportó Reuters.
Stauffer le dijo a ABC 15 que le había dicho específicamente al centro que su cuerpo no podía ser usado para pruebas militares, algo que también le dijo a Reuters en 2016.
La investigación de Reuters en 2016 dijo que el centro incineró a una de las manos de Doris Stauffer y le envió esas cenizas a su hijo. Luego vendió el resto de su cuerpo al proyecto de investigación del Ejército.
Stephen Gore, propietario del Centro de Investigación Biológica, se declaró culpable en 2015 de operar una empresa ilegal. Fue sentenciado a un año de prisión diferida y a cuatro años de libertad condicional.
«No veo el camino para superar esto», dijo Stauffer. «Cada vez que hay un recuerdo, cada vez que hay una fotografía que miras, hay una cosa fea que pasó justo ahí, mirándote fijamente», confesó, de acuerdo con Busines Insider.
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