Daniel Prado y Franklin Gómez, dos jóvenes venezolanos que salieron huyendo de su país, mantienen una huelga de hambre frente a la sede de la ONU en Nueva York desde el 7 de agosto, con dos objetivos claros relacionados con el proceso electoral en el que el organismo internacional estuvo presente en Venezuela.
El primer objetivo es que el secretario General de las Naciones Unidas António Guterres «publique el informe que le ha sido dado con respecto al proceso electoral que se llevó a cabo el 28 de julio en Venezuela», dijo Daniel en entrevista con The Epoch Times Español.
Esta acción se materializó parcialmente este martes, cuando el equipo de cuatro miembros de la ONU que estuvo un mes en Caracas previo a las elecciones del 28 de julio, dio a conocer su informe preliminar señalando que el proceso de gestión de resultados por parte de CNE careció de «transparencia e integridad».
«El otro objetivo es lograr convenir una sesión de emergencia del Consejo de Seguridad bajo la fórmula ARRIA. Esta es una fórmula que permite la participación de personas de la sociedad civil, expertos externos de la ONU», añadió Prado, para «mostrar evidencia con respecto a las violaciones de derechos humanos», añadió.
Daniel Prado, de 28 años, ahora actor y bailarín en Los Ángeles, California, estaba estudiando comunicación social en 2017 en Venezuela, cuando tuvo que huir tras ser señalado por el gobierno por participar en manifestaciones.
«Estuve presente en muchas de las protestas que ocurrieron en Venezuela durante ese año, y evidentemente muchos afectos al chavismo en aquel momento me identificaron en las marchas, me identificaron en las protestas, y empezaron una ronda de asedios en mi contra y en contra de mi familia; por eso mi familia tomó la decisión de sacarme del país», aseguró.
Después de una travesía, Daniel llegó a Perú. A los cuatro años en el país latinoamericano, Daniel ganó una beca completa para estudiar artes en Estados Unidos, en una universidad de Los Ángeles.
«Terminé mis estudios, hoy en día cuento con otra beca para hacer un máster de teatro y filosofía, allá mismo, en la ciudad de Los Ángeles», detalló, sin embargo la beca está en pausa debido a su estancia en NYC para su acto de protesta.
Franklin Gómez, de 33 años, por su parte, estaba estudiando comunicación social en la Universidad de Los Andes en Venezuela, mientras se desempeñaba como presidente del Centro de Estudiantes y como Concejal de la oposición en su región, cuando tuvo que salir del país por persecución política.
«Me tocó salir por la puerta trasera de Venezuela, vi a mi madre rogando que prefería nunca verme físicamente, a no verme más en esta tierra, y me tocó irme hacia Colombia. Crucé la frontera sin ningún tipo de documentación, sin cédula, sin pasaporte, no la tenía, no podía sacarla», dijo.
«No logré conseguir trabajo en Colombia, pues a pesar de que me sentía muy capacitado para cualquier cosa, no tenía ningún tipo de documento, y en cualquier parte pedían documento en Colombia para trabajar», añadió.
Franklin se vio obligado a cantar en los autobuses de Bogotá para sobrevivir y después de la pandemia decidió emprender su viaje a Estados Unidos. «Me vine cantando por toda Latinoamérica, país por país», dijo.
«Vivo en Miami, yo nunca había salido de Miami desde que llegué acá a Estados Unidos, es decir, siempre había estado en el estado de la Florida, y pues bueno, es nuestra primera vez en la Gran Manzana… Es grande. Es quizás lo más interesante que nunca habríamos pensado», señaló.
«No vivimos en Nueva York, es nuestra primera vez en Nueva York, jamás habíamos venido para acá, él reside en California, en Los Ángeles», destacó Franklin.
Desde el pasado miércoles, cuando iniciaron la huelga de hambre, los jóvenes solamente han logrado comunicarse con algunos funcionarios de la sede de la ONU a través de llamadas telefónicas, quienes les piden que hagan una petición por correo electrónico.
Aunque aún no han obtenido respuesta, estos jóvenes luchadores se mantienen en el lugar con la firme esperanza de que sus esfuerzos no serán en vano.
«Hemos asumido esto con mucha valentía en la parte espiritual, queremos realmente hacerlo de corazón, queremos ser la voz de esas personas que no se pueden expresar», dijo Franklin.
«Cabe acotar que ya no solo somos dos, ya se unió una personas más, una persona de 64 años, comprometida», añadió.
Daniel, por su parte, aseguró que durante estos días han recibido mucho apoyo de la comunidad venezolana que reside en Nueva York y de transeúntes de varias partes del mundo que pasan por el lugar. Además ha sido un espacio de reflexión.
«Han sido días que realmente nos han servido para conectarnos muchísimo con nuestra espiritualidad, nosotros entendemos que la práctica de ayuno es precisamente una práctica espiritual y nosotros entendemos que esta lucha en su centro es una lucha espiritual, aquí está peleando el bien y el mal, se están peleando principios como la justicia y se están peleando principios también como la verdad», declaró.
Los jóvenes sostienen que su iniciativa es para elevar la voz sobre lo que ha estado sucediendo en Venezuela desde las elecciones presidenciales del 28 de julio. Mencionan el registro de más de 40 asesinatos y más de 2500 detenciones arbitrarias, que incluyen más de 100 menores de edad que están siendo acusados de terrorismo, instigación al odio, asociación para delinquir, entre otros, y no tienen acceso a una defensa privada.
«Es por eso que esta decisión de estar en una huelga de hambre, es con hambre de justicia, es con un hambre de entregarse a esta causa noble, a esta causa justa que creemos que lo vamos a lograr», añadió Franklin.
Un «propósito de Dios para Venezuela»
La idea inicial era hacer una protesta frente a la sede de la Organización de los Estados Americanos (OEA), pero luego se dieron cuenta que Venezuela ya no es parte de la OEA y pensaron en la ONU, de la cual sí es miembro. Así su iniciativa fue tomando forma.
«Franklin tuvo la idea principalmente de venir a Nueva York, yo le dije que sí. Al principio teníamos la idea de literalmente encadenarnos a las puertas de la ONU, después nos dimos cuenta que eso no iba a ser posible», dijo Daniel.
«Poco a poco, con la asesoría de un gran equipo de personas, nosotros tuvimos la oportunidad de narrar esta idea e iniciar una huelga de hambre», añadió.
Modestamente, Franklin destacó que: «la idea no fue mía, yo realmente siento y estoy convencido de que Dios puso un mensaje en mi corazón, y que me convenció de que había algo que se podía hacer, y que me dijo, habla con Daniel, y que Él le dijo a Daniel, acepta».
Desde el principio ambos sabían que no iba a ser fácil, pero aseguran que lo sintieron necesario frente a la impotencia que sintieron al ver la situación que se desató en Venezuela tras las elecciones en julio, y piensan persistir.
«[Estamos aquí] no para vanagloriarnos a nosotros mismos, sino para llevar a cabo un mensaje mucho más grande que nos trasciende, que es el propósito de Dios para Venezuela, nosotros estamos convencidos de que esta protesta pacífica que nosotros hemos iniciado, y todo lo que nosotros estamos solicitando ante la ONU, está alineado con un propósito divino», señaló Daniel.
Franklin, por su parte, añadió: «Yo quisiera darle un mensaje a la gente de aliento, esto es algo que Dios puso en mi corazón, y como digo, si bien no pienso adoctrinar ni nada, yo quiero expresar esto, es algo que va más allá de nosotros, y aún creemos en la humanidad, aún creemos que hay gente de bien», dijo.
«En la Segunda de Crónicas 7.14 dice: ‘si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos, entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré su pecado, y sanaré su tierra’. Estamos convencidos de que Dios está de nuestro lado, vale la pena luchar por causas justas. Y creemos que esta tierra aún tiene sanación, aún tiene salvación«, añadió.
Daniel invitó a todas las personas a creer en el poder de la acción y a asumir la responsabilidad de hacer lo propio.
«Cada vez que tengamos la oportunidad y tengamos la capacidad de tomar acción por causas justas, por causas plenas, por causas que van más allá de nosotros y que tienen como objetivo el bien mayor, y el bien para una gran cantidad de personas, vale la pena tomar acción y vale la pena hacer sacrificios», concluyó.
Venezuela se encuentra en medio de una crisis política que comenzó el 29 de julio, un día después de las elecciones, luego de que el CNE diera como ganador oficial a Nicolás Maduro para la presidencia de Venezuela para un tercer mandato, sin hacer públicas las actas que lo sustentaban.
Desde entonces la oposición ha rechazado los resultados emitidos por el CNE, asegurando que las actas electorales adquiridas por sus testigos, que suman un 83.5%, dan como ganador al candidato presidencial Edmundo González.
Miles de venezolanos han salido a las calles en diferentes lugares del país a protestar en contra de los resultados de las elecciones emitidos por el CNE.
A la fecha, el Consejo Nacional Electoral (CNE) no ha publicado oficialmente las actas electorales que certifican la victoria de Nicolás Maduro, y asignó al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) el proceso de «certificación de los resultados» por solicitud del mandatario.
El 29 de julio, el portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, dijo en una rueda de prensa que el Secretario General de la ONU, António Guterres, pidió «total transparencia» en las elecciones en Venezuela, alentó «la publicación oportuna de los resultados electorales y su desglose por colegios electorales», aseguró su confianza en que «las disputas electorales se aborden y resuelvan de manera pacífica» y llamó «a todos los líderes políticos venezolanos y a sus partidarios a la moderación”.
Siga a Yeny Sora Robles en X: @YenySoraRobles
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