A una mujer embarazada le negaron una cesárea en un centro de maternidad en Argentina y luego que médicos se le «subieran en la panza» para forzar el parto natural, su bebé nació y murió.
Micaela Vilchez de 23 años, llegó el 14 de septiembre a las 38 semanas de gestación a su centro de maternidad correspondiente «Nuestra Señora del Pilar» para realizarse un control, derivada del centro de salud de su ciudad, Moreno en Argentina.
«Tenía una picazón en las manos por lo que la mandaron a hacerse un hepatograma de guardia. Luego de los resultados le dijeron que no era nada grave pero que era preferible que el bebé nazca ahora ya que tenía 38 semanas de embarazo y si se esperaba más se podía complicar», relató el padre de Micaela, el Sr. Guillermo Vilchez, a The Epoch Times.
Entonces la madre, confiando en las decisiones de los profesionales de la salud se internó el día 15 de septiembre y comenzó un proceso de parto inducido a través de pastillas y goteo, que duró un día y medio. El viernes 16 de septiembre por la mañana comenzó a sentir fuertes contracciones y su dilatación, de 4 cm, aún no era suficiente. Tras realizar diversos intentos para que dilatará y no ver resultados, dos trabajadoras del centro de maternidad, señalaron que era mejor realizarle una cesárea.
“Me hacen tacto y ven que yo era muy chiquita (mide 1,49) y el bebé se sentía muy grande”, dijo Vilchez al medio local El Diario. Así es que dos médicas o parteras, la madre no sabe bien su cargo, “debaten que sería mejor una cesárea”. Le explican que el bebé, a quien ya habían nombrado Joaquín, “tenía su cabeza más arriba, no estaba bien encajada como para salir”.
Sin embargo, el médico obstetra a cargo, se negó en realizar la cesárea, no solo una vez sino repetidas ocasiones. Incluso la misma madre solicitó la cirugía.
«Como mi hija estaba sufriendo mucho empezó a pedir ella el procedimiento quirúrgico pero le dijeron que vayan mejor a sala de parto con la camilla dura e intenten una vez más», relató el Sr. Guillermo.
«La hacían pujar en cada contracción y el bebé no lograban acomodarse», agregó el padre de Micaela. Así que, los doctores decidieron «que mientras la partera trataba de acomodar el bebé ocasionándole aún más dolor» ellos ayudarían empujando desde arriba.
Fue entonces cuando “dos médicos se le subieron arriba de la panza”, le contó el papá de Vilchez, a TN.
Además, también explicó que no dejaron entrar al esposo de Micaela, Alexis Espinoza, al parto a pesar de haberlo solicitado.
Fue así como su hijo, Joaquín nació a las 15:22 del viernes 16, con 3,340 kilos y 50 centímetros. Sin embargo, de inmediato su mamá se dio cuenta que algo en su llanto no estaba bien.
«Se lo apoyaron en brazos y el bebé no lloraba normalmente, si no pausado», dijo el abuelo de Joaquín a The Epoch Times.
Los médicos le dijeron que “nació con un problemita respiratorio, algo que podía pasar, que solo con temperatura y oxígeno se solucionaba, seguramente en 24 horas”.
Mientras Vilchez se recuperaba del duro parto, pues había perdido mucha sangre debido a los desgarros, teniendo que recibir transfusiones, pudo ver a su bebé el sábado 17 de septiembre a las 7:00 pm, donde se percató que estaba intubado.
Una hora y media después, le informaron que Joaquín había fallecido de un paro cardiorrespiratorio.
“El doctor que informó el fallecimiento me dijo que podría ser porque el parto fue muy largo. El director del hospital tampoco nos supo dar una respuesta”, aseguró la madre.
“Lo que hicieron no tiene nombre”, señaló el abuelo de Joaquín.
La práctica que le realizaron a la madre argentina es llamada la maniobra de Kristeller, en la que los profesionales presionan con fuerza sus brazos sobre el vientre de la mujer embarazada para provocar que el bebé descienda.
“Una coordinadora de la campaña contra la violencia obstétrica me informó que está maniobra está prohibida en muchos países del mundo porque es muy riesgosa”, explicó Vilchez.
Mientras la madre sufría la pérdida de su bebé, tuvo que ser internada en otro hospital de Moreno por una infección urinaria, en los puntos del desgarro y en el útero.
“Siento un dolor profundo por la pérdida de mi hijo, porque me lo mataron, bronca e impotencia porque esas personas estén trabajando y a cargo de la salud de muchas mamás y bebés”, agregó la afligida madre.
«Hace una semana que Micaela esta internada en otro hospital por todo el daño que recibió en ese lugar, la destrozaron emocionalmente y físicamente», dijo su padre.
Durante esta semana la familia y amigos de Micaela, han realizado marchas para exigir justicia por la muerte de Joaquín.
Asimismo, la familia realizó la denuncia en una comisaría de Moreno alegando negligencia médica. Además le realizaran una autopsia al bebé, para determinar las causas exactas de su muerte.
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