Dos mujeres más se presentaron el 6 de marzo para acusar al gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, de conducta inapropiada.
Ana Liss le dijo a The Wall Street Journal, en una historia publicada el sábado, que cuando trabajó como asistente de políticas del gobernador entre 2013 y 2015, Cuomo la llamó «novia», una vez le besó la mano y le hizo preguntas personales, incluso si tenía novio. Dijo que a veces la saludaba con un abrazo y un beso en ambas mejillas.
Karen Hinton le dijo a The Washington Post, en una historia publicada el sábado, que cuando trabajó como asistente de prensa del gobernador en el 2000, Cuomo la convocó a su habitación de hotel y la abrazó, incluso después de que ella se alejó de él.
El director de comunicaciones de Cuomo, Peter Ajemian, negó la acusación de Hinton en una declaración al Post.
“Esto no sucedió”, dijo. “Karen Hinton es una conocida antagonista del gobernador que intenta aprovechar este momento para sumar puntos baratos con acusaciones inventadas de hace 21 años. Todas las mujeres tienen derecho a presentarse y contar su historia; sin embargo, también es responsabilidad de la prensa considerar la automotivación. Esto es imprudente”.
Un portavoz de Cuomo le dijo al Journal que parte del comportamiento que describía Liss era el tipo de trato inocente-alegre que los políticos suelen tener en eventos públicos.
“Los reporteros y fotógrafos han cubierto al gobernador durante 14 años viéndolo besar a hombres y mujeres y posar para fotografías”, dijo Rich Azzopardi, asesor principal de Cuomo. “En la recepción pública de la gobernación a puertas abiertas, hay cientos de personas y él posa para cientos de fotografías. Eso es lo que hace la gente en la política”.
Durante una conferencia de prensa llevada a cabo el 3 de marzo, Cuomo negó haber tocado a mujeres “inapropiadamente”, pero se disculpó si sus acciones les causaban dolor.
«Nunca supe en ese momento que estaba haciendo sentir a alguien incómodo», dijo. «Nunca, nunca tuve la intención de ofender a nadie o lastimar a nadie o causarle dolor a nadie»
La conducta de Cuomo en el lugar de trabajo ha estado bajo un intenso escrutinio en los últimos días, ya que varias mujeres han dicho públicamente que se sintieron acosadas sexualmente o, al menos, que el demócrata las hizo sentir degradadas e incómodas. Cuomo se enfrenta simultáneamente a un escrutinio cada vez mayor a causa del decreto que les ordenaba a los hogares de ancianos recibir pacientes, aunque estuvieran contagiados del virus del PCCh y por el sub-reporte de las cifras de fallecidos de aquellos sitios.
La exasesora Lindsey Boylan, de 36 años, dijo que Cuomo hizo comentarios inapropiados sobre su apariencia, una vez la besó en los labios al final de una reunión y sugirió un juego de strip póquer mientras se sentaban con otras ayudantes en un vuelo en jet. Otra exasistente, Charlotte Bennett, de 25 años, dijo que Cuomo le preguntó si alguna vez tuvo relaciones sexuales con hombres mayores e hizo otros comentarios que sugerían una aventura.
Otra mujer, que no trabajaba para el estado, dijo que Cuomo le puso las manos en la cara preguntándole si podía besarla después de que se conocieron en una boda.
La fiscal general del estado planea contratar un bufete de abogados externo para investigar las acusaciones de acoso sexual. Algunos legisladores le han pedido a Cuomo que renuncie por las denuncias de acoso y por el engaño sobre las muertes en hogares de ancianos a causa del virus del PCCh.
Con información de Associated Press.
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