Dos alumnas de la Universidad Estatal de Arizona (ASU) están clamando contra el castigo que se les impuso por reprender a dos compañeros de clase y exigirles que abandonaran la zona de estudio multicultural del campus el pasado mes de septiembre por ser blancos.
El 29 de diciembre de 2021, Mastaani Qureshi y Sarra Tekola arremetieron contra la ASU en las redes sociales, alegando que la investigación que las declaró «culpables» y la acción disciplinaria del 16 de noviembre de 2021 fueron «racialmente tendenciosas».
«Querida gente blanca, alias ASU», dijeron ambas estudiantes al unísono en el video de nueve minutos, y luego acusaron a la universidad de haberlas «discriminado abiertamente» por el incidente.
«Nos persiguen por defender nuestro centro multicultural del racismo y el sexismo», dijo una de las estudiantes en el video.
Las estudiantes arremetieron contra la ASU por la reprimenda y la acción disciplinaria, que incluía una advertencia y que tuvieran que escribir un trabajo de tres páginas sobre «cómo la próxima vez que hablemos con los blancos sobre la raza y la sociedad» deben ser «civilizadas».
Ambas estudiantes afirmaron que la culpa era de la «supremacía blanca» y del «neonazismo» en el campus. «La ASU es un lugar violento», dijo una de las estudiantes.
La controversia con carga racial estalló el 23 de septiembre de 2021, cuando ambas alumnas se acercaron a los dos estudiantes blancos que estudiaban en el Centro de la Comunidad Multicultural de Excelencia de la universidad.
Uno de los estudiantes varones tenía una pegatina de «Police Matter» en su laptop, lo que pareció provocar a las estudiantes.
«¿Qué he hecho mal?», se oye decir al estudiante varón mientras se le graba con un smartphone en un video que se hizo viral en las redes sociales.
Una de las estudiantes respondió que los estudiantes blancos del centro multicultural eran «ofensivos».
«Son ofensivos. ¿Las vidas de los policías importan?», dijo.
«Solo estamos tratando de hacer las tareas escolares», dijo el estudiante masculino.
«Pero este es nuestro espacio», replicó la estudiante. En un momento dado, afirmó que «lo blanco no es una cultura».
«¿Lo blanco no es una cultura?», preguntó el estudiante masculino.
«No, no es una cultura. Lo blanco no es una cultura. Dígalo a la cámara. La blancura no es una cultura».
«Esto es una locura», respondió enfadado el segundo estudiante masculino.
Los funcionarios de la ASU se negaron a discutir el incidente y la posterior acción disciplinaria contra las estudiantes.
«No tenemos nada que añadir. Las leyes federales que rigen la privacidad de los estudiantes y las regulaciones estatales impiden a la universidad discutir los detalles de la situación de un estudiante individual», dijo la Oficina de Relaciones con los Medios de la ASU en un correo electrónico a The Epoch Times.
La ASU no es la única institución estatal de enseñanza superior que ha estado lidiando con la supuesta discriminación racial y el antagonismo contra los estudiantes blancos.
En febrero de 2021, una estudiante negra de la Universidad de Virginia fue objeto de críticas tras acusar a sus compañeros blancos de hacer uso del centro multicultural de la escuela.
Un mes antes, el departamento de antropología de la Universidad de Florida se enfrentó a varias críticas después de prohibir a los estudiantes blancos que asistieran a un debate virtual.
En agosto de 2020, el Departamento de Justicia de EE. UU. acusó a la Universidad de Yale de discriminar a los solicitantes blancos y estadounidenses de origen asiático en su proceso de solicitud de admisión, tras una investigación de dos años.
En un contexto de creciente división racial en los campus universitarios de EE. UU., varios estados han tomado medidas para oponerse a la enseñanza de la teoría crítica de la raza en las escuelas públicas.
En diciembre de 2021, la gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem, dio a conocer un proyecto de ley que, según ella, bloquearía la TCR como base de la educación en los centros de educación superior de su estado.
También ese mes, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, propuso una legislación que permitiera a los padres demandar a las escuelas que enseñan la TCR, una ideología que culpa a los blancos de la mayoría de los males a los que se enfrentan las minorías estadounidenses.
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